DEMETRIO OLACIREGUI Q.
El líder comunista hace una radiografía de la situación. Su mayor temor es que el descontento social existente degenere en una guerra civil.
2013-01-21 — 12:00:00 AM — PANAMÁ. En un ambiente saturado de corrupción institucionalizada, impunidad, injusticias y confrontación, el país está ante el dilema de una salida pacífica o una salida violenta. En ese escenario, la situación podría degenerar en una guerra civil y producir un vacío de poder que hiciera necesario la intervención de una fuerza militar multinacional, advirtió el legendario líder comunista Rubén Souza, para quien el gobierno de Ricardo Martinelli está cada vez más aislado de la sociedad.
‘Martinelli está rodeado de la escoria de la sociedad y de los partidos políticos y eso lo está aislando. El resultado es que los de arriba no tienen el control y los de abajo no se dejan controlar’, añadió.
Souza, quien cumplirá 90 años en septiembre, volcó el peso de 70 años de vida política en una extensa entrevista con La Estrella en su modesta casa de Carrasquilla.
Habló de los recuerdos de su abuelo de origen portugués y dueño de propiedades en Corozal antes de la construcción del Canal, pasando por su exilio en Chile, sus periplos por el mundo socialista, sus relaciones con el general Omar Torrijos, las negociaciones de los tratados canaleros, la invasión militar estadounidense, la crisis económica mundial, la coyuntura política actual, el sectarismo de la izquierda y las elecciones del 2014.
Recordó que fue el general Torrijos —‘un militar gorila que se convirtió en un militar patriota’— quien logró la recuperación del Canal, pero no toda la liberación nacional. Esa tarea la dejó a la posteridad’. Dijo que queda la otra argolla que nos ata porque seguimos bajo el paraguas del Pentágono. ‘Esta tarea es para los que vienen y yo los espero al final del camino con un saludo militar’, señaló citando las expresiones del desaparecido líder panameño.
CUMPLIR EL CICLO SOCIAL
Souza aseguró que el general Torrijos comprendió que el problema prioritario de la historia de Panamá era su liberación nacional. Pero eso debía tener un contenido social. ‘Rescatamos los bienes del Canal, pero no han entrado a la cultura de los panameños, no se ha cumplido el ciclo social, porque los magnates que dirigen el país han privatizado el Canal y no se le ha dado el uso más colectivo posible al que aspiraba el general Torrijos’, resaltó.
Souza, quien en 1943 ingresó a las juventudes comunistas y ocho años después asumió por 50 años la dirección de ese partido, dijo que el general Torrijos identificó el instinto panameño de libertad, su reacción espontánea de ser un país libre. ‘El general Torrijos le habló al subconsciente del panameño, por eso sigue vivo en la consciencia nacional’, reconoció.
Estimó que la crisis económica mundial se manifiesta en Panamá de forma diferente que en otros países, lo que no lo exime de ser alcanzado. La contradicción es que mientras en otras partes del mundo la crisis se expresa como catástrofe económica, en Panamá la modalidad es de auge económico.
Souza recordó que algo similar ocurrió durante la Segunda Mundial. Cuando otros pueblos se mataban y destruían, en Panamá había auge por ser una pieza militar de Estados Unidos. La construcción de decenas de bases militares trajo crecimiento económico. Pero cuando pasó la guerra la economía cayó.
‘Eso mismo va a pasar ahora. Hay que ver de dónde vienen los capitales en fuga que se están invirtiendo en Panamá. Si mañana esos capitales tienen otro lugar atractivo se van y entonces se verán las consecuencias de una situación artificial’, precisó.
CRECIMIENTO CON INVOLUCIÓN POLÍTICA
De acuerdo a su análisis, el gobierno de Martinelli quiere meterle por los ojos a los ciudadanos que hay progreso, pero el progreso se mide en función de cómo el crecimiento económico llega al pueblo.
‘Mientras el país está creciendo materialmente, está involucionando políticamente. El pueblo también involuciona, se imponen las formas más autocráticas de gobierno y se hace caso omiso a la opinión pública’, añadió.
Souza, quien tuvo que abandonar la carrera de Ingeniería por las tareas políticas, expresó su preocupación acerca de cómo resolver el problema del cambio de poder en 2014, cuando la inmensa mayoría de la opinión pública repudia los métodos de gobernar de Martinelli.
Opinó que la sociedad panameña entró en un proceso de descomposición. Hay una deformación porque se supone que todo el desarrollo económico del país debe reflejarse en la vida de los ciudadanos.
‘Estamos en un desarrollo descendente —subrayó— que se manifiesta en la crisis panameña. Hay un grupo selecto que se está llenando los bolsillos hasta derramarse. Pero hay otro sector, que es la mayoría, que se está pauperizando, junto con un sector de pobreza absoluta. Están también los sectores medios que están rezagados de lo que genera la sociedad. Pueden tener comida, vestido, pero les está vedado el desarrollo material. El poder adquisitivo es cada vez menor’.
‘La descomposición también ha alcanzado a las instituciones. No pueden tapar la corrupción. Están surgiendo los ejércitos de indignados que se manifiestan por el transporte, la circulación, la inflación, la inseguridad, por la decadencia de los servicios públicos, la salud, la educación, por el caos que se está viviendo, sin importar el desarrollo material’, recalcó.
DETERIORO DE LA AUTORIDAD
Souza consideró que el gobierno actual, a pesar de todo lo que está haciendo para rearmar a la Policía Nacional y preparar la represión de los movimientos de protesta, no puede gobernar como antes. Poco a poco se ha ido deteriorando su autoridad.
Citó los ejemplos de Changuinola, San Félix, el levantamiento en Colón y los movimientos que están organizándose en los barrios para rechazar el reordenamiento territorial, la desprotección del medio ambiente y el transporte, lo que indica que la gente está en rebeldía.
Estimó que el país está viviendo el primer escalón de una situación revolucionaria, que no es en solitario, es un proceso. ‘Lo que la gente siente se va agudizando. Se está generalizando un sentimiento de descontento, insatisfacción, frustración e indignación’, aseguró.
El otro escalón es cuando la gente pasa a la acción, cuando se convierte en iracunda. Identificó esa situación en lo que sucedió durante la demanda por la derogación de la ley que permitía la venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón, que degeneró en saqueos en los alrededores de la Plaza 5 de Mayo.
‘Eso lo que está expresando es que estamos pasando de la reacción a condiciones de desobediencia civil, dando paso a acciones comunes’, afirmó. El Frente Amplio de Colón (FAC) y la conformación de la alianza con los movimientos de Changuinola y el pueblo Ngäbe, así lo demuestran.
DESCONFIANZA EN LOS POLÍTICOS
Elogió la creación del Frente de Defensa de la Democracia (FDD) como una alianza que unifica intereses diversos, pero advirtió que ha comenzado el repliegue de partidos políticos como el PRD porque no aceptan que un movimiento popular se entrometa en las elecciones. ‘Saben que si siguen soplando el movimiento popular, pierden protagonismo’, puntualizó.
También señaló que las expresiones de descontento popular se deben a que los ciudadanos no creen en el bipartidismo, identificado en el arnulfismo y el PRD, ni en CD. ‘Están hastiados de lo que han venido ocurriendo en 20 años de alternancia en el poder, después de la invasión militar de Estados Unidos, y buscan el punto final’, comentó.
Para Souza, los grupos económicos que habían perdido el poder por el golpe de la Guardia Nacional en 1968 no tenían otra forma de recuperarlo que no fuera por una intervención extranjera. ‘Querían crear otro tipo de poder, pero no tenían ni la autoridad ni la fuerza para imponerse sobre el aparato militar. La única salida era la invasión. Los intereses de la invasión se identificaron con los intereses estadounidenses de otras agresiones en otros países’, añadió.
De acuerdo a su análisis, para comprender lo que está pasando actualmente en el país y cuáles son las razones que llevaron a Martinelli al poder hay que entender la invasión.
Planteó que ‘lo que pasó fue la restauración del poder oligárquico después de la invasión. Por eso tenían que llevarse al general Manuel Antonio Noriega. Martinelli representa a los mismos bandidos que habían sido sacados en 1968’.
MÁS DE LO MISMO EN EL 2014
Souza opinó que ‘los políticos tradicionales están pensando que las elecciones del 2014 son una repetición de las elecciones que hemos visto después de la invasión, pero están equivocados porque no están haciendo una lectura correcta de lo que pasa en la sociedad. Por eso se van a estrellar’.
‘Martinelli surgió por el desgaste del bipartidismo, escondiendo a través de demagogia y engaños un premeditado vuelco hacia la derecha. Él no representa fuerzas nuevas, sino las viejas prácticas políticas anteriores a 1968. Él cree que ha llegado al reino, pero tiene una crisis peor que cuando estaba el bipartidismo. Se le han agotado las reservas políticas y de las finanzas públicas, por el derroche y la corrupción, y vamos al desastre, porque está reviviendo una situación similar a la de 1968’, recalcó.
Todo eso genera incertidumbre. ‘La interrogante es si las fuerzas progresistas son capaces de interpretar eso y de asumir un liderazgo. Además está el problema de si los que están arriba, incluyendo los que están en los partidos de oposición, pierden la capacidad de imponer un orden aquí, es decir, suponiendo que pierda el CD y haya uno del bipartidismo, ninguno de ellos está en condiciones de establecer un orden aquí’, aseguró.
‘De la misma evolución de los hechos tiene que surgir una fuerza que no sea ni de CD, ni del arnulfismo, ni del PRD. Del lado de las izquierdas la situación es de divisionismo, no entienden lo que está pasando porque son sectarios. Lo que han demostrado los hechos es que si tú no tienes la fuerza decisiva para derrotar al adversario político, no vas a ningún lado por más bonito que hables, por más razones que digas que tienes. Esto es un problema de fuerza’, precisó.
AISLAR A MARTINELLI
‘Hay que aislar las fuerzas del gobierno y neutralizar las fuerzas que quieren restituir el bipartidismo. En el caso de Martinelli, ¿por qué hay que aislarlo? Porque esa es la fuerza que hay que derrotar, y la única forma de derrotarlo es aislarlo de la sociedad. Además él mismo se está aislando porque está rodeado de la escoria de la sociedad y de los partidos políticos. Se van a quedar sin sustento en la sociedad, tienen dinero, pero no sustento social’, subrayó Souza.
Para que las elecciones del 2014 no signifiquen más de lo mismo consideró que hay que explorar alternativas. ‘Va tomando fuerza el descontento para coronar en una acción común, en unidad de acción, que es distinto a una acción programática. Debe buscarse la unidad en la diversidad, entre fuerzas diferentes que coincidan en una cosa’, anticipó.
‘Las cosas están madurando en el país, porque ante los problemas que se han ido multiplicando, también se ha ido multiplicando el descontento como un tejido que se va expresando como una fuerza superior a las fuerzas represivas que el gobierno viene manejando’, señaló.
Souza reconoció que esas protestas todavía no son sistemáticas. Son destellos que están mostrando cuál es el camino. ‘La gente aprende que no podemos seguir cada uno por su lado. Tenemos que ir creando una especie de Estado Mayor que le dé dirección y conducción al movimiento. Eso hay que apoyarlo, porque el pueblo no puede seguir de espectador ante una tragedia que lo está ahogando. Que la gente no sea consciente, es otra cosa. Pero esa es la tendencia, donde vienen las jerarquías, las vanguardias para interpretar eso y actuar conforme a eso’, advirtió.
LA SALIDA VIOLENTA
Souza reconoció el liderazgo que están demostrando Juan Jované y la cacica Silvia Carrera y cuestionó las posiciones sectarias de FRENADESO que, después de estar ausente, ha aparecido en las protestas callejeras.
‘FRENADESO –afirmó- se está dando cuenta de que está quedando al margen de lo que está pasando en el país. No van a renunciar de la noche a la mañana a sus posiciones sectarias. Pero la realidad también les está entrando a ellos. Están ante la disyuntiva de interpretar con acierto lo que está pasando en el país o quedar aislados’.
Valoró, en el contexto de las izquierdas, el papel jugado por los comunistas. ‘A lo largo de 82 años de presencia en la vida nacional, los comunistas hemos demostrado que no somos como los cocuyos que alumbran una sola noche. Somos históricos. Hemos aprendido de nuestras propias experiencias. Siempre hemos estado orientando al pueblo, organizando, entregando nuestra experiencia e inspiración’, reflexionó.
Souza reconoció que poco a poco se está construyendo el poder ciudadano y que la dinámica de esa tendencia va hacia la unidad, que es lo que da fuerza. ‘La gente ha comenzado a tomar conciencia del callejón sin salida en que nos encontramos, porque el orden ya no funciona y esto tiene que cambiar. El que tiene sensibilidad sabe que hay que buscar respuestas, alternativas’, añadió.
Mostró preocupación porque ‘en esa búsqueda de respuestas al desorden que hay, el dilema es el de una salida pacífica o una salida violenta. La insistencia en mantener el orden que estamos viendo, que la mayoría del pueblo panameño ya no acepta porque ya no está conforme y ha pasado a una virtual revuelta nacional, puede generar una salida violenta’.
‘Martinelli es tan irresponsable en su delirio por mantenerse en el poder, que cree que puede seguir engañando al pueblo. Él mismo y sus asesores son los que están engañados. Ni siquiera considera que vamos hacia una salida violenta por la acumulación de injusticias, burlas y desprecio’, advirtió Souza.
Souza comentó que la violencia no es solo armada. Puede manifestarse en forma de una huelga política general, como ya hubo en 1948 cuando la Policía Nacional puso en el poder a Arnulfo Arias, a quien le habían robado las elecciones un año antes. O la huelga política que se produjo el 9 de enero de 1964, que obligó a Estados Unidos a negociar la entrega del canal. ‘Ese ha sido el movimiento político más grande que ha habido en este país. De no haber sido por eso, todavía existiría la Zona del Canal’, apuntó.
LA SALIDA PACÍFICA
Recordó que los sucesos de enero de 1964 se produjeron luego del ambiente fiestero del año nuevo. Se produjo un estallido que estaba condicionado por la acumulación de descontento y hastío por la presencia extranjera y se dio el enfrentamiento con el ejército más poderoso del mundo.
Interpretó ese ejemplo señalando que Martinelli está equivocado si cree que con distracción y diversionismo va a nublarle la mente al pueblo. ‘La gente quiere abrigarse de los momentos amargos y fiestean, pero se equivocan quienes creen que con eso los van a mantener mareados y que van a ceder sus principios’, afirmó.
Souza señaló que la salida pacífica es la convocatoria a una Asamblea Constituyente, capaz de cambiar el orden actual. ‘Debe ser una Constituyente Soberana porque la Constitución debe convertirse en un poder en sí mismo, no como ahora que es un elemento administrativo del poder. Debe generar un nuevo poder que no va a ser mediatizado. Eso tenemos que ganarlo en las calles’, comentó. Para convocar a una Constituyente se necesita recoger el 20% de las firmas del último censo electoral y debe ser organizada por el Tribunal Electoral.
‘Si se logra entusiasmar a las masas que salgan por la Constituyente, se crea un nuevo poder, cambian las reglas del juego, porque se va a rehacer el orden jurídico por iniciativas ciudadanas’, añadió.
Souza valoró que si eso no se hace, entonces podrían producirse escenarios de violencia, porque el ritmo del desquiciamiento no se aguanta. Eso presagia que las elecciones del 2014 van a ser violentas.
‘La situación podría degenerar en una confrontación, en un vacío de poder por el empecinamiento de Martinelli a no aceptar que ya no puede gobernar, que no deje otra alternativa que la intervención de una fuerza militar multinacional de ocupación internacional’, anticipó.
‘Podría levantarse un movimiento popular, con la convocatoria de una huelga política general o podría producirse un enfrentamiento entre los clanes económicos propiciando entre ellos mismos un golpe contra el gobierno actual para defenderse de la voracidad de Martinelli. Pero también podría llegarse a una guerra civil’, advirtió Souza.