domingo, 27 de enero de 2013

52 años del asesinato de Patricio Lumumba.

Hoy se cumplen 52 años del brutal asesinato de Patricio Lumumba, jefe del gobierno de la República del Congo, quien fue asesinado el 17 de enero de 1961 por una conspiración organizada por el gobierno de Bélgica, con la complicidad de los Estados Unidos, de Gran Bretaña y de las Naciones Unidas. Su cadáver condenó al Congo a la rapaz dictadura de Mobutu y una sucesión de sangrientas guerras civiles. Durante más de cuarenta años se ha mantenido el silencio sobre este crimen, en donde se rumora que su cadáver y el de otros colaboradores, fueron disueltos en ácido sulfúrico para no dejar rastros.

Patricio Lumunba fue un gran líder africano. Primer jefe de gobierno de la República Democrática del Congo. Figura destacada en la lucha de liberación de los pueblos africanos, propugnó que los gobiernos independientes del continente, prestasen ayuda y apoyo a los países que no habían alcanzado su libertad. Buscó la descolonización del Congo y destruir totalmente el poder colonialista europeo presente en África, erradicar el ultraje y el expolio que durante siglos había sufrido el continente.

El pensamiento de Lumumba, constituyó un peligro para las potencias occidentales explotadoras de los pueblos africanos, fue Ministro, líder, enemigo del colonialismo y pionero por la unidad de los pueblos africanos y por su liberación. Buscaba la descolonización del Congo y destruir totalmente el poder colonialista europeo presente en África, erradicar el ultraje y el expolio que durante siglos había sufrido el continente, una persona así para los colonizadores, no merecía continuar viviendo y por eso, se fraguó su asesinado a pocos meses de haber asumido el poder en la República del Congo.

A 51 años del asesinato del líder africano Patricio Lumumba, en su patria, la República Democrática del Congo, la guerra es un genocidio oculto que ha producido más de 5 millones de muertos en los últimos años; este genocidio puede ser detenido, pero la comunidad internacional, las democracias del Norte, no quieren detenerlo, convirtiendo al Congo en un pueblo activamente crucificado.

La ironía: poseer grandes riquezas naturales como las que tiene la República Democrática del Congo, se ha convertido en una tragedia.

En las montañas orientales del Congo hay valiosos minerales como el coltán y niobio, además de oro, diamantes, cobre y estaño. El coltán, abreviatura de colombio-tantalio, está en suelos de una antigüedad de tres mil millones de años. Se usa con el niobio para fabricar los condensadores para manejar el flujo eléctrico de los teléfonos celulares. Cobalto y uranio son elementos esenciales para las industrias nuclear, química, aeroespacial y de armas de guerra. Alrededor del 80% de las reservas mundiales de coltán están en el Congo.

Por el control de estos minerales escasos hay una guerra tremenda. Los poderes multinacionales quieren controlar la minería de la región. Conclusión: “el motivo del genocidio son estos minerales que buscan las corporaciones” y además están destruyendo la segunda área verde del planeta después del también amenazado Amazona.

En una carta escrita a su esposa e hijos pocos días antes de su muerte, Patricio Lumumba expresaba: “Ninguna brutalidad maltrato o tortura me ha doblegado porque prefiero morir con la cabeza en alto, con la fe inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir sometido y pisoteando principios sagrados. Un día la historia nos juzgará, pero no será la historia según Bruselas, París, Washington o la ONU, sino la de los países emancipados del colonialismo y sus títeres”.

Cada enero, aunque el poder mediático mundial hace lo posible por borrar de la memoria histórica la existencia del genocidio en el continente africano, provocado por las potencias occidentales en su afán de hacerse por las grandes riquezas de su pueblos, los revolucionarios del mundo debemos recordar a este gran líder, símbolo de las luchas emancipadoras del pueblo africano, víctima como su pueblo de la crueldad y la arrogancia de quienes hoy se creen los amos del mundo.

Via correo electrónico.
Martín Guedez (martinguedez@gmail.com)

viernes, 25 de enero de 2013

La clase obrera panameña y las elecciones.



Por Olmedo Beluche

En 1847, cuando redactaron El Manifiesto Comunista, Carlos Marx y Federico Engels, señalaron que el proceso de formación de la conciencia de la clase trabajadora pasa por una serie de etapas. Al principio, cuando el trabajador carece de conciencia de clase, no comprende bien la causa de sus penurias en la sociedad capitalista, no comprende la naturaleza de la explotación a la que es sometido y muchas veces atribuye a otros trabajadores (con quienes compite) o a las máquinas, sus bajos salarios y sus malas condiciones de empleo (o desempleo).

Pero los trabajadores adquieren en el proceso un primer nivel de conciencia ("Conciencia en sí", le llaman), cuando descubren que es la clase capitalista (los patrones) la que extrae riqueza de su trabajo y que, junto a sus compañeros, constituye una clase explotada por el capital. Este primer nivel de la conciencia de los trabajadores se materializa en la formación de los sindicatos para luchar juntos, como clase, por la defensa y mejora de sus condiciones de trabajo.

En la lucha sindical los trabajadores van descubriendo que cada conquista laboral que logran (por ejemplo aumentos salariales) es efímera porque el capital, que controla todos los resortes de la sociedad, anula o arranca estas conquistas por otras vías, como la subida incesante de los precios o la imposición de leyes antiobreras. Entonces es cuando la conciencia obrera está en condiciones de alcanzar el siguiente nivel, el más elevado ("Conciencia para sí", le llamaron Marx y Engels) porque cae en cuenta que su situación no resolverá mientras los capitalistas detenten el poder político. Es cuando la clase trabajadora descubre que, para cambiar sus miserias, debe organizarse en partido político de clase y proponerse tomar el poder, desplazando a los capitalistas de él, para organizar la sociedad en función de los intereses de la mayoría, que es la propia clase trabajadora. 

En Europa y Estados Unidos, durante el siglo XIX, los trabajadores lucharon paralelamente por derechos laborales (como las 8 horas de trabajo) y por los derechos políticos, como el voto universal (masculino, primero, y femenino, después) y el derecho a organizar partidos obreros. La lucha del "Cartismo" en Inglaterra, por el derecho al voto para los trabajadores; en Alemania por la legalización del Partido Socialdemócrata; contra la esclavitud en EE UU, prueban que muchas de los derechos democráticos básicos aceptados hoy día fueron conquistados e impuestos por la clase obrera y no dádivas de los empresarios. Por eso es falso identificar democracia con capitalismo.

Al margen de que ha habido distintos tipos de partidos obreros, unos revolucionarios, por cuanto postulan la necesidad de una revolución social para cambiar la sociedad; y otros reformistas, porque postulan transformaciones paulatinas en el marco legal, la mayoría han sido concientes de aprovechar los procesos electorales, en los que está a la orden del día el quién y para qué debe gobernar, como una forma de ayudar a la formación de la conciencia de la clase trabajadora.

Un poco de historia
En Panamá ambos procesos de organización y conciencia tienen una larga tradición. Los primeros sindicatos llegaron de la mano de la modernización de la zona de tránsito en el siglo XIX, con la construcción del ferrocarril. La primera huelga en el Istmo data de 1857. Luis Navas (El movimiento obrero de Panamá, 1880-1914 (1979)),  señala que para fines del siglo XIX ya existían sindicatos en las plantaciones bananeras al igual que durante la construcción del canal por Estados Unidos, produciéndose varias huelgas. La Revolución Rusa de 1917 tuvo repercusiones en Panamá y bajo su influjo surgió el primer partido clasista (El Grupo Comunista) y la primera central sindical (Sindicato General de Trabajadores), dirigidos ambos por Blásquez de Pedro, obrero español emigrado al Istmo, quien también fue dirigente de la Huelga Inquilinaria de 1925.

En los años 30, dirigentes sindicales como Cristóbal Segundo y Domingo H. Turner fundaron el Partido Comunista. Por otro lado, Demetrio Porras junto a Diógenes De la Rosa fundaron el Partido Socialista, llegando el primero a ser electo diputado en 1932, 1940 y 1945. El Partido Comunista cambió su nombre a Partido del Pueblo en los años 40, participando menos de procesos electorales y si en la organización de sindicatos clasistas, con líderes como Marta Matamoros y Ángel Gómez. Incluso las luchas estudiantiles de los años 40, que permitieron el surgimiento de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) maduraron hasta conformar un partido político: el Frente Patriótico de la Juventud.

En los años 60, los partidos que se reclamaban de la clase trabajadora eran varios, dirigiendo las importantes huelgas de este periodo de la naciente clase obrera industrial y las luchas por la soberanía (como el 9 de Enero de 1964). Aunque sólo lograron registro electoral el Partido Socialista, dirigido por Carlos I. Zúñiga (abogado del sindicato bananero) y Fabián Echevers; y el partido Vanguardia de Acción Nacional (VAN) de Jorge Turner. Bajo el régimen militar, en las elecciones presidenciales de 1984, participaron varios partidos clasistas: el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que postuló al dirigente campesino Ricardo Barría; el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) que postuló al Dr. José Renán Esquivel; y el Partido del Pueblo, que postuló al abogado laboralista Carlos Del Cid. Incluso Carlos I. Zúñiga constituyó un partido socialdemócrata, el PAPO.

La oligarquía panameña y sus leyes antidemocráticas
La burguesía panameña siempre ha sido conciente del peligro que representa para sus intereses que los trabajadores se organicen en sus propios partidos y se postulen para ser gobierno, por ello ha procurado mantener Códigos Electorales que con diversas trampas procuran impedir el registro legal de los partidos de la clase trabajadora para mantener el monopolio exclusivo del poder político. Por ello, aunque en Panamá desde hace cien años existen partidos o movimientos políticos obreristas, no han podido participar de la mayoría de los procesos electorales. En muchas ocasiones la táctica de la burguesía ha sido impedir el registro legal de estos partidos, para luego proponerles a los líderes populares y sindicales postularles en sus partidos patronales, de modo que canaliza sus votos y les aplican el "abrazo del oso" cooptando o comprando a muchos dirigentes a la vez que los neutralizan.

Esa estrategia de absorción de dirigentes sindicales fue aplicada en la década del 30 por la fracción liberal de Francisco Arias Paredes; en la Constituyente de 1945; en las elecciones del 48 con los dirigentes estudiantiles; en los años 60 por liberales y arnulfistas; y más recientemente por el PRD y otros partidos controlados por los empresarios que se han nutrido del prestigio de dirigentes populares para luego usarlos a su favor, comprarlos y "quemarlos".

El Código Electoral panameño nunca fue tan antidemocrático como el actual, nacido de las cenizas de la invasión norteamericana de 1989, fue redactado para imponer un régimen bipartidista, PRD-Panameñismo, que ahora está en crisis. Por eso, para impedir que surjan partidos obreros o de capas medias que cuestionen el control oligárquico sobre los órganos del Estado, exige la cifra de adherentes más alta de América Latina: 4% de firmas (equivalentes hoy a 64,000). Firmas que van asociadas a un sistema corrupto y clientelista, en el que los partidos empresariales han asociado las firmas y el voto a "regalos" (en efectivo o especie). Por lo tanto, a los partidos ideológicos que carecen de dinero para entrar en ese juego y que rechazan la corrupción les resulta imposible inscribirse. Por ello, cada año hay menos partidos políticos legales y menos candidatos, para que "gobiernen los políticos de siempre".

Ni hablemos de otras reglas corruptas del Código Electoral panameño, como: las campañas millonarias, las donaciones secretas, las reglas injustas que favorecen a los partidos inscritos contra los nuevos (como la imposibilidad de inscribir con libros móviles o sólo 4 meses del año con libros estacionarios, etc.). El objetivo es claro: la burguesía teme que su control político pueda ser cuestionado por un sistema verdaderamente democrático.

La crisis del régimen oligárquico panameño y las posibilidades del movimiento popular en 2014
Pero el tiempo no pasa en vano. Veintitrés años de régimen oligárquico disfrazado de "democrático", han producido un desgaste y un descontento creciente en la población, que ve cómo su voto no sirve para nada, porque la sucesión de gobiernos y partidos, no cambia nada. Cuatro lustros de aplicación de planes neoliberales contra los trabajadores, que nos han llevado a niveles de pobreza y explotación extremos; veinte años de corrupción descarada y rampante; están produciendo una crisis política creciente, que incluye no sólo el desencanto de los sectores populares, sino crecientes contradicciones entre la clase dominante.

Parte de ese descontento y esos vientos de cambio ha sido que en los últimos 5 años han surgido dos intentos por constituir partidos electorales de la clase trabajadora y los sectores populares: el primero, que no pudo vencer los obstáculos del Código Electoral (Alternativa Popular, PAP, que alcanzó 5000 adherentes y fue ilegalizado en 2011); el segundo en un proceso de inscripción todavía abierto, pero en el que ha tropezado con los mismos obstáculos sin seguridad que los vaya a superar (el Frente Amplio por la Democracia, FAD, que lleva 19 mil adherentes).

En 2012, también hubo un cambio en la legislación que permite inscribir candidaturas por libre postulación a la Presidencia, que requieren menos firmas (1% ó 16 mil adherentes), dando otra opción posible para los sectores populares y obreros. Al margen de si el objetivo del gobierno de Martinelli al aceptar esta reglamentación es dividir el voto opositor, los segmentos más concientes de la clase trabajadora tienen el derecho y el deber de explorar también este camino para usar las elecciones de 2014 como una tribuna que ayude a la maduración de la conciencia de clase para sí. Ya no basta pregonar la abstención o el voto nulo o blanco en las elecciones. Hay una ventana para postular dirigentes de la clase trabajadora de carne y hueso.

Los retos del movimiento obrero y popular frente a las elecciones: unidad e independencia política
Sin embargo, que exista la posibilidad no quiere decir que haya la garantía absoluta de que será aprovechada para avanzar en un referente político de la clase trabajadora. Hay dos obstáculos que se ciernen contra esa posibilidad: 1. La falta unidad de los sectores populares; 2. La trampa que sigue tendiendo la burguesía para absorber a los dirigentes que intentan postularse, neutralizando las propuestas clasistas, ya sea trayéndolos a sus partidos o lanzando a sus agentes bajo el ropaje de "independientes".

1.  La falta de unidad se debe al vanguardismo y al personalismo por el cual algunos creen que "tienen la gente" y que hacer unidad con otros es "regalarle mi base" o "mi capital político". Esa es una forma de pensar errada, porque en Panamá cada sector político de la izquierda, cada sector sindical, cada dirigente político o social, tiene ya su propio espacio, su propio nicho de trabajo y no necesita de nadie para construirlo. Por el contrario, la unidad real a la que hay que aspirar ayudaría a sumar esfuerzos y complementaría las fortalezas de cada uno, contra un Código Electoral que se ha demostrado difícil de vencer para cada uno de los sujetos populares por separado. La unidad, además ampliaría el espectro social de apoyo dando seguridad de capacidad de gobierno a los indecisos.

La experiencia venezolana tiene mucho que decirnos al respecto: sólo cuando surgió un líder que supo cobijar unitariamente el amplio espectro de la izquierda de ese país, Hugo Chávez, dando a cada uno el espacio que le correspondía bajo un proyecto nacional unitario, pudo despegar el Proceso Revolucionario Bolivariano. ¿Qué organización o dirigente será capaz de asumir ese reto en Panamá?

2. El otro problema, el de la independencia política, es programático. Ser candidato por la libre postulación, tampoco es garantía de nada. No basta proclamarse "independiente", hay que serlo sosteniendo un programa de transformaciones sociales y políticas, como mínimo, antineoliberales y antioligárquicas. Pactar con mal llamados sectores de la "burguesía patriótica" o una "coalición opositora" encabezada por la burguesía, es caer nuevamente en la trampa del régimen político, porque es entregar el poder a otro sector de la clase dominante que no cambiará nada para la clase trabajadora.

¿Cómo superar la división actual para aprovechar las elecciones de 2014?
La salida ideal, y tal vez la única, es que salga de un Gran Acuerdo Político Sindical y Popular para lanzar una alternativa política en 2014. Un acuerdo que puede y debe surgir de las organizaciones sindicales y los movimientos sociales e indígenas. Así como el 12 de enero de 2013 pudo surgir un acuerdo nacional de organizaciones para la lucha social, es posible un acuerdo político para enfrentar juntos las elecciones de 2014, con una propuesta política clasista, que hace 30 años no tenemos.

lunes, 21 de enero de 2013

La sociedad panameña entró en un proceso de descomposición

DEMETRIO OLACIREGUI Q.


El líder comunista hace una radiografía de la situación. Su mayor temor es que el descontento social existente degenere en una guerra civil.

2013-01-21 — 12:00:00 AM — PANAMÁ. En un ambiente saturado de corrupción institucionalizada, impunidad, injusticias y confrontación, el país está ante el dilema de una salida pacífica o una salida violenta. En ese escenario, la situación podría degenerar en una guerra civil y producir un vacío de poder que hiciera necesario la intervención de una fuerza militar multinacional, advirtió el legendario líder comunista Rubén Souza, para quien el gobierno de Ricardo Martinelli está cada vez más aislado de la sociedad.

‘Martinelli está rodeado de la escoria de la sociedad y de los partidos políticos y eso lo está aislando. El resultado es que los de arriba no tienen el control y los de abajo no se dejan controlar’, añadió.

Souza, quien cumplirá 90 años en septiembre, volcó el peso de 70 años de vida política en una extensa entrevista con La Estrella en su modesta casa de Carrasquilla.

Habló de los recuerdos de su abuelo de origen portugués y dueño de propiedades en Corozal antes de la construcción del Canal, pasando por su exilio en Chile, sus periplos por el mundo socialista, sus relaciones con el general Omar Torrijos, las negociaciones de los tratados canaleros, la invasión militar estadounidense, la crisis económica mundial, la coyuntura política actual, el sectarismo de la izquierda y las elecciones del 2014.

Recordó que fue el general Torrijos —‘un militar gorila que se convirtió en un militar patriota’— quien logró la recuperación del Canal, pero no toda la liberación nacional. Esa tarea la dejó a la posteridad’. Dijo que queda la otra argolla que nos ata porque seguimos bajo el paraguas del Pentágono. ‘Esta tarea es para los que vienen y yo los espero al final del camino con un saludo militar’, señaló citando las expresiones del desaparecido líder panameño.

CUMPLIR EL CICLO SOCIAL

Souza aseguró que el general Torrijos comprendió que el problema prioritario de la historia de Panamá era su liberación nacional. Pero eso debía tener un contenido social. ‘Rescatamos los bienes del Canal, pero no han entrado a la cultura de los panameños, no se ha cumplido el ciclo social, porque los magnates que dirigen el país han privatizado el Canal y no se le ha dado el uso más colectivo posible al que aspiraba el general Torrijos’, resaltó.

Souza, quien en 1943 ingresó a las juventudes comunistas y ocho años después asumió por 50 años la dirección de ese partido, dijo que el general Torrijos identificó el instinto panameño de libertad, su reacción espontánea de ser un país libre. ‘El general Torrijos le habló al subconsciente del panameño, por eso sigue vivo en la consciencia nacional’, reconoció.

Estimó que la crisis económica mundial se manifiesta en Panamá de forma diferente que en otros países, lo que no lo exime de ser alcanzado. La contradicción es que mientras en otras partes del mundo la crisis se expresa como catástrofe económica, en Panamá la modalidad es de auge económico.

Souza recordó que algo similar ocurrió durante la Segunda Mundial. Cuando otros pueblos se mataban y destruían, en Panamá había auge por ser una pieza militar de Estados Unidos. La construcción de decenas de bases militares trajo crecimiento económico. Pero cuando pasó la guerra la economía cayó.

‘Eso mismo va a pasar ahora. Hay que ver de dónde vienen los capitales en fuga que se están invirtiendo en Panamá. Si mañana esos capitales tienen otro lugar atractivo se van y entonces se verán las consecuencias de una situación artificial’, precisó.

CRECIMIENTO CON INVOLUCIÓN POLÍTICA

De acuerdo a su análisis, el gobierno de Martinelli quiere meterle por los ojos a los ciudadanos que hay progreso, pero el progreso se mide en función de cómo el crecimiento económico llega al pueblo.

‘Mientras el país está creciendo materialmente, está involucionando políticamente. El pueblo también involuciona, se imponen las formas más autocráticas de gobierno y se hace caso omiso a la opinión pública’, añadió.

Souza, quien tuvo que abandonar la carrera de Ingeniería por las tareas políticas, expresó su preocupación acerca de cómo resolver el problema del cambio de poder en 2014, cuando la inmensa mayoría de la opinión pública repudia los métodos de gobernar de Martinelli.

Opinó que la sociedad panameña entró en un proceso de descomposición. Hay una deformación porque se supone que todo el desarrollo económico del país debe reflejarse en la vida de los ciudadanos.

‘Estamos en un desarrollo descendente —subrayó— que se manifiesta en la crisis panameña. Hay un grupo selecto que se está llenando los bolsillos hasta derramarse. Pero hay otro sector, que es la mayoría, que se está pauperizando, junto con un sector de pobreza absoluta. Están también los sectores medios que están rezagados de lo que genera la sociedad. Pueden tener comida, vestido, pero les está vedado el desarrollo material. El poder adquisitivo es cada vez menor’.

‘La descomposición también ha alcanzado a las instituciones. No pueden tapar la corrupción. Están surgiendo los ejércitos de indignados que se manifiestan por el transporte, la circulación, la inflación, la inseguridad, por la decadencia de los servicios públicos, la salud, la educación, por el caos que se está viviendo, sin importar el desarrollo material’, recalcó.

DETERIORO DE LA AUTORIDAD

Souza consideró que el gobierno actual, a pesar de todo lo que está haciendo para rearmar a la Policía Nacional y preparar la represión de los movimientos de protesta, no puede gobernar como antes. Poco a poco se ha ido deteriorando su autoridad.

Citó los ejemplos de Changuinola, San Félix, el levantamiento en Colón y los movimientos que están organizándose en los barrios para rechazar el reordenamiento territorial, la desprotección del medio ambiente y el transporte, lo que indica que la gente está en rebeldía.

Estimó que el país está viviendo el primer escalón de una situación revolucionaria, que no es en solitario, es un proceso. ‘Lo que la gente siente se va agudizando. Se está generalizando un sentimiento de descontento, insatisfacción, frustración e indignación’, aseguró.

El otro escalón es cuando la gente pasa a la acción, cuando se convierte en iracunda. Identificó esa situación en lo que sucedió durante la demanda por la derogación de la ley que permitía la venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón, que degeneró en saqueos en los alrededores de la Plaza 5 de Mayo.

‘Eso lo que está expresando es que estamos pasando de la reacción a condiciones de desobediencia civil, dando paso a acciones comunes’, afirmó. El Frente Amplio de Colón (FAC) y la conformación de la alianza con los movimientos de Changuinola y el pueblo Ngäbe, así lo demuestran.

DESCONFIANZA EN LOS POLÍTICOS

Elogió la creación del Frente de Defensa de la Democracia (FDD) como una alianza que unifica intereses diversos, pero advirtió que ha comenzado el repliegue de partidos políticos como el PRD porque no aceptan que un movimiento popular se entrometa en las elecciones. ‘Saben que si siguen soplando el movimiento popular, pierden protagonismo’, puntualizó.

También señaló que las expresiones de descontento popular se deben a que los ciudadanos no creen en el bipartidismo, identificado en el arnulfismo y el PRD, ni en CD. ‘Están hastiados de lo que han venido ocurriendo en 20 años de alternancia en el poder, después de la invasión militar de Estados Unidos, y buscan el punto final’, comentó.

Para Souza, los grupos económicos que habían perdido el poder por el golpe de la Guardia Nacional en 1968 no tenían otra forma de recuperarlo que no fuera por una intervención extranjera. ‘Querían crear otro tipo de poder, pero no tenían ni la autoridad ni la fuerza para imponerse sobre el aparato militar. La única salida era la invasión. Los intereses de la invasión se identificaron con los intereses estadounidenses de otras agresiones en otros países’, añadió.

De acuerdo a su análisis, para comprender lo que está pasando actualmente en el país y cuáles son las razones que llevaron a Martinelli al poder hay que entender la invasión.

Planteó que ‘lo que pasó fue la restauración del poder oligárquico después de la invasión. Por eso tenían que llevarse al general Manuel Antonio Noriega. Martinelli representa a los mismos bandidos que habían sido sacados en 1968’.

MÁS DE LO MISMO EN EL 2014

Souza opinó que ‘los políticos tradicionales están pensando que las elecciones del 2014 son una repetición de las elecciones que hemos visto después de la invasión, pero están equivocados porque no están haciendo una lectura correcta de lo que pasa en la sociedad. Por eso se van a estrellar’.

‘Martinelli surgió por el desgaste del bipartidismo, escondiendo a través de demagogia y engaños un premeditado vuelco hacia la derecha. Él no representa fuerzas nuevas, sino las viejas prácticas políticas anteriores a 1968. Él cree que ha llegado al reino, pero tiene una crisis peor que cuando estaba el bipartidismo. Se le han agotado las reservas políticas y de las finanzas públicas, por el derroche y la corrupción, y vamos al desastre, porque está reviviendo una situación similar a la de 1968’, recalcó.

Todo eso genera incertidumbre. ‘La interrogante es si las fuerzas progresistas son capaces de interpretar eso y de asumir un liderazgo. Además está el problema de si los que están arriba, incluyendo los que están en los partidos de oposición, pierden la capacidad de imponer un orden aquí, es decir, suponiendo que pierda el CD y haya uno del bipartidismo, ninguno de ellos está en condiciones de establecer un orden aquí’, aseguró.

‘De la misma evolución de los hechos tiene que surgir una fuerza que no sea ni de CD, ni del arnulfismo, ni del PRD. Del lado de las izquierdas la situación es de divisionismo, no entienden lo que está pasando porque son sectarios. Lo que han demostrado los hechos es que si tú no tienes la fuerza decisiva para derrotar al adversario político, no vas a ningún lado por más bonito que hables, por más razones que digas que tienes. Esto es un problema de fuerza’, precisó.

AISLAR A MARTINELLI

‘Hay que aislar las fuerzas del gobierno y neutralizar las fuerzas que quieren restituir el bipartidismo. En el caso de Martinelli, ¿por qué hay que aislarlo? Porque esa es la fuerza que hay que derrotar, y la única forma de derrotarlo es aislarlo de la sociedad. Además él mismo se está aislando porque está rodeado de la escoria de la sociedad y de los partidos políticos. Se van a quedar sin sustento en la sociedad, tienen dinero, pero no sustento social’, subrayó Souza.

Para que las elecciones del 2014 no signifiquen más de lo mismo consideró que hay que explorar alternativas. ‘Va tomando fuerza el descontento para coronar en una acción común, en unidad de acción, que es distinto a una acción programática. Debe buscarse la unidad en la diversidad, entre fuerzas diferentes que coincidan en una cosa’, anticipó.

‘Las cosas están madurando en el país, porque ante los problemas que se han ido multiplicando, también se ha ido multiplicando el descontento como un tejido que se va expresando como una fuerza superior a las fuerzas represivas que el gobierno viene manejando’, señaló.

Souza reconoció que esas protestas todavía no son sistemáticas. Son destellos que están mostrando cuál es el camino. ‘La gente aprende que no podemos seguir cada uno por su lado. Tenemos que ir creando una especie de Estado Mayor que le dé dirección y conducción al movimiento. Eso hay que apoyarlo, porque el pueblo no puede seguir de espectador ante una tragedia que lo está ahogando. Que la gente no sea consciente, es otra cosa. Pero esa es la tendencia, donde vienen las jerarquías, las vanguardias para interpretar eso y actuar conforme a eso’, advirtió.

LA SALIDA VIOLENTA

Souza reconoció el liderazgo que están demostrando Juan Jované y la cacica Silvia Carrera y cuestionó las posiciones sectarias de FRENADESO que, después de estar ausente, ha aparecido en las protestas callejeras.

‘FRENADESO –afirmó- se está dando cuenta de que está quedando al margen de lo que está pasando en el país. No van a renunciar de la noche a la mañana a sus posiciones sectarias. Pero la realidad también les está entrando a ellos. Están ante la disyuntiva de interpretar con acierto lo que está pasando en el país o quedar aislados’.

Valoró, en el contexto de las izquierdas, el papel jugado por los comunistas. ‘A lo largo de 82 años de presencia en la vida nacional, los comunistas hemos demostrado que no somos como los cocuyos que alumbran una sola noche. Somos históricos. Hemos aprendido de nuestras propias experiencias. Siempre hemos estado orientando al pueblo, organizando, entregando nuestra experiencia e inspiración’, reflexionó.

Souza reconoció que poco a poco se está construyendo el poder ciudadano y que la dinámica de esa tendencia va hacia la unidad, que es lo que da fuerza. ‘La gente ha comenzado a tomar conciencia del callejón sin salida en que nos encontramos, porque el orden ya no funciona y esto tiene que cambiar. El que tiene sensibilidad sabe que hay que buscar respuestas, alternativas’, añadió.

Mostró preocupación porque ‘en esa búsqueda de respuestas al desorden que hay, el dilema es el de una salida pacífica o una salida violenta. La insistencia en mantener el orden que estamos viendo, que la mayoría del pueblo panameño ya no acepta porque ya no está conforme y ha pasado a una virtual revuelta nacional, puede generar una salida violenta’.

‘Martinelli es tan irresponsable en su delirio por mantenerse en el poder, que cree que puede seguir engañando al pueblo. Él mismo y sus asesores son los que están engañados. Ni siquiera considera que vamos hacia una salida violenta por la acumulación de injusticias, burlas y desprecio’, advirtió Souza.

Souza comentó que la violencia no es solo armada. Puede manifestarse en forma de una huelga política general, como ya hubo en 1948 cuando la Policía Nacional puso en el poder a Arnulfo Arias, a quien le habían robado las elecciones un año antes. O la huelga política que se produjo el 9 de enero de 1964, que obligó a Estados Unidos a negociar la entrega del canal. ‘Ese ha sido el movimiento político más grande que ha habido en este país. De no haber sido por eso, todavía existiría la Zona del Canal’, apuntó.

LA SALIDA PACÍFICA

Recordó que los sucesos de enero de 1964 se produjeron luego del ambiente fiestero del año nuevo. Se produjo un estallido que estaba condicionado por la acumulación de descontento y hastío por la presencia extranjera y se dio el enfrentamiento con el ejército más poderoso del mundo.

Interpretó ese ejemplo señalando que Martinelli está equivocado si cree que con distracción y diversionismo va a nublarle la mente al pueblo. ‘La gente quiere abrigarse de los momentos amargos y fiestean, pero se equivocan quienes creen que con eso los van a mantener mareados y que van a ceder sus principios’, afirmó.

Souza señaló que la salida pacífica es la convocatoria a una Asamblea Constituyente, capaz de cambiar el orden actual. ‘Debe ser una Constituyente Soberana porque la Constitución debe convertirse en un poder en sí mismo, no como ahora que es un elemento administrativo del poder. Debe generar un nuevo poder que no va a ser mediatizado. Eso tenemos que ganarlo en las calles’, comentó. Para convocar a una Constituyente se necesita recoger el 20% de las firmas del último censo electoral y debe ser organizada por el Tribunal Electoral.

‘Si se logra entusiasmar a las masas que salgan por la Constituyente, se crea un nuevo poder, cambian las reglas del juego, porque se va a rehacer el orden jurídico por iniciativas ciudadanas’, añadió.

Souza valoró que si eso no se hace, entonces podrían producirse escenarios de violencia, porque el ritmo del desquiciamiento no se aguanta. Eso presagia que las elecciones del 2014 van a ser violentas.

‘La situación podría degenerar en una confrontación, en un vacío de poder por el empecinamiento de Martinelli a no aceptar que ya no puede gobernar, que no deje otra alternativa que la intervención de una fuerza militar multinacional de ocupación internacional’, anticipó.

‘Podría levantarse un movimiento popular, con la convocatoria de una huelga política general o podría producirse un enfrentamiento entre los clanes económicos propiciando entre ellos mismos un golpe contra el gobierno actual para defenderse de la voracidad de Martinelli. Pero también podría llegarse a una guerra civil’, advirtió Souza.

viernes, 11 de enero de 2013

La globalización de las luchas sociales.


Marco Gandasegui

Durante la primera semana de 2013 se desataron protestas sociales a escala mundial, regional y nacional. Es un indicio de los movimientos sociales que se están articulando para el nuevo año. Los pueblos del mundo y el panameño, en particular, están cada vez mejor organizados y no seguirán tolerando las acciones de despojo de los grupos especuladores que tienden a enriquecerse cada vez más protegidos por la corrupción, la militarización y el abuso de la autoridad.

En EEUU, Rusia, China, Europa y el mundo árabe el incremento de la pobreza de la población ha movilizado a diferentes sectores sociales y, a la vez, ha desatado un aumento de la represión policial. En América latina, desde el extremo sur en la Araucanía el pueblo mapuche está siendo violentamente reprimido por el gobierno chileno. En el país vecino del Cono sur, Argentina, tanto en la Patagonia, como en Tucumán, los pueblos campesinos y originarios se defienden de los usurpadores.

El mundo entero saluda la decisión de las comunidades indígenas de Chiapas de renovar su compromiso. Inauguraron 2013 desfilando orgullosamente por las ciudades chiapanecas donde la resistencia continúa. En Panamá los pueblos ngobe buglé reiteraron su rechazo a los planes mineros y de la construcción de hidroeléctricas en su comarca. Los ngobe buglé están trabajando para consolidar un Frente con los trabajadores de Changuinola y las organizaciones populares de Colón. La población de ambas ciudades fueron reprimidas por el gobierno con saldos fatales en 2011 y 2012, respectivamente.

Panamá conmemoró el 49º aniversario de la insurrección popular del 9 de enero de 1964. A pesar de que el gobierno ignoró la efeméride e, incluso, trasladó el feriado nacional a otra fecha (“para promover el turismo”, según el decreto ejecutivo), en las ciudades del país se realizaron muchos actos patriotas. En la capital hubo caminatas a la cima del Cerro Ancón hasta llegar a la bandera nacional que flamea sobre el Canal de Panamá. También hubo actos en el monumento a los estudiantes que arriesgaron sus vidas para izar la tricolor nacional en medio de los disparos del Ejército de EEUU. La generación de “aguiluchos” de 1964 del Instituto Nacional se reunieron en una ceremonia solemne. La Universidad de Panamá, en un acto multitudinario que reunió sus tres estamentos, inauguró un monumento al estudiante mártir Ascanio Arosemena. El FRENADESO se reunió en las puertas del “nido de águilas” – el Instituto Nacional. Los sindicalistas de CONATO realizaron un mitin en las “áreas revertidas” de la antigua Zona del Canal. El movimiento que apoya la candidatura independiente a la presidencia de la República de Juan Jované realizó un conversatorio sobre la coyuntura nacional.

El 9 de enero la Unión de Campesinos e Indígenas de Veraguas que rechaza la construcción de una hidroeléctrica realizaron manifestaciones de solidaridad y advertencia en el río Cobre. En la misma fecha “enviaron una delegación a Tolé, fronterizo con la comarca Ngobe Buglé, en solidaridad con los hermanos de esos pueblos indígenas quienes se oponen que continúe la construcción de la hidroeléctrica de Barro Blanco”. El Movimiento 10 de Abril, que agrupa a los militantes ngobe-buglé, cerró la carretera central a la altura de Tolé para protestar por los abusos gubernamentales y rendirle homenaje a los mártires del 9 de enero de 1964.
Veragüenses de 18 comunidades han levantado un campamento improvisado a 100 metros de la entrada del proyecto hidroeléctrico Las Cruces, de Cañazas. El proyecto no tiene un estudio de impacto ambiental pero cuenta con la protección del gobierno que pretende cortarles su acceso al agua. La Red Ecológica, Social y Agropecuaria de Veraguas (RESAVE) está realizando una campaña de recolección de alimentos para los protestantes. También le está pidiendo a las autoridades gubernamentales a que “se haga justicia y se proceda con el cierre del proyecto ilegal”. Además, la RESAVE señala que la hidroeléctrica “atenta contra los derechos ambientales de la población del distrito de Cañazas y la provincia de Veraguas”.

También se harán cierres en la carretera de Santiago a Santa Fé, a la altura de la comunidad de la Soledad de San Francisco. El 12 de enero los veragüenses, que se oponen a la hidroeléctrica de Las Cruces, asistirán al encuentro del Frente Estratégico Nacional que se desarrollará en Quebrada El Guabo, en la comarca Ngobe Buglé. El Frente tiene entre sus objetivos el unir fuerzas “con todos los que quieren un país libre de minas e hidroeléctricas dañinas”. También une a todos los que quieren un país democrático y de respeto a las instituciones del Estado. Un país donde los derechos humanos se respeten y gocen de plena vigencia en todo el territorio nacional.
Por otro lado, la RESAVE, “deja claro al país, que no está contra el desarrollo, pero si contra la privatización de los ríos, el desalojo, la expropiación de tierras y del derecho a vivir en paz, en libertad y con justicia social”.

La RESAVE le está enviando al presidente de la República un mensaje donde dice que “día a día realizaremos nuevas acciones que impedirán la realización de estos proyectos de muerte”. Le advierten al “señor presidente, que no se equivoque ni menosprecie la voluntad y los derechos humanos de nuestro pueblo, porque así como lo pusimos de presidente, y a sus diputados también, los podemos quitar”. Los miembros de la red cierran su manifiesto señalando que “si no hay justicia para los pueblos entonces que no haya paz para el gobierno”.

Panamá, 10 de enero de 2013