sábado, 28 de diciembre de 2013

"20 de diciembre de 1989: Una brecha histórica para la Juventud" FER-29.

La Invasión militar estadounidense a Panamá el 20 de diciembre de 1989 está cargado de muchas incógnitas, así como de justas interrogantes para las juventudes panameñas que no conocieron ni vivieron aquellos oscuros días en que el ejército más poderoso del planeta, arbitrariamente decidiera invadir nuestro país con la utilización de una fuerza bélica desmedida para una nación desprotegida, sin ejército, ni defensas militares so pretexto de capturar al narco-dictador Manuel Antonio Noriega, “general” de las Fuerzas de Defensas.

Casi 25 años después, vemos como el gobierno nacional (como los gobiernos anteriores) continúa en su silencio cómplice precisamente por haber nacido desde las entrañas de esa dictadura y sus relaciones con militares, banqueros y el empresariado corrupto galopante de hoy.

Pero en esta historia reciente, es importante reivindicar las luchas nacionalistas y revolucionarias impulsadas por el movimiento popular y el pueblo organizado, ajenas a la llamada “Cruzada Civilista” quienes vieron la sangrienta y cruel invasión norteamericana como un acto de “salvación” y “liberación” a favor del pueblo panameño. Estamos hablando de la Jornada Nacionalista Democrática JND.

Para el movimiento estudiantil, ya era suficiente la amenaza y la persecución por parte de las Fuerzas de Defensa, el G-2, departamentos de seguridad e inteligencia de Noriega y la presencia de la CIA y agentes serviles del Pentágono en el gobierno norieguista, prestos al secuestro, la desaparición y el asesinato de toda expresión política de la izquierda revolucionaria juvenil, universitaria o secundaria, que levantara su voz contra el otrora régimen; ese particular estilo vendepatria y anticomunista había sido heredado del dictador Omar Torrijos, empeñado en desarticular las expresiones organizadas e independientes de la juventud.

La invasión norteamericana el 20 de diciembre de 1989 toma por sorpresa a las fuerzas organizadas del pueblo, pese a que ya habíamos advertido a la nación de las intenciones nefastas de justificar una agresión militar en nuestro suelo para finiquitar el títere que el imperialismo mismo había creado.

La noche del 19 de diciembre de 1989, dirigentes estudiantiles del Frente Estudiantil Revolucionario 29 de Noviembre FER-29 participaban junto a otros panameños agrupados en la JND de las discusiones de coyuntura nacional sobre el régimen militar. Podemos decir que no hubo una preparación real y concreta para afrontar una eventual invasión norteamericana. El pueblo panameño estaba consumido en el miedo, la desesperación y la desidia de ver a un país secuestrado por una cúpula militar decadente y se sumó a las acciones de desobediencia civil de la Cruzada Civilista. En ese sentido, el movimiento estudiantil en la Universidad de Panamá, incluso a lo interno de sus paredes, se veía perseguido por expresiones espurias de juventudes plegada a los militares y la falsa izquierda entregada al prd (el partido de los militares), lo que forzó muchas veces a mantenerse en el clandestinaje dada la cruenta represión. Durante esos días, se entabló puentes con otras organizaciones para tratar de hacer frente a la presencia norteamericana en nuestro suelo, abocados a articular acciones de masa independiente de los civilistas y la “oposición”, quienes respondían a los mismos intereses político-económicos de las cúpulas militares.

Debemos resaltar que la misma Cruzada Civilista desvergonzadamente señalaba al FER-29 como “elementos comunistas peligrosos” lo que contrariaba su discurso de “unidad nacional” contra el régimen; aquello responde a que la cruzada fue siempre una fuerza dominada por partidos tradicionales y rechazábamos el doble discurso. Dichos señalamientos contra nuestra dirigencia fue lo que posteriormente terminó evidenciándose en su actitud rastrera y gringera, recibiendo a los asesinos yankees con flores y frutas, callando sobre los vejámenes que cometieran contra cientos de panameños durante la invasión.

Militantes del FER-29 brindaron asistencia a víctimas de bombardeos, entre heridos y perseguidos, también en la recopilación de información y datos importantes para presentar las futuras denuncias, acogidas por la solidaridad internacionalista.

La Universidad de Panamá fue tomada por tropas norteamericanas, también en el Instituto Nacional, provocando el descontento de diversas asociaciones de estudiantes y de las juventudes. En aquellos años, la universidad pública y popular se convirtió en un bastión de lucha juvenil y de las expresiones de izquierda estudiantil quienes teniendo la presencia de efectivos militares gringos dentro de la universidad, jamás se doblegaron y terminaron expulsando a las tropas militares días después.

Una vez reabierta la Universidad de Panamá, el FER-29 asumió un destacado papel en el movimiento estudiantil, denunciando públicamente y agitando a las juventudes para rechazar la presencia norteamericana y replegar los militares invasores en agitados mítines y movilizaciones internas, en un aire de indignación y convulsión social rechazando la presencia norteamericana. Sin embargo, la Universidad de Panamá después se vio inundada por tendencias pro-gringas, abrazadas con posturas antinacionales y entreguistas, a lo cual nuestra organización mantuvo distancia y se ha diferenciado históricamente, asumiendo un costo político nuestra independencia.

Destacamos la participación del Centro de estudiantes de Derecho, cuya primera Junta de Facultad recibió el rechazo firme a la Invasión norteamericana por parte de los estudiantes y se impulsaron importantes denuncias y acciones de protesta, siendo dirigentes del FER-29 quienes presentan una demanda legal al entonces presidente Guillermo Endara en la Asamblea Nacional de Diputados por su actitud cómplice y desinteresada en la violación de nuestra Autonomía universitaria.

Posterior a la invasión norteamericana, nuestra organización asumió una línea de denuncia nacional e internacional por la violación de nuestra soberanía por una potencia imperialista extranjera y sus nefastas consecuencias: la desaparición de personas, miles de personas muertas, destrucción del Chorrillo y otras localidades estratégicas para los militares. Pero para los que veían “liberación” bajo la metralleta yankee y los bombardeos a civiles, para nosotros significó la puesta en peligro de las expresiones organizadas del movimiento estudiantil y la masacre a nuestro pueblo, lo que obligó a adoptar medidas de seguridad para resguardar la vanguardia estudiantil que posteriormente, organizaría y participaría en importantes movilizaciones populares, un mes después en atención a los actos del 9 de enero.

Ese 9 de enero siguiente, tuvimos activa participación en la primera movilización nacional de la Jornada Nacionalista Democrática significando una muestra de dignidad nacional y la actitud valiente, que en medio de un país ocupado por la soldadesca yankee, que patrullaba las calles y perseguía a todo aquel que para ellos era de izquierda con toques de queda, panameños se atrevieran a honrar a los mártires del 9 de Enero. Partió de la Iglesia Santa Teresita del Marañón, recorrió la avenida Central hasta la tumba de Ascanio Arosemena, sumando multiplicidad de organizaciones sociales. Fue la juventud organizada quien impulso la primera manifestación en rechazo a la presencia militar.

El periodo Post-invasión no significó cambios sustanciales en los estamentos de represión política del estado panameño. No hay oficiales del G-2 presos, ni procesados por delitos contra la humanidad y violación a los derechos humanos, ni los responsables del descalabro económico y social que aún seguimos pagando los panameños. Es más, las fuerzas policiales fueron reconstruidas con elementos y agentes de las FF.DD., aun en nuestros días lo vemos.

La implementación y aprobación del proyecto de Ley 651 (Ley Belfon) responde a esos históricos intereses en perpetuar las formas de dominación jurídico-administrativa del estado sobre las mayorías humildes y desprotegidas; el continuismo del terrorismo judicial y la impunidad policial del cual son víctimas aquellos que se organizan y luchan.

Si ya para el periodo de la dictadura militar, prácticamente no existían las garantías constitucionales ni el respeto a los derechos humanos, ¿Qué podríamos imaginar cómo jóvenes que fuesen las actitudes, valores y la valentía de esos panameños? Tan solo el odio a Manuel Antonio Noriega, a quien privaba a los panameños de sus libertades democráticas, parecía ser una forma de protesta. Como sobrevivientes del régimen militar recordamos que el pueblo panameño no estaba en condiciones morales para asumir una línea de lucha revolucionaria que enfrentara de frente al régimen torrijista-norieguista.

La causa nacionalista se ensucio en los oscuros intereses entre la burguesía oligarca y las fuerzas militares, ambos sectores probados vendepatrias. Pero las fuerzas organizadas del movimiento popular no solo se abocaron a la tarea de levantar la conciencia social para derrotar la oligarquía y fuerzas antinacionales sino para construir un país más justo y democrático con la participación de todos los panameños.

Pero la disputa del sistema capitalista con el campo socialista en el marco de la Guerra fría durante aquellos años, fue acelerando la penetración de una cultura norteamericana viciada en el macartismo y la indiferencia social en nuestro país, sumado al control de los organismos de seguridad y de educación por parte de los militares que terminaron excluyendo a Panamá de los aires de liberación y participación democrática que se forjaban en el continente, dominando medios de comunicación y el sistema educativo para malformar el patriotismo nacional, en el mal llamado “proceso revolucionario”, corrompiendo las masas panameñas que sacrificaron su vida en los aciagos días del 9, 10, 11 y 12 de enero de 1964 y años antes en la primera experiencia armada revolucionaria en nuestro suelo, en el mes de abril de 1959 en Veraguas posterior al triunfo de la revolución cubana.

Podemos recordar momentos difíciles para el movimiento estudiantil: las masivas renuncias en nuestra organización y el abandono de posturas de izquierda con la caída del Muro de Berlín, la derrota electoral del FSLN en Managua, Nicaragua años antes y el posterior desmoronamiento del bloque soviético de la URSS que significó la total hegemonía de la influencia imperialista norteamericana mundial, tal cual nos gobierna hoy en día.

Sin embargo, la represión gubernamental y las campañas negras contra las expresiones organizadas del movimiento estudiantil, en especial en el Instituto Nacional no hicieron claudicar los ideales revolucionarios y patrióticos de los jóvenes. Habíamos sido objeto de las peores amenazas, sobrevivientes bajo el fuego opresor de los explotadores y los gorilas norieguistas.

La juventud no abandonó su misión de Vanguardia. Con mucho esfuerzo, entrega y sacrificio logramos levantar esta organización estudiantil, emblemática expresión de lucha en la historia política-social de Panamá, y el futuro prometedor de quienes se graduaron en las lides estudiantiles y continuaron dando sus aportes en los diferentes capítulos de lucha social, como aun nuestra organización continua militantemente dando aportes en el ideal y accionar revolucionario de la liberación nacional o social.

A 24 años de la sangrienta invasión del imperialismo norteamericano contra nuestro pueblo, podemos decir que aunque poderosas fuerzas dominantes pretenda borrar aquella trágica faceta de nuestra historia para pactar comercialmente nuestra identidad nacional, no podrán privar al pueblo de una juventud que continua y continuara siendo el relevo generacional de los patriotas que creyeron en un Panamá justo, con igualdad social, con distribución de sus riquezas con autodeterminación y real independencia.

¡NI OLVIDO NI PERDÓN!
¡PORQUE EL COLOR DE LA SANGRE
JAMAS SE OLVIDA!

¡LOS MASACRADOS SERÁN VENGADOS!

¡MORIR O VENCER! FER FER FER!

Frente Estudiantil Revolucionario 29 de Noviembre
FER-29 PANAMÁ

Crecimiento con más pobreza: Balance de 2013.

Marco A. Gandásegui, (hijo)

Realizar un balance de 2013 es de rigor. La recesión del sistema capitalista iniciado en 2008 sigue vigente. No hay señales, por ahora, que se va a reponer. El sector social que más sufre con la falta de inversiones productivas y las altas tasas de desempleo son los trabajadores. En EEUU son 20 millones y en Europa son casi 50 millones de familias golpeadas. En contraste, China sigue encendiendo más motores y su economía crece a un paso controlado bajo un estricto sistema de planificación.
 
El experimento de los herederos de Mao, sin embargo, aplica planes quinquenales para impulsar una economía capitalista que crece sobre las espaldas de los trabajadores y el despojo de los productores agrícolas. La percepción generalizada durante 2013 fue que EEUU enfrenta una crisis terminal de su hegemonía global. A su vez, el proyecto de una ‘nueva’ Europa, que se levantó sobre las cenizas dejadas por la segunda guerra mundial, parece enfrentar una calle sin salida. La correlación de fuerzas (geopolítica) a escala global cambió en 2013 con la ‘emergencia’ de nuevos polos de desarrollo capitalista e insurrecciones populares en los puntos más álgidos. 
 
Al interior de EEUU y Europa se están generando transformaciones sociales significativas. El Medio Oriente sigue siendo la región más volátil por su enorme riqueza energética que no logra ser dominada por su propio pueblo y es anhelada por todas las potencias. Las riquezas africanas atraen a los grandes especuladores mundiales y sus ejércitos, que pretenden reconquistar el continente ‘negro’ por encima de la resistencia popular. América latina disfruta de un ‘veranillo’, producto de la demanda china de materias primas en una escala jamás experimentada antes.
 
China es el principal socio comercial de muchos países de la región. Mientras que China importa materias primas para transformarlas en productos industriales, generando millones de empleos nuevos todos los años (y creando ganancias capitalistas enormes), América latina invierte los ingresos provenientes de las exportaciones agro-mineras en aventuras especulativas (políticas neoliberales de despojo) o en políticas sociales de redistribución de riquezas. En 2013 se agudizó la línea de demarcación entre ambos proyectos: ‘Alianza del Pacífico’ y ALBA/Mercosur. 
 
 En el caso de Panamá, durante 2013 el crecimiento económico - concentrado, especulativo y excluyente -alimentó la creciente tendencia de empobrecimiento de sectores sociales cada vez más grandes del país. Según la FAO hay 300 mil panameños que pasan hambre. Los ingresos provenientes de los servicios del Canal de Panamá, de los puertos y de los almacenes de redistribución de mercancías (Zona Libre de Colón) – sin excluir el lavado de dinero controlado por la banca foránea - fueron invertidos en proyectos especulativos de tipo inmobiliario, turismo, obras públicas e importaciones. 
 
Las subvenciones a las inversiones capitalistas las calculo en un monto cercano a los US$10 mil millones en 2013. (Las subvenciones anunciadas por el gobierno a los sectores empobrecidos suman US$500 millones). La política económica del gobierno no generó nuevos empleos, tampoco un desarrollo que incorporara a las distintas regiones del país al crecimiento, ni contempló la realización de ahorros para cuando el ‘boom’ pasajero actual se agote. En 2013 sólo crecieron los sectores especulativos. Los sectores productivos experimentaron bajas. Preocupante fue la disminución de tránsitos y carga por el Canal de Panamá. Así mismo, el decrecimiento de los movimientos de contenedores en los puertos de ambos extremos de la vía acuática. 
 
La ampliación del Canal de Panamá, proyecto emblemático de inicios del siglo XXI, se encontró con un obstáculo ya anunciado con anterioridad. La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ‘apostó a ganador’ con un consorcio encabezado por una empresa española que probablemente quiebre a corto plazo. A fines de año el vicepresidente de EEUU, Joseph Biden, hizo una visita relámpago a Panamá para sentar las reglas del juego en torno al futuro del Canal. Las gestiones fueron realizadas en secreto y el país quedó sin brújula en lo que se refiere al futuro del proyecto de ampliación del Canal. En 2013 se hizo patente la quiebra del sector agrario. Mientras que la siembra de arroz, por ejemplo, bajo de 85 mil hectáreas a sólo 18 mil en 2013, a fines de año se hizo la subasta acordada con EEUU en el marco del tratado de libre comercio para importar más de 300 mil quintales de ese grano. 
 
A partir de 2013, Panamá compra en EEUU el arroz que antes producían los agricultores panameños. Más aún, la familia del presidente de la República, Ricardo Martinelli, dueño de una cadena de supermercados, fue favorecido con el 30 por ciento de lo subastado. Politicamente, la campaña electoral que se destapó a principios de año y culmina en mayo próximo, promete más de lo mismo. El partido oficialista – Cambio Democrático - y los de oposición, PRD y Panameñista, no han presentado programas pero sus candidatos conservadores avalan las políticas neoliberales cercanas a la Embajada de EEUU. 
 
Lo novedoso es la participación del nuevo partido de izquierda, el FAD, que celebró primarias para seleccionar su candidato presidencial. 
 
El candidato independiente progresista, Juan Jované, y otros dos aspirantes, también reunieron las firmas necesarias para oficializar su candidatura en enero. 
 
26 de diciembre de 2013.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Gobierno le declara la guerra a jóvenes artistas

"Volveremos más fuertes”, dice El Kolectivo La historia es un campo de lucha. Siempre lo ha sido. Quién ‘domina’ el pasado es dueño del presente y hará valer su superioridad en el futuro. La educación en cualquier país moderno es cada vez más importante. 
 
Quién controla los textos que se reparten en las escuelas y que leen los estudiantes definirá como serán los futuros ciudadanos. Igualmente, quien controla los contenidos de los programas radiales y televisivos puede darle forma a la famosa y difusa ‘opinión pública’. Es decir, puede darle forma a la mente de todos los consumidores de un país. (Cuando se habla de un país moderno se refiere a su capacidad de convertir el salario de todos los trabajadores en consumo. Los consumidores son los que también se llama ‘clase media’). La educación y los medios de comunicación son, por extensión, campos de lucha. El enfrentamiento es cotidiano. 
 
Se traduce en lo que leemos, en lo que escuchamos o en lo que vemos por lo medios masivos de comunicación. En el transcurso de la mañana de hoy se realizará una conferencia de prensa convocada por El Kolectivo, un grupo de jóvenes pintores que quiere rendirle homenaje a los mártires de la gesta del 9 de enero de 1964, principio del fin de la colonia norteamericana que se llamaba Zona del Canal de Panamá. 
 
Los jóvenes artistas comenzaron el 23 de noviembre a pintar las paredes de la avenida de los Mártires, arteria urbana importante aún en el presente, que fue testigo de los enfrentamientos desiguales entre tropas norteamericanas y jóvenes panameños en aquellas jornadas de enero de 1964. En aquel año un total de 23 vidas panameñas fueron sesgadas por las balas norteamericanas y otras causas. El gobierno fue más que expedito. 
 
El 25 de noviembre movilizó una escuadrilla del Ministerio de Obras Públicas que procedió a pintar de gris la mayoría de las obras de los jóvenes. Para hacer aún peor el agravio cometido contra la memoria de los combatientes del 9 de enero y los mártires, el presidente de la República, Ricardo Martinelli, confesó que había sido su persona que dio la orden de intentar borrar la memoria colectiva del pueblo panameño. 
 
El mandatario panameño declaró desde el Palacio, que “lo que ustedes pinten se lo vamos a volver a pintar”. Los jóvenes de El Kolectivo anunciaron que volverán a pintar el mural “Homenaje a los héroes y mártires panameños” que fue eliminado por las autoridades de las murallas de la avenida cuyo nombre les recuerda. 
 
Nuevamente, en la madrugada del 27 de noviembre, Martinelli dio la orden de borrar por segunda vez los murales. Martinelli debe estar arrepentido de su decisión apresurada. Pero en estos momentos no se sabe cual podrá ser su próxima movida. Otro representante de los sectores sociales de Martinelli, que han ocupado la Presidencia en el pasado, habría salido con camión y ayudantes a llevarles latas de pintura, brochas y andamios a los jóvenes artistas que rescataban la historia patria. 
 
Eso fue lo que hizo el presidente Chiari en enero de 1964 cuando decidió romper relaciones diplomáticas con EEUU acatando las demandas estudiantiles que luchaban en lo que es hoy la avenida de los Mártires contra el Ejército del país más poderoso del mundo. 
 
Un medio señaló que “la medida contra los jóvenes es caprichosamente absurda, pues en el pasado manifestaciones similares han adornado la ciudad, incluso en el barrio desde donde gobierna el propio mandatario. Entonces, ¿qué tiene de malo hacernos recordar quiénes somos? Honrar nuestra historia también es hacer patria”. Los gobernantes suelen tenerle miedo a la historia que no repite lo que más le interesa. 
 
¿Qué jóvenes o adultos panameños conocen a Pedro Prestán, a Bayano, a los dirigentes del Movimiento Inquilinario o a los trabajadores de las bananeras asesinados? ¿Permitirían un mural de Victoriano Lorenzo o Floyd Britton, hombres de espíritu revolucionario? Las autoridades le tienen miedo al significado de la gesta del 9 de enero y el rol de los jóvenes estudiantes de la época y tratan de borrarla sistemáticamente de nuestra memoria. Según Carlos Fong “los graffitis son acciones poéticas donde se le da color a una ciudad gris. Son la lectura que hacen los jóvenes de la identidad y de la nacionalidad. No está bien lo que han hecho con los trabajos de El Kolectivo y hay que denunciarlo”. 
 
El poeta nacional, Orestes Nieto, dijo que “el gobierno no tiene la menor idea de que todas las formas de arte público acompañan a la humanidad desde siempre, con sus formas diversas de expresarse y compartir desde el trazo artístico. Parece que viven en otro mundo y no han visto urbe… donde miles de obras de excelencia permanentes embellecen ciudades, pueblos, caminos, calles y avenidas...” 
 
El Kolectivo denunció la acción del gobierno contra sus pinturas. Según el grupo de artistas, son obras en el “camino al cincuentenario de la gesta (de enero de 1964), con mucho esfuerzo y sacrificio voluntario... Indignación, rabia, tristeza nos envuelve al ver pisoteado nuestro esfuerzo por salvar nuestra memoria histórica pero volveremos más fuertes y entusiasmados para defenderla”. La historia es un campo de lucha. La batalla la ganan quienes tienen el proyecto más lúcido y el pueblo que lo respalde. 5 de diciembre de 2013.