Julio Yao
Permítanme
presentarles a María Muñoz, quien ha venido conmigo esta noche. Ella es dirigente y vocera de la Coordinadora
Campesina contra los Embalses y del Comité pro Cierre de Mina Petaquilla, y ha
sido compañera de lucha en defensa del campesinado y pueblos
indígenas.
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El
tratado de1903 estipulaba que la concesión del Canal sería perpetua a pesar de
que la vía acuática tenía una durabilidad limitada por su capacidad de manejar la demanda del
tránsito.
El
canal fue construido y reconstruido entre 1914 y 1936, y así fue consignado en
el Tratado Arias-Roosevelt de ese año,
que puso fin a la entrega de tierras, aguas y tierras cubiertas por
agua que el gobierno de la Zona requería
frecuentemente para aumentar el área de dicha Zona.
El
Canal fue transformado en otro de manera imperceptible al alterarse sus
estructuras, cauce, caudal, nivel de las aguas, motores, mulas, y la iluminación. Todo ello bajo la voluntad omnímoda de
Estados Unidos, que actuaba como si fuera soberano en la Zona del Canal sin
consultar ni pedir aprobación a Panamá.
Asi
se construyó la Represa de Madden, hoy
Alajuela, en la década de 1920. Así se
empezó la ampliación del Canal con un tercer juego de esclusas en 1936, que fue suspendida porque
los fondos del proyecto fueron enviados a otros campos de batalla durante la
Segunda Guerra Mundial.
El
Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos trabajó en la ampliación de
1936 a 1942, uno de cuyos objetivos era ampliar las esclusas para permitir el
paso de sus portaaviones, entonces imposible.
Curiosamente el proyecto de
ampliación actual tiene asombroso parecido al de entonces y, como aquél,
permitirá el paso de estas bases militares flotantes.
Las
nuevas obras en el Canal eran realizadas sin tratados con Panamá. De hecho, el Tratado Arias-Roosevelt no
contemplaba la posibilidad de que, bajo cuerdas, se pudiese construir un nuevo
Canal ni reconstruir el existente. La
necesidad de un nuevo tratado era la esperanza de cambiar el Tratado Hay-Bunau
Varilla en favor de Panamá, puesto que Estados Unidos se oponía a alterar la
estructura colonial de este instrumento.
el
tratado de 1936 fue ratificado por la Asamblea Nacional, pero no ocurrió lo
mismo en Estados Unidos. Ellos querían
mantener el derecho de reconstruir perpetuamente el Canal sin necesidad de
tratados con Panamá.
Y
entonces ocurrió que, investigando este aspecto en la Historia Documentada del Canal de
Panamá, del doctor Diógenes A. Arosemena G., hice un hallazgo importante en
1966, cuando orientaba la campaña contra
los proyectos Robles-Johnson de 1967.
Encontré
un canje de notas sin fecha suscrito por Cordell Hull, Secretario de Estado, y
nuestro embajador en Washington. Augusto S. Boyd, en el que se aceptaba que la
palabra “mantenimiento”, empleada en el Tratado de 1936, abarcaba cualquier obra
nueva siempre y cuando la llevaran a cabo los Estados Unidos de América sin
necesidad de tratado. Sólo así
ratificaron el convenio.
Extrañado
por la falta de fecha, seguí buscando y encontré que dicho canje de notas era
del 1 de febrero de1939. Y señalaba
entonces que ese canje de notas no fue ratificado por la Asamblea y, por ende,
carecía de validez legal al no ser aprobado como parte del tratado principal
. Por esa misma razón, lo denuncié como
secreto, inconstitucional y violatorio del derecho
internacional.
Habían
surgido voces en Estados Unidos de que podían continuar en el Canal sin
necesidad de un nuevo tratado.
Fue
al inicio de las negociaciones cuando el canciller y Jefe del equipo negociador
panameño, el licenciado Juan Antonio Tack, me enseñara una carta del gobierno
estadounidense en la que reiteraba su derecho de hacer obras nuevas en el Canal. Yo había sido invitado por el canciller Tack
y el general Torrijos para ser el consejero personal de Juan Antonio en política
exterior y las negociaciones del Canal.
Le
expliqué al canciller Tack mi punto de vista al respecto, refiriéndolo a mi
libro, El Canal de Panamá, Calvario de
un Pueblo. Allí demostraba que al
construir un canal nuevo en el molde del viejo
desaparecía el objeto del tratado de 1903 y que ello requería un nuevo
convenio.
A
fines de noviembre de 1973, el canciller Tack me entregó una propuesta de
Declaración Conjunta firmada por el Dr.
Henry Kissinger, para acordar las bases de un nuevo tratado.
El
canciller Tack me señaló que sólo yo tendría el documento y que el general
Torrijos y él me solicitaban redactar la contrapropuesta panameña lo más
ajustada a nuestros objetivos.
Pensando
que no participarían Aquilino Boyd, Jorge Illueca, Diógenes de la Rosa, Carlos
López Guevara y otros, sentí la enorme responsabilidad histórica sobre mis
hombros. Pensé en Galileo Solís, Hernán
Porras, Ricardo J. Alfaro, Harmodio Arias, Miguel de J. Moreno, Domingo H.
Turner y tantos otros que dieron lo mejor de sí en defensa de la soberanía y la
nacionalidad.
El
punto 8 de la Declaración le otorgaba a Estados Unidos la opción libre para
modernizar el Canal, hacer el tercer juego de esclusas o construir un Canal a
Nivel durante la vigencia del tratado del Canal. El Tratado vencía el 31 de diciembre de
1999.
Nosotros
sabíamos que Estados Unidos no estaba preparado para un Canal a Nivel, menos
para regalárselo a Panamá el 31de diciembre de 1999, a un costo de 30 mil
millones de dólares, así que realmente circunscribimos a la superpotencia a las
dos opciones blandas, entre ellas, el Tercer Juego de
Esclusas.
Afortunadamente,
el secretario de Estado Kissinger aceptó la contrapropuesta, y debo señalar –
como lo hizo Tack -- que la declaración
Tack-Kissinger de 7 de febrero de 1974 no admitía ninguna posibilidad de un
tratado de neutralidad.
Una
modificación fundamental que hice fue al disponer en el punto o principio 8
sobre Obras Nuevas que cualquiera que fuese la opción escogida, el Canal pasaría
a Panamá con todo en la fecha de terminación del tratado. La fecha de cumpleaños del Canal y las obras
nuevas sería el 31 de diciembre de 1999 y así se acabó con la bilateralidad
reformista interminable desde 1903. De
una opción libre sin compromiso propuesta por Kissinger pasamos a una opción
libre con compromiso.
Estados
Unidos no hizo uso de ninguna de las opciones.
Omar
Torrijos pensaba que, en un futuro Canal, Panamá debía evitar caer en la
dependencia excesiva de Estados Unidos.
Y
así, el general Torrijos emprendió la iniciativa de explorar las alternativas al
Canal conjuntamente con Japón en condiciones que no fueran en menoscabo de
nuestra independencia política. Sus
esfuerzos se extendieron entre 1978 y 1981.
Se firmaron declaraciones conjuntas entre Japón y Panamá, y el Sol
Naciente designó a Shigeo Nagano como su
representante.
Ahora
bien, lo que continúa constituye una etapa compleja de nuestras relaciones con
Estados Unidos que no cabe en la brevedad de este discurso, por lo cual
señalaremos sus hitos más importantes.
Durante
la presidencia de Jimmy Carter no hubo
abierta
oposición a las tratativas nuevas con Japón, pero el entonces gobernador de
California Ronald Reagan se mantenía como enemigo de los tratados y del general
Torrijos.
Cuando
Reagan gana la presidencia y asume el
poder a fines de enero de 1981, se inició una etapa difícil para América Latina y el mundo en
general.
En
mayo de 1981 el presidente ecuatoriano Jaime Roldós y una delegación nutrida de
familiares y jefes militares murieron cuando el helicóptero en que viajaban se
accidentó en circunstancias no del todo claras.
Igual ocurrió con decenas de políticos alrededor del
mundo.
Y
el 31 de julio de 1981, el avión en el que el general Torrijos viajaba a
Coclesito explotó, terminando con su vida y la de sus acompañantes. Unas
décimas que escribí en homenaje al militar caído son precedidas por esta
redondilla:
CAYÓ
COMO HALCÓN HERIDO
OMAR
TORRIJOS HERRERA
EN
UNA EMBOSCADA ARTERA
CUANDO
RETORNABA AL NIDO.
John
Perkins, un altísimo agente de la inteligencia estadounidense, ha revelado en
libros que le advirtió a Torrijos que si no aceptaba condiciones de su gobierno,
los chacales vendrían después para liquidarlo.
Perkins mencionó a la Bechtel Corporation, a la que pertenecían los más
altos funcionarios de Washington, que le exigían a Omar terminar su relación con
los japoneses.
Desaparecido
Torrijos, Estados Unidos, que no participaba en las pláticas con Japón, se hizo
invitar e integró así la Comisión Tripartita para el Estudio de las Alternativas
al Canal. Pero su rol fue sabotear
acuerdos entre Panamá y Japón, y no llegar a ninguna
conclusión.
El
general Manuel Antonio Noriega siguió el mismo curso de Omar porque consideraba
que Panamá debía determinar con independencia el futuro del Canal. En consecuencia, continuó al más alto nivel
sus relaciones con Japón, país que visitó en diciembre de 1986, donde el general
Noriega fue recibido con los más altos
honores.
Las
relaciones de Estados Unidos con Noriega se venían deteriorando desde el 10 de
diciembre de 1985, cuando Noriega rehusó acatar órdenes imperiales del director
del Consejo de Seguridad Nacional, John Poindexter. Decir Consejo de Seguridad Nacional y BECHTEL CORPORATION es decir la misma
cosa. ¡Tan sólo por estas atenuantes
además de la ley, Noriega debió y debe ser enviado a domicilio por cárcel!
De
1985 a 1989, Estados Unidos sometió a Panamá al cerco más cruel e injusto: diplomático, económico, financiero,
monetario, comercial, etc., para expulsar a un solo hombre.
Según
el mismo John Perkins, la Bechtel presionó a Noriega para que rompiera con los
japoneses. Así lo reconoce Noriega en su
libro publicado en Estados Unidos y en entrevista a quien les habla en 1993,
desde su celda en Miami.
Los
japoneses estaban preparándose para el Canal a Nivel. Eran el país con la experiencia, la
tecnología y las finanzas necesarias para esa empresa. Después de la invasión, la Comisión
Tripartita decidió en 1993 que la opción sería el Tercer Juego de Esclusas. El embajador de Japón gritó airado y denunció
que todo había sido un engaño.
En
la coyuntura actual del Canal, si no nos unimos los patriotas, nos ahorcarán por
separado. Y no sé qué será peor: que una junta de acreedores internacionales
nos expropie el Canal por falta de pagos, como pasó con el Canal de Suez, o que
el Canal vuelva a manos del gobierno norteamericano; es decir, de BECHTEL
CORPORATION.
La
invasión de 1989, que dejó miles de muertos y miles de millones de dólares en
pérdidas, se debió en gran medida al desconocimiento de las relaciones entre Panamá y Estados
Unidos y de esta potencia con América Latina, por lo cual solicito – como
cofundador del Movimiento Ciudadano para el Fortalecimiento de la Identidad
Nacional que orienta Ana Elena Porras – vuestro apoyo para restaurar la
enseñanza de dicha materia en todos los niveles del sector
educativo.
Y
para terminar, les dedico mis décimas
PATRIA
Y CALVARIO:
EN
TU CALVARIO ME MUERO.
ME
MUERO PERO NO
QUIERO
QUE
SIGAS SUFRIENDO ASÍ.
Partida
en dos rebanadas
Por
un pacto desigual,
Con
el filo del Canal
Te
entraron a puñaladas.
Entre
odios y alambradas
Creció
una colonia aquí
Porque
el gringo quiso así
Sumarte
como otra estrella
Y
en medio de esta querella
EN
TU CALVARIO NACÍ.
En
tu calvario nací,
Testigo
de mil traiciones.
Infames
conspiraciones
Clavaron
la cruz en ti.
Y
fue tal dolor en mí
¡Diciembre
veinte y enero!
Cuando
rumbo al matadero,
La
lanza hirió tu costado,
Que sangrando y
torturado
EN
TU CALVARIO ME MUERO.
Complacientes
marionetas
Te
preparan otra cruz
Y
matan tu hermosa luz
Por
sólo treinta pesetas.
Vendepatrias
y alcahuetas
Festinan
bajo el madero,
Ofreciendo
vil dinero
Para
que muerda la fruta,
Mas,
si me dan la cicuta,
ME
MUERO, PERO NO QUIERO.
Me
Muero, pero no quiero
Que
se repita el calvario.
¡Mucha
sangre en tu sudario
Corrió
bajo el cruel acero!
Y
al quedar dormido espero
Ver
la patria en que viví,
Libre
como un colibrí
Volando
a su propio gusto,
Pues
no queremos ni es justo
QUE
SIGAS SUFRIENDO