Los
promotores del modelo consumista, es decir, los del desarrollo depredador lo
primero que atacan son a las culturas y saberes comunitarios e intentan sembrar
el principio irracional y antiecológico de la "competencia". Por ello intentan
desconoctar todo el sistema educativo de la cultura real de los pueblos, de la
producción literaria o artística de valores creativos por contenidos de
"superación", subliteratura, y cualquier otro material cultural que promueva la
homogenización de la conciencia de las personas, transformar a las personas en
mentes consumistas para el mercado y no en seres individuales, diversos, con
capacidad para desarrollar esas diversidades individuales.
Este ser humano consumista es el producto fundamental de reproducción del desarrollo depredador, es un ser humano sin respeto por la naturaleza humana y no humana y sus diversidades. Es un ser humano con miedos terribles a todo, como un ser humano de la edad media, que reproduce los prejuicios y los valores antidemocraticos.
Por ello la tarea fundamental de los que creemos en un país y un mundo en paz con la naturaleza es generar los procesos de educación sobre alternativas diferentes de desarrollo y vivenciar con nuestro prójimo, y ello requiere pensar y propuestar, pero también movilizarnos socialmente, siendo también una forma de educación a la ciudadanía. Un grupo de ciudadanos marchando por las calles de las ciudades del mundo exigiendo a los gobiernos del planeta responsabilidad y acciones concreta contra la aceleración del Cambio Climático, hace totalmente la diferencia. Este 21 de septiembre los panameños y panameñas podemos hacer la diferencia y hacer conciencia en esa unidad en la diversidad, junto a nuestras familias, pero también lo harán millones de personas en el mundo.
Este ser humano consumista es el producto fundamental de reproducción del desarrollo depredador, es un ser humano sin respeto por la naturaleza humana y no humana y sus diversidades. Es un ser humano con miedos terribles a todo, como un ser humano de la edad media, que reproduce los prejuicios y los valores antidemocraticos.
Por ello la tarea fundamental de los que creemos en un país y un mundo en paz con la naturaleza es generar los procesos de educación sobre alternativas diferentes de desarrollo y vivenciar con nuestro prójimo, y ello requiere pensar y propuestar, pero también movilizarnos socialmente, siendo también una forma de educación a la ciudadanía. Un grupo de ciudadanos marchando por las calles de las ciudades del mundo exigiendo a los gobiernos del planeta responsabilidad y acciones concreta contra la aceleración del Cambio Climático, hace totalmente la diferencia. Este 21 de septiembre los panameños y panameñas podemos hacer la diferencia y hacer conciencia en esa unidad en la diversidad, junto a nuestras familias, pero también lo harán millones de personas en el mundo.