lunes, 6 de febrero de 2012

Reunión de Omar Torrijos con agregados militares extranjeros


LUGAR FARALLÓN, UN AULA DEL INSTITUTO MILITAR GRAL TOMAS HERRERA. (agosto de 1976) 
(Este documento es del archivo de DÍAZ HERRERA, producto de una transcripción del diálogo, que le encargó a una Secretaria presente)
INICIO: Palabras del General Torrijos:
“Señores Agregados Militares ante nuestro Pueblo y Gobierno: Disculpen que los afanes de Tema Tratados del Canal, ahora en pleno punto de ebullición, que manejamos con muy cauteloso optimismo, me hayan impedido atenderlos más pronto que hoy en esta mañana lluviosa. Yo fui nombrado formalmente como Agregado Militar de Panamá ante los gobiernos del Salvador y Guatemala, y si no fuese por el pecado mortal, de tipo moral, que cometimos, dar un golpe al presidente de 1968, como todos saben, habría yo mismo estado dando vueltas en esos países hermanos, a fin de ser recibido alguna vez por un mandatario. 

La diferencia entre mi persona y un mandatario “estándar” es que yo puedo y debo comprenderlos mas a ustedes, que visten, como yo, uniformes militares.  Les confieso que en materia de protocolo gano cero; el mas ducho en esos menesteres en Panamá, y cuidado que en Latinoamérica, es el experto Camilo Levy Salcedo que estuvo por muchos años en nuestra cancillería, y que incluso lo pidió la OEA para una reunión de Presidentes en Punta del Este por los años cincuenta. Sin ninguna vergüenza les confieso que como yo con Camilón, así le decíamos, tenía mucha confianza, ese especialista me dijo una vez, siendo yo ya el Jefe de Gobierno, muy en privado: “Mira Omar, tú serás muy militar y muy inteligente, pero en materia de protocolo, aunque nadie se atreva a decírtelo,  no eres más que un cholo de mierda sin cultura, que no sabes ni tomarte bien la taza de café porque te he visto que si te lo traen muy caliente y tienes apuro lo echas en el platito y lo chupas como si fuera una sopa” (risas… )      
  
Bien, aclarando mi ignorancia diplomática, les doy las gracias por atender mi tardía invitación y se que vinieron no para hablar de protocolo ni de operaciones militares, sino para saber como anda Panamá y los problemas de Estado que manejamos, en especial lo que yo espero, que estemos en las finales de las negociaciones con el gobierno del Presidente Jimmy Carter, un curioso estadista gringo  que ha creído en el derecho panameño de zafarnos del yugo colonialista que lleva ya 73 años, con un ejército de ocupación extranjera en nuestro ombligo. ¿Se imaginan ustedes, altos militares, que en Santiago de Chile, Buenos Aires, México, o República Dominicana, tuviesen ustedes que ser “supervisados” por otros militares y que incluso para entrar en un área de su patria, como nos ocurre aun para ingresar a una “Base Militar de  Estados Unidos” les revise el maletero de su carro un Cabo de la Policía Militar?. Deseo que eso que ustedes conocen, porque los invitan a fiestecitas de ese sector, lo mediten. ¿Un cabo abriéndole el carro a un coronel?; ¡ no me jodan, ni la SS de Hitler¡. 

Hemos tenido que pasar miles de vergüenzas en el honor, en la dignidad, como fue haber tenido que bajar nuestra cabeza, ante la falta de un Comandante digno y nacionalista, que en enero de 1964, nos increpó verbalmente y a cada rato por radio comunicación, a fin de que no le disparáramos a ningún policía o soldado norteamericano,, que le arriaban balas a unos adolescentes heroicos; les debo confesar que jamás en mi vida me sentí tan mal, con tanta rabia y vergüenza, y creo que ustedes en sus países ante algo similar, se habrían sentido igual. Nunca lo he dicho antes, pero con tres oficiales más , conversamos y estuvimos por decidir unirnos a los jóvenes contra esos extranjeros soberbios y con mas armas; pero nos aguantó una consideración  práctica: el presidente de entonces, un hombre millonario al menos tuvo la dignidad de romper relaciones con Washington. Por otro lado ese dia, no antes, no después, ese dia, en mi mente mi vino la idea: ¿Por qué no tomamos el mando de nuestra república algún dia cercano ?, y destituidos como oficiales, y tal vez presos, no lo lograríamos . Al sentir en el alma a nuestros muchachos mártires, a un pueblo desesperado por  hacerle frente al sanguinario invasor, mi mente juró en silencio, tomarse el poder un dia. 

Soy hijo de un educador y en mis primeras letras de secundaria, tuve profesores españoles en la Normal de Santiago, y un chileno, que venían huyendo de gobiernos opresores de sus pueblos. ¿Qué creen que nos enseñaban además de Español o matemáticas?. Eso mismo que ustedes están pensando, como liberar a sus pueblos, a los mas pobres, a los oprimidos, a los que no van a las escuelas.. Siempre tuve esa rebeldía de mi provincia, Veraguas. Allí donde hubo un Cacique Indígena indomable, Urracá; la única vez que lo metieron preso, rompió los grilletes y se escapó y volvió a armarse con sus grupos y joder y joder a los españoles que nunca más lo sometieron. Y estos colonialistas que aun tenemos, no son peores que los españoles, cuidado que Pizarro y Pedrarias, terribles verdugos de entonces, eran angelitos al lado de., usaré un lenguaje militar, del cabrón de Teddy Roosevelt, que cuando  compró a un francés y un poco a algunos panameños para imponernos un tratado que no lleva ninguna firma panameña, el H de P dijo: “I Took Panamá”…

Tal vez no debo hablarles más, sino que ustedes me pregunten o comenten lo que quieran, ya que han esperado tanto para verme. Se que hay jefes de varios países con distinta ideología, a lo mejor mi coronel peruano tiene una visión distinta, por venir de la revolución del General Velasco y otros generales nacionalistas, que les han puesto el mote de “izquierdistas”, el que me han clavado a mi,   a diferencia de otros militares presentes donde sus gobiernos se consideran más “de derecha”, como podría ser el coronel chileno, donde gobierna el General Pinochet. Sobre esto quiero decirles, con franqueza que si algo me gusta del poder, es que con “Don Augusto” como le llamo, y aquí le cuidamos a una pariente íntima, he logrado sacar de las cárceles chilenas a un par de panameños, entre ellos un sacerdote, y varios extranjeros a punto de podriste o tal vez morir; y Pinochet me los ha entregado. E igual cosa he logrado algunas veces, por peticiones humanas, con Fidel; ellos dos son enemigos a muerte, pero con ambos he obtenido,  no lo niego “por palanca” que salgan de sus sistemas carcelarios presos políticos, de ideologías confrontadas..  Yo les confieso que he dado la orden a mis jefes de zonas y altos oficiales que dejemos esa costumbre heredada de los gobiernos panameños que se besaban en la boca con el supuesto “Gobernador de la Zona del Canal, y el Comendador Militar, un General gringo lleno de estrellas, donde venían a confesar sus pecados todos los Comandantes de Ejércitos del continente, un tiempito atrás (murmullo entre los asistentes)..

Es más, he ordenado que se deje de estar “apuntando quiénes son los comunistas de la capital y de las provincias”, solo por cumplir una orden vieja de la CIA y del Señor Congresista Mac Carty. ¿No nos gusta el marxismo?; bien, entonces paguemos sus salarios completos a los indígenas y campesinos que les sacan la sangre en los ingenios azucareros privados, y veamos si puede hacerse un capitalismo con corazón, que aun no lo he conseguido. Que la Chiriquí Land- y reconozco que eso está cambiando algo, deje de podrir a los indios en las plantaciones de bananos, como dice una frase del poeta José Franco, en “Panamá Defendida”. Hermanos militares, ¿hasta cuándo nos van a prohibir el verbo pensar?.  No les estoy exaltando a dar golpes militares a sus gobiernos, ojo, soy muy respetuoso de la voluntad soberana de los pueblos, el nuestro pese al golpe ha mostrado que nos respalda mayoritariamente,  solo les digo otra vez, ¿es que por llevar un uniforme debemos ser eunucos mentales? Se los dejo de reflexión, antes de irnos a almorzar, donde con gusto conversaremos mas de lo que ustedes propongan. 
     
Hermanos Militares, por último, debemos luchar porque nos quiten esas etiquetas, mal o bien ganadas, de gorilas, de brutos, de patanes, con el desprecio de los intelectuales, de los hombres dignos de nuestros países;  ¿cómo debemos ser siendo militares ¿… Les pongo un ejemplo que leí: debíamos ser, como cuando el Gran Bolívar juntó soldados de distintas patrias para echar por tierra en la región de Ayacucho, y para siempre, al último soldado español. Y el Mariscal Sucre, el venezolano que comandó esa batalla, Bolívar se quedó en otro frente, no exhibió, no ultrajó, no se rió en la cara del Virrey y sus generales cuando los capturó. Yo no podía creer cuando leí la biografía que me regaló el amigo  colombiano Indalecio Liévano Aguirre sobre El Libertador, que el General Sucre, oigan eso ustedes, invitó en medio de sus muertos y heridos, al Virrey y su grupo, a comer una frugal cena con el Estado Mayor Patriota.  ¿Podremos aprender los militares de esos ejemplos de humildad y honor?. Claro, no creo que esos aguerridos españoles, abatido para siempre, tuvieran ganas de comer nada, pero el ejemplo de Sucre es lo que diferencia a un militar de honor con un simple gorila, de esos que ustedes saben que hemos tenido en distintas latitudes. La fama que tenemos en Latinoamérica y bien ganada por cierto, es que si nos mandan a parar una manifestación contraria al gobierno de turno, sea estudiantil, obrera, gremial, universitaria, de gente rebelde, pero no de enemigos personales, los apaleamos, los abaleamos, los ultrajamos, hasta a las mujeres, y hay que ser un mal hombre, un mal parido, para patear a un indefenso, hombre o mujer. ¿Y eso de ser izquierdista?; miren, hablemos claro, es Washington que nos impuso un catecismo, donde todo el que en nuestras tierras piense a favor de los suyos, de los pobres, de los que no pueden defenderse, se les tilda  de comunistas. Puede ser que un 10% de ellos, no mas, sean marxistas – leninistas. Y, ¿qué pecado es eso; acaso los gringos no se hablan con Rusia y con China?... ¡Ah, ellos si pueden hablar con los comunistas y luego toman Wisky, Vodka o ese Wisky de Arroz chino¡.. ¡Ellos si pueden, pero nosotros No, porque nos teñimos enseguida de rojo, qué huevos¡…  
      
Bueno, por ahora mejor lo dejo allí, aunque lo encuentro imposible en este salón, me  dicen que la CIA tiene orejas muy largas, y resulta que le he prometido a Carter, que no voy a hablar tan mal de los gringos, al menos hasta después que firmemos los tratados (risas… ) 
                      
Vayamos muchachos a comer y a conversar más relajadamente. (Fin de la reunión. 

(Panamá, 6 de febrero- 2012, Archivo Personal preparación de un proyecto de Libro sobre Omar Torrijos)

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