domingo, 22 de noviembre de 2015

Los atentados de París y el incendio del Reichstag.

Por: Olmedo Beluche.

Parece que la humanidad experimentara un Deja vu, que estuviera repitiendo una fase que se creía superada. El mundo, y especialmente Europa, se parece cada vez más a la de los años 20 y 30 del siglo pasado. Una larga y profunda crisis económica capitalista, seguida de violentas convulsiones sociales y políticas. Millones de des...empleados, pobreza, desplazados, migrantes, etc. Para no dar con el verdadero culpable, los ideólogos del sistema capitalista señalan a los "extraños", los extranjeros, las "minorías". Mucha gente por desconocimiento y temor lo cree. Sólo faltan los hornos, la guerra, ya empezó.

El 27 de febrero de 1933 un gran incendio consumió el edificio del parlamento alemán en Berlín, el Reichstag. Cuatro semanas antes, el 30 de enero, Adolf Hitler había ganado por muy estrecho margen las elecciones y fue nombrado Canciller (primer ministro) con el 32% de los escaños en el Reichstag. Gobernaba, pero en una situación frágil que se podía revertir. Necesitaba un golpe de efecto para justificar la imposición de una dictadura que eliminase a sus oponentes, empezando por los comunistas, el "cuco" de entonces.

Para "suerte" de Hitler vino ese terrible incendio, y el gobierno culpó a los comunistas. Se arrestó en las inmediaciones a un inmigrante holandés comunista, de nombre Marinus van der Lubbe. Bajo tortura confesó ser el autor y poco después fue ejecutado. Posteriormente se acusó a tres comunistas de nacionalidad búlgara: Jorge Dimitrov, Vasil Tanev y Blagoi Popov, quienes fueron juzgados y condenados, pero no ejecutados. Dimitrov llegaría a primer ministro de Bulgaria después de la liberación.

Hasta hoy se debate sobre quién y por qué quemó el Reichstag. Si uno consulta la popular Wikipedia, encontrará que el historiador norteamericano William L. Shirer, en su libro The Rise and Fall of the Third Reich, cita una declaración del general alemán Franz Halder quien afirma haber escuchado a H. Göring, brazo derecho de Hitler, atribuirse la autoría.

La propia Wikipedia nos recuerda que el incendio del Reichstag no fue el primer caso en que un régimen produce una tragedia para culpar a una comunidad y justificar su política. En el siglo I, el emperador Nerón usó el incendio de Roma para lanzar la primera persecución contra los cristianos, y en el siglo III, el incendio del palacio del emperador Diocleciano en Nicomedia sirvió de excusa para arremeter contra esa “minoría” religiosa. Más reciente, el derribo de las Torres Gemelas de Nueva York, “justificó” la invasión a Afganistán, y la explosión del USS Maine para lanzar la guerra contra España en 1898.

El incendio del parlamento alemán le vino a pelo a Hitler, logrando la complicidad del presidente Paul von Hindeburg, que emitió al día siguiente un decreto que declaró el estado de emergencia, suprimió las garantías constitucionales (opinión, prensa, reunión y asociación), permitió registros y arrestos arbitrarios (incluyendo los diputados comunistas), fijando penas retroactivas (incluyendo la de muerte) y estableció los primeros campos de concentración. El 5 de marzo de 1933, con los comunistas encarcelados y la prensa controlada se convocaron nuevas elecciones, mediante las cuales "democráticamente", no hubo que dar un golpe de estado, se instauró la dictadura del partido nazi en Alemania.

No se puede dejar de recordar estos hechos ahora que, a raíz de los trágicos atentados de París, del viernes 13 de noviembre de 2015, el gobierno "socialista" de Hollande, ha decretado el estado de emergencia, suspendido las garantías constitucionales y militarizado el país. Cuando cierto sectores de extrema derecha proponen declarar a un segmento masivo de la sociedad sospechoso de "yihadismo", con lo cual, según ellos, debe ser colocado jurídica y físicamente al margen de la sociedad.

Los medios españoles mencionaban que esa lista inicial podría estar compuesta por hasta 3000 personas, que deberían ser reconducidos a campos de concentración, si son "sospechosos" para los organismos de seguridad, aunque no medie prueba alguna de la comisión de algún delito. Lo que la extrema derecha francesa propone es establecer un Guantánamo galo.

¿Qué es ISIS, el grupo que se atribuyó los atentados de París? Mucho se especula al respecto, pero cada día es más claro que en la guerra civil en Siria ha sido aliado, más que circunstancial, de las potencias occidentales, incluyendo al gobierno de Francia, ya que actúa contra el gobierno de Bashar al Assad, al que quieren derrocar.

ISIS también es aliado de Israel, a la que ha ayudado atacando y debilitando la influencia de Irán en la región, en Irak, Siria y Líbano. Por ese mismo motivo, las monarquías más retrógradas de Medio Oriente, aliadas de Estados Unidos, Europa e Israel, como Arabia Saudita y los emiratos del golfo Pérsico, parecen haberle financiado. El petróleo y gasolina que ISIS extrae de Siria se vende en Turquía (aliada de Francia y EEUU), a favor de cuyo gobierno trabaja atacando a los kurdos y poniéndole bombas a la izquierda.

Esa es una parte de la realidad, la otra, más compleja es que la base política de ISIS proviene de tres fuentes: los sectores sunitas reprimidos y desplazados de la vida política de Irak con la invasión norteamericana, y la imposición por parte de Estados Unidos de un gobierno antidemocrático de corte chiíta en Bagdad; los sunitas discriminados y reprimidos por el régimen alauita de Siria; y, lo que es más importante, por miles de jóvenes árabes, algunos musulmanes, nacidos en Europa, que mal viven sin futuro en los tugurios de las grandes ciudades afectados por el desempleo, la discriminación y la marginalidad.

ISIS está siendo extremadamente útil al imperialismo, no sólo en Siria e Irak, también en Europa, porque el repudio y el pavor que provocan sus acciones inhumanas, es la excusa perfecta que necesita la burguesía europea, la derecha europea, con la complicidad asquerosa de la socialdemocracia, para recortar libertades democráticas, empezando con los grupos sociales que son los más pobres y marginados, los hijos de trabajadores inmigrantes de las ex colonias europeas.

Los actos terroristas cometidos en París por ISIS, son un producto del capitalismo neoliberal y guerrerista que se ha impuesto en todo el planeta por parte de las potencias del OCDE y de la OTAN. Son la otra cara de la moneda de la violencia desatada por la OTAN en Afganistán, Irak, Libia, Siria, e indirectamente contra Palestina por su apoyo a los crímenes del estado sionista de Israel, e incluso de la dictadura militar en Egipto.

Ya sea porque ISIS haya sido utilizado o no para una operación de "falsa bandera", como piensan los teóricos de la conspiración, o que haya salido del odio que causa a los pueblos árabes el terrorismo practicado por las potencias occidentales para saquearlos, el hecho, es que ISIS y sus métodos terroristas son hijos del capitalismo decadente del siglo XXI. Para erradicar las consecuencias, hay que erradicar las causas. No se puede condenar el terrorismo yihadista sin condenar el terrorismo y la barbarie que practica la OTAN.

La clase obrera europea y la izquierda deben enfrentar firmemente la maniobra de suprimir los derechos democráticos en sus países en nombre de la "seguridad". Ni siquiera cuando éstos derechos se supriman para una "minoría". Porque con el tiempo se hará extensible la represión a todos los segmentos de la sociedad, como pasó en Alemania en 1933.

Despejemos las brumas de la propaganda mentirosa, debajo del supuesto conflicto "religioso", de la "guerra de civilizaciones " (Huntington), de la falsa confrontación entre "civilización occidental democrática" y "fanatismo medieval", lo que se esconde es una feroz lucha de clases y de pueblos víctimas de un sistema capitalista que pisotea la vida humana para asegurarse el control de los recursos naturales y la sacro santa ganancia. Hay que combatir a ISIS, y a sus aliados, lo que significa combatir la política de la OTAN en Medio Oriente.

Una política revolucionaria requiere ambos aspectos de la ecuación. Hoy, como hace cien años, la disyuntiva es la planteada por Rosa Luxemburgo: socialismo o barbarie.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Panamá: del Golpe de Estado al Proceso de Liberación Nacional.

Por: Elixsandro Ballesteros.

La salida golpista del 68 a la crisis del régimen político colonial – oligárquico.

La gesta patriótica de enero de 1964 puso de manifiesto el insostenible régimen colonial de  la denominada “Zona del Canal”, el auge de las movilizaciones de maestros, profesores y estudiantes que profundizan sus demandas reivindicativas, el fortalecimiento en consecuencia del movimiento popular, al cual, particularmente contra la F.E.P., las fuerzas de la oligarquía y del imperialismo respondieron con una feroz represión, y trataron de destruir con el vil asesinato en junio de 1966 del joven patriota, héroe de las jornadas antimperialistas de enero de 1964 y ejemplar revolucionario de la Federación de Estudiantes de Panamá, JUAN ANTONIO NAVAS. 

La movilización en 1967 de los estudiantes bajo su combativa organización, la Federación de estudiantes de Panamà ( F.E.P), de los obreros y los profesionales patriotas, contra la pretensión de aprobar los tratados leoninos y antinacionales, conocidos como los Tres en uno, con los que se traicionaba la voluntad de los mártires de enero, fue capaz de detener la nueva entrega del país al imperialismo norteamericano. Al mismo tiempo, esta tenaz lucha popular y patriótica influyó en la profundización de la crisis política de la oligarquía, económica y social. Fue evidente el desprestigio alcanzado por la oligarquía presente en los principales partidos políticos que participaron en las elecciones de mayo y que son desplazados del poder político, bajo su manifiesta incapacidad de gobernar.

Golpe militar del 11 de octubre de 1968

El golpe militar, que se da como salida a la crisis política del momento, produjo una ruptura de continuidad de la República oligárquica iniciada en 1903. Reflejó la autonomía política que adquirió la Guardia Nacional frente al poder oligárquico. El antiguo brazo armado de la oligarquía, ahora afirmaba su poder político en contradicción con el populismo arnulfista y los sectores mayoritarios de la oligarquía.

En los inicios del golpe castrense, sobre el movimiento popular principalmente la F.E.P., y dirigentes revolucionarios se descargó la represión. Se clausuró la Universidad de Panamá, los líderes estudiantiles y populares pasaron a la clandestinidad, el encarcelamiento y al exilio. Represión promovida especialmente de parte de oficiales anticomunistas y de derecha.

La confrontación al golpe de Estado, a la Guardia Nacional, se explica no solo por su tradición antipopular, sino también por el carácter represivo que caracterizó la primera fase de la acción militar del 68.

Mientras, en contraste a la resistencia popular, las cúpulas de los partidos que rivalizaron electoralmente se entendían para buscar una salida que les permitiera recuperar el control sobre el gobierno. Otros, simplemente, corrieron a refugiarse a la antigua Zona del Canal y ampararse en el escudo protector del imperio y solicitaron la intervención militar para que los restableciera en el poder.

A lo interno de la institución militar, inicialmente, sin consenso en su cúpula y en medio de expresiones demagógicas y de tímidas reformas en el agro, se dirimió una intensa pugna de visiones que variaban entre el clásico gorilato que tomaba partido por la devolución del poder a un sector de la oligarquía y sectores, encabezados por Omar Torrijos, que proponían aprovechar la oportunidad para iniciar un proceso inédito en la historia de corte nacionalista, anticolonial y popular.



La apertura democrática que se produce a partir de la consolidación del control del poder por Omar Torrijos.

A partir de diciembre de 1969, el necesario rumbo antioligárquico y antimperialista como opción viable a la crisis que no alcanzaba su fin, requería de la liberación de los presos políticos, el cese de la represión a las organizaciones y líderes populares, el retorno de los exiliados, como condiciones de la apertura democrática.

Esta apertura democrática creó condiciones para la reorganización de las masas populares y favoreció los planteamientos de las fuerzas progresistas. Se reorganiza la Federación de Estudiantes de Panamá, defensora de los intereses de nuestro pueblo y portadora de una incuestionable tradición antimperialista. Los sectores populares reconocen el protagonismo patriótico de la Guardia Nacional, distinguiendo su tradición antimilitarista debido al papel represivo que jugó esta institución al servicio de la oligarquía y del colonialismo canalero, del nuevo protagonismo a favor del pueblo panameño y contra el enclave colonial.

El proyecto liderizado por Torrijos asume la lucha contra la presencia colonial y las banderas reivindicativas del movimiento popular. En ese camino, el gobierno incorpora a la clase media, a profesionales desarrollistas, al sector privado relacionado principalmente con la actividad productiva del agro y de la industria, contando con el respaldo de amplios sectores de trabajadores del campo y de la ciudad, del movimiento estudiantil, sindical, la juventud barrial y de las mujeres.
En su despegue, el proyecto efectuó transformaciones políticas, económicas, sociales y otras en el área de la política internacional, que lo situaron como un proceso que cumplía tareas democráticas y de liberación nacional.

Durante el proceso revolucionario aparecieron nuevas formas de propiedad en la economía (la estatal y la cooperativa), y la búsqueda de nuevas forma de democracia participativa con la creación del Poder Popular (1972) y se aprueban leyes para beneficiar a la población más humilde. Se reorganiza el movimiento popular y se promueve el desarrollo de nuevas formas de organización de las comunidades en juntas comunales y locales, comités de salud, organizaciones juveniles y de mujeres, comités barriales y los asentamientos campesinos.



Su patriotismo revolucionario, su capacidad de administrar las contradicciones de clase y con la potencia estadounidense, así como su gran sensibilidad con el pueblo humilde y trabajador, dieron origen al liderazgo del proceso democrático revolucionario, del General Torrijos. Es el episodio inédito de la historia panameña conocido como torrijismo y que un sector de la izquierda calificó de “bonapartismo”. Por su lado, una parte de la tradición oligárquica desplazada de la administración gubernamental, también el centro derecha Partido Demócrata Cristiano y la llamada “ultraizquierda” coinciden en asumir que se trató de una dictadura militar.


El torrijismo, además de realizar importantes transformaciones socioeconómicas, políticas y culturales, que quedaron inconclusas. Legó para la nación panameña, la materialización del objetivo anticolonial plasmado en los Tratados Torrijos-Carter.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Cuba le ganó a EEUU 191 a 2 en la ONU.

Marco A. Gandásegui, hijo.

EEUU y su socio Israel quedaron solos en la votación por poner fin al bloqueo de Washington contra Cuba realizado en la sede de las Naciones Unidas (ONU). Todos los años los 193 países someten a votación la moción que le pide a EEUU que ponga fin al bloqueo de la isla. Este año 191 votaron en contra del bloqueo y dos votaron a favor.

Lo que sorprende es que EEUU se opone al levantamiento del bloqueo a pesar de haber iniciado conversaciones con Cuba para normalizar sus relaciones a fines de 2014. Incluso, los presidentes de los dos países se reunieron en la ciudad de Panamá a principios de año. Después de más de 50 años se reabrieron las sedes diplomáticas en las capitales de ambos países. A pesar de estos supuestos avances, EEUU sigue decidido en conservar el bloqueo.

El ministro de Relaciones Exteriores de La Habana, Bruno Rodríguez, pronunció un discurso con motivo del aplastante apoyo que recibió Cuba por parte del mundo entero en la ONU. Según Rodríguez, “las medidas adoptadas por el ejecutivo norteamericano que entraron en vigor en enero y luego fueron ampliadas en septiembre, aunque positivas, sólo modifican de forma muy limitada algunos elementos de la aplicación del bloqueo”.

Aún falta mucho para que Cuba pueda “exportar e importar libremente productos y servicios hacia o desde EEUU, utilizar el dólar en sus transacciones financieras internacionales y operar cuentas en esa moneda en bancos de terceros países. Diez meses después de los anuncios del 17 de diciembre, no se ha producido ninguna modificación tangible, sustancial, en la práctica del bloqueo. La eliminación de Cuba de la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional apenas ha tenido consecuencias en la ejecución del bloqueo”.

En octubre, EEUU le aplicó una multa de 1,116 millones de dólares al banco francés Credit Agricole que se suma a la de $1,710 millones al alemán Commerzbank el pasado mes de marzo, por realizar transacciones con Cuba. El sistema de mensajería segura SWIFT canceló un contrato de servicios, fue retenido el primer pago de la compañía Sprint para iniciar las llamadas telefónicas directas y se retuvieron varias transferencias bancarias a Cuba por la operación de vuelos chárter.

Las exiguas compras cubanas de alimentos en EEUU, que es una de las pocas excepciones al bloqueo, aprobadas en 2000 por el Congreso, han disminuido significativamente en el último año, debido a que están sujetas a condiciones discriminatorias y onerosas. Cada compra tiene que ser autorizada por una licencia y se prohíben los créditos. Cuba está obligada a pagar en efectivo y por adelantado, a través de entidades bancarias de terceros países y no puede utilizar barcos propios para transportar los productos.

Algo similar ocurre con las importaciones de medicamentos, también condicionadas desde 1992 por la ley de EEUU. Cuba debe dar cuenta sobre el destinatario final de las medicinas adquiridas y no puede hacer los pagos directamente, sino a través de terceros y en una moneda distinta al dólar. A su vez, la compañía Elekta confirmó en septiembre que no podrá suministrar al Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, ni a otros hospitales, el isótopo radioactivo Iridio-192 que garantiza el normal funcionamiento de los equipos de braquiterapia, imprescindibles para impartir tratamientos de mayor calidad y precisión contra el cáncer. Su suministrador, la compañía estadounidense Mallinckrodt Pharmaceuticals, se negó a venderlo con destino a Cuba.

Igualmente, la compañía norteamericana Small Bone Innovation, Inc. ha rehusado suministrar al Complejo Ortopédico “Frank País” prótesis para las articulaciones de la muñeca y mano para pacientes con artritis reumatoide. En junio del presente año, la compañía estadounidense SIGMA Aldrich se negó a proporcionar a la compañía Quimimpex productos, servicios e información técnica indispensables para la industria química. Siguió el mismo guión la empresa norteamericana Columbiana Boiler Company que le dijo a la citada empresa estar impedida de exportar los cilindros necesarios para envasar el cloro destinado a la potabilización del agua.

El canciller Rodríguez concluyó que se calcula que los daños económicos que ha ocasionado el bloqueo de EEUU a Cuba, en más de medio siglo, ascienden (a precios corrientes), a un total de 121.192 millones de dólares, cifra de enorme magnitud para una economía pequeña como la cubana.

Muchos creían que EEUU se abstendría en la votación contra su bloqueo para dejar sola a Israel. Se equivocaron.

¿Hubo o no intervención norteamericana en la separación de Panamá de Colombia?

Por Olmedo Beluche


Extracto del artículo: “El debate del centenario”, publicado en Revista Cultural Lotería No. 461, julio – agosto de 2005.


Pasada la conmemoración del Centenario de la creación de la República de Panamá estamos en condiciones de hacer un balance de los aportes historiográficos que nos quedan como saldo. Debemos afirmar que el resultado final es positivo, pese a la falta de apoyo de los medios oficiales. Aunque con escasa trascendencia hacia el gran público, la intelectualidad panameña, la comunidad de historiadores y cientistas sociales debatió en profundidad sobre el acontecimiento y sus implicaciones históricas. Múltiples conferencias, decenas de artículos y monografías, y algunos libros vieron la luz en este primer Centenario.

La óptica desde la cual abordamos esta evaluación no es la de un estudio bibliográfico, sino la continuidad del debate acalorado y apasionante que se produjo durante la conmemoración. Tal y como viene sucediendo desde el mismo 3 de Noviembre de 1903, los argumentos en favor y en contra del acontecimiento se dividen en tres bandos, bautizados por el historiador Carlos Gasteazoro como: la leyenda dorada, la leyenda negra y la versión ecléctica.

Aquí asumimos la defensa de lo que erróneamente en Panamá se ha denominado “leyenda negra”, tomando diez de los principales argumentos esgrimidos por sus detractores durante el debate del Centenario, desnudándolos uno por uno, para demostrar con hechos que no estamos ante una leyenda, sino ante la cruda realidad de lo acontecido.

En Panamá se ha denominado “leyenda negra” a las interpretaciones de los acontecimientos del 3 de Noviembre de 1903 que muestran el papel jugado por la intervención norteamericana en la separación de Colombia. Con este calificativo se ha pretendido desacreditar obras como la de Oscar Terán (Del Tratado Herrán-Hay al Tratado Hay- Bunau Varilla), de Ovidio Díaz E. (El país creado por Wall Street) o la mía (La verdadera historia de la separación de 1903). Analicemos algunos de los argumentos esgrimidos contra estas versiones, a ver si se trata de una “leyenda” o un análisis objetivo.

1. “No hubo intervención norteamericana”. Si uno lee los libros de texto utilizados en nuestras escuelas, no encuentra niguna participación norteamericana en el acontecimiento. La versión de J. B. Sosa y E. Arce (Compendio de Historia de Panamá), primera historia oficial, salvo una rápida mención del Sr. Shaler (“amigo de la separación”) en Colón, y del acorazado Nashville que “hizo desembarcar una fuerza… para proteger la salida del tren … y los intereses y vidas de los extranjeros de aquella localidad”, pareciera que Estados Unidos no tuvo mucho que ver con la separación de Panamá de Colombia del 3 de Noviembre de 1903.

Lo mismo puede decirse de Datos para la Historia de José A. Arango, fuente privilegiada de lo que se ha llamado “leyenda dorada”, para el cual los norteamericanos sólo juegan un papel secundario, de apoyo al movimiento. Sin embargo, Arango deja entrever la participación activa de algunos personajes como Beers, Shaler, Prescott y un “caballero” que no nombra en Nueva York (William N. Cromwell).

Basta un poco de curiosidad para indagar quiénes eran estos señores y la “leyenda dorada” se viene al piso, quedando al descubierto el nexo de intereses imperialistas que los unía a la Compañía del Ferrocarril de Panamá, a la Compañía Nueva del Canal (francesa) y a lo que se jugaban en el Tratado Herrán-Hay. Todos ellos, incluyendo J. A. Arango y Manuel Amador Guerrero, laboraban para Compañía del Ferrocarril y tenían como su jefe y cerebro de la conspiración a William N. Cromwell.

La leyenda dorada también “olvida” mencionar que Teodoro Roosevelt ordenó el arribo a Panamá, en noviembre de 1903, de hasta diez acorazados para asegurar la separación: Nashville, Dixie, Atlanta, Maine, Mayflower, Praire, Boston, Marblehead, Concord y Wyoming. Ver la obra de McCullough (El cruce entre dos mares) o la novela de Jorge Thomas (Con ardientes fulgores de gloria).

2. “Hubo intervención, pero la idea de la separación es de Arango”. Ante el cúmulo de evidencias, los más inteligentes analistas panameños se mueven a lo que se ha llamado la “versión ecléctica”, es decir, no niegan la intervención yanqui, pero la atenúan diciendo que los conspiradores panameños tuvieron la idea de proclamar la separación independientemente de los Estados Unidos. Aceptan que Roosevelt deseaba “tomar el Istmo” por la fuerza ante el rechazo del Tratado Herrán-Hay, alegando “razones de utilidad internacional”, pero que el móvil de los próceres era distinto y nacionalista. La “versión ecléctica” pretende explicar la separación como una conjunción “casual” de intereses entre panameños y norteamericanos.

Autores como Jorge Thomas (en su novela histórica Con ardientes fulgores de gloria) o Humberto Ricord (El 3 de Noviembre visto desde el centenario. Tomo I) sostienen que son los conspiradores panameños los que tienen que convencer al gobierno norteamericano de apoyar la separación que ellos han planeado. La base para esta interpretación son los “Datos” de Arango, según el cual, a él se le ocurre la idea en mayo de 1903 y manda primero al “noble Capitán Beers” y luego a Amador a Estados Unidos a buscar apoyo.

Pero los hechos contradicen a Arango, porque el Sr. Beers llega a Estados Unidos a comienzos de junio, pero ya el 13 de ese mes, Cromwell ha hecho publicar, por medio del periodista Roger Farham, un artículo en un diario neoyorkino, en el cual se vaticina la separación de Panamá con lujo de detalles, si el tratado es rechazado por el Congreso colombiano. Ricord, que cita el artículo con profusión, pasa por alto el párrafo en el que se dice que, a esa fecha, ya Roosevelt ha estudiado el plan y lo ha discutido con su gabinete y con muchos senadores. Nadie puede creer que Beers haya logrado tanto en un par de días.

La misma secuencia cronológica de los hechos constituye una evidencia de que la idea de la separación proviene de Estados Unidos y no de Panamá, y ésta sólo pasa de simple amenaza a conspiración concreta ante el rechazo del Tratado Herrán Hay por parte de la opinión pública colombo-panameña, mediados de 1903. Previamente no existía ningún movimiento o conspiración separatista, ni de parte de los liberales, que eran la oposición (ver La venta del Istmo de Belisario Porras) ni mucho menos de los conservadores como Arango o Amador Guerrero, que tenían íntimos lazos con el gobierno de Bogotá.

La trama de la separación sale de las entrañas de la Compañía del Ferrocarril de Panamá, dirigida por Cromwell desde Nueva York y administrada en Panamá por Beers, Shaler, Prescott, cuyos empleados panameños eran Arango y Amador. Como ya se ha dicho, Beers viaja a Nueva York llamado por Cromwell a fines de mayo (inicios de junio, según Ricord) cuando ya se ve peligrar la aprobación del tratado por Colombia. El 13 de junio aparece el artículo de Roger Farham preconizando al separación, si el tratado es rechazado (subrayamos). El 28 de julio se produce la reunión, en la finca de Las Sabanas, de los hermanos Arias, entre los conspiradores panameños y funcionarios norteamericanos encabezados por el cónsul H. Grudger, pero todavía no se lanza el movimiento separatista, porque hay posibilidades de que el Senado colombiano ratifique el tratado.

El 12 de agosto el Senado de Colombia aprueba la resolución que deja en suspenso (hasta 1904) la aprobación del Tratado Herrán Hay, y Manuel Amador Guerrero sale para Estados Unidos el 26 de agosto, no antes (¿Casualidad?), llegando a Nueva York el 1 de septiembre. Pero el gobierno norteamericano aún guarda esperanzas de que el gobierno y el Senado de Colombia puedan cambiar de opinión, así que se entretiene a Amador en Nueva York hasta bien entrado octubre.

Lo que decidió la separación fue que el Senado de Colombia clausuró sus sesiones el 31 de octubre sin ratificar el Tratado Herrán-Hay. Entonces es cuando Estados Unidos pone en ejecución el “plan b”, es decir, la separación. Amador es embarcado desde Nueva York con sus instrucciones (dadas por Bunau Varilla) el 20 de octubre y llega a Panamá el 27. Ese mismo día se produce la reunión de los conspiradores panameños en casa de Federico Boyd.

La magra decena de conspiradores panameños reciben a Amador llenos de dudas, y sólo aprueban el plan traído por éste, ante la promesa de que el gobierno norteamericano enviaría tropas y buques, como reconoció el propio Tomás Arias posteriormente (ver la obra de Oscar Terán y las indagatorias publicadas por The Story of Panama). Entre las cosas que les hacen dudar, está la fecha del 3 ó 4 de noviembre (una semana!) para la separación.

Lógicamente, un movimiento de tal envergadura montado en tan poco tiempo y con tan pocos conspiradores panameños sólo puede tener éxito si se cuenta con las cañoneras norteamericanas, las cuales ya habían recibido órdenes de Roosevelt de trasladarse a Panamá (Terán transcribe las órdenes de movilización dadas por Roosevelt). La seguridad de la intervención armada de Estados Unidos es la garantía exigida por Tomás Arias, en la reunión del 27 de octubre, para sumarse al complot, tal y como él mismo admite. Garantía que es confirmada por Amador y por los hechos. Es cuando Amador envía el famoso cablegrama que dice: “Urge vapor Colón”.

Los momentos decisivos de la separación tienen como protagonistas a los norteamericanos, y no al pueblo panameño: el jefe de la Compañía del Ferrocarril en Colón, Shaler, es quien convence a los oficiales colombianos al mando de Tovar, llegados la madrugada del 3 de noviembre, de tomar el tren a Panamá sin sus tropas; son las tropas del acorazado Nashville las que impiden a los soldados colombianos tomar el tren a Panamá los días 4 y 5, cuando se enteran que sus oficiales han sido arrestados por Esteban Huertas; y es el arribo del acorazado Dixie (con 500 soldados), más un soborno de US$ 8,000.00, el que decide al coronel Torres embarcarse para Cartagena sin resistir; en reconocimiento de la actuación norteamericana el prócer Meléndez cede a Shaler el honor de izar la primera bandera panameña en Colón, el día 6, el cual a su vez lo cede a un oficial de inteligencia que dirigió las operaciones, de nombre Murray Black.

Se evidencia que no hubo en ningún momento una iniciativa separatista de origen panameño, ni mucho menos una actuación independiente de los “próceres”. La idea y su ejecución están condicionadas por los intereses del gobierno norteamericano en función de la ratificación o no del Tratado Herrán Hay por parte de Colombia. Por falta de espacio no vamos a citar los múltiples despachos, comunicados y advertencias oficiales y extraoficiales del gobierno de Roosevelt que constituyen evidencia clara. Para quien se interese recomendamos leer la obra de D. McCullough (El cruce entre dos mares), de M. Duval (De Cádiz a Catay) y del panameño Oscar Terán (Del Tratado Herrán-Hay al Tratado Hay-Bunau Varilla...).