martes, 9 de abril de 2013

Dignidad ante todo.


Miguel Antonio Bernal

La calidad de vida de la gran mayoría de la población se deteriora cada día más. Los factores reales de poder, parecen decidídos a no permitir que los  hombres y mujeres de nuestro país, de todas las edades, nos beneficiemos de los progresos alcanzados por la inteligencia humana.

Cada día nos enteramos, a cuenta gotas, la cantidad de improsultos y meapilas que se llenan de prebendas y privilegios: jugosos salarios, lujosos apartamentos, autos lujosisimos, villas de playa, hatos de ganado, fincas afincadas, cuenta bancarias de nueve cifras y vaya usted a saber.

Del otro lado, legiones de usuarios del transporte desvelándose y agotándose, para poder alcanzar un medio que les permita desplazarse de un punto a otro, miles de pequeños productores fajándose contra el abandono del agro, miles de niños sin ser reconocidos, adultos mayores desprotegidos, hospitales sin suficientes camas y medicina, proliferación de viviendas brujas, centenares de miles sin agua potable, déficit de escuelas y de una educación apropiada y actualizada, la ludopatía y la alcoholemía a niveles inimaginables...

Pero, la intoxicación mediática nos quiere hacer creer que estamos "en un país de primer mundo", que tenemos un "Estado de Derecho", mientras la inseguridad jurídica nos corroe y la corrupción nos baña de asco cotidiano.

La, cada vez más,  ausente dignidad ciudadana es aprovechada por los planes de despolitización que llevan adelante la partidocracia y sus abanderados que, poco o nada tienen que ofrecer. Mientras la población, cada día más agotada y frustrada, péndula entre la anomia y la abulia, sin atreverse a hacerse respetar.

La dignidad que debe ser íntriseca a la persona humana del siglo XXI, en Panamá parece ser la sombra del viento, mientras crece el miedo a la esperanza.
  
Cada día somos menos una sociedad. Cada día somos más un lugar donde vive gente. Cada día la frivolidad, la codicia y la avaricia se emponderan  más y más de la idiosincracia nacional.

Cada día aceptamos más basura,más humo y más mediocridad. Cada día hay más miedo a la dignidad, miedo a la democracia, miedo a la libertad.  ¿ Hasta cuándo?

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