Por Ricardo Arturo
Ríos Torres
El Canal es
nuestro, lo administramos mejor que los estadounidenses con eficiencia y
seguridad. Hoy comemos soberanía, pocos, muchísimo. La mayoría espera una
distribución con justicia social. Hoy el crecimiento económico es envidiable a
nivel latinoamericano. Somos un país próspero y con un futuro de grandes
posibilidades de una democracia participativa. El presente que disfrutamos se lo
debemos a la lucha heroica de la juventud panameña.
El acto separatista
de 1903, propicia el nacimiento de una república manca, coja y tuerta.
El Tratado Hay-Bunau Varilla impuso una
relación de protectorado,
con un enclave colonial a perpetuidad.
Las bases militares del imperio de Wall Street, en todo el
territorio nacional nos hicieron un país ocupado, intervenido en nuestra vida
cotidiana. Los zonians con su agresión psicológica nos hicieron creer, que la
región canalera, era un área vedada a los descendientes de Quibián, Urracá,
Bayano y Victoriano Lorenzo. El gold roll y silver roll fueron la expresión máxima de su apartheid. La
discriminación era la norma.
Los panameños con
dignidad, honor y determinación iniciamos una gesta cidiana y quijotesca.
Actuamos con plena conciencia de un proceder justo y patriótico, sin odios ni
rencores,
sin violencia, siempre
cívicos y pacíficos al estilo de Gandhi, Luther King y Mandela.
La épica de
la soberanía surge
cuando se firma el Panamá Cede. Los poetas y
narradores, como Amelia Denis de Icaza, Gaspar Octavio Hernández, Rogelio Sinán,
Joaquín Beleño
enriquecen el alma nacional. Eusebio
Morales, Guillermo Andreve, José Dolores Moscote y Manuel Roy hacen del
Instituto Nacional el eje emocional de la nacionalidad. Acción
Comunal dirige el rechazo popular contra el Tratado Kellog-Alfaro de 1926. La
Federación de Estudiantes y el Frente Patriótico de la Juventud le dicen NO al
Convenio Filós-Hines de 1947. La Generación de 1958, el 2 de mayo
de ese año, siembra banderas panameñas en la Zona del Canal. En 1959 se da la
gran marcha patriótica en la Avenida 4 de julio, hoy Avenida de los Mártires. Y
el 9 de enero de 1964 se inicia la auténtica independencia que se concreta con
el Tratado Torrijos-Carter y la eliminación del enclave colonial con su
perpetuidad y zonians, el Canal es panameño.
Panamá
es una nación aluvional, la más antigua de Tierra Firme, con un devenir de más
de 500 años. Panamá es su geografía, historia, literatura, folclor, con una identidad múltiple, y una cultura
pluriétnica, somos muchos rostros en uno. Y la cátedra de Panamá con los Estados Unidos
con el aval de la intelectualidad universitaria, representada con Ernesto
Castillero Pimentel y Julio Linares,
recoge el sentimiento de una comunidad orgullosa de su identidad y memoria histórica,
La cátedra suma el imaginario de panameños ejemplares como Belisario
Porras, Octavio Méndez Pereira, José
Daniel Crespo, Ricaurte Soler, Roque Javier Laurenza, Acracia Sarasqueta,
Gumercinda Páez , Sara Sotillo, Jorge
Illueca, Carlos Iván Zúñiga y muchos otros que fortalecieron nuestro sentido de
pertenencia
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