martes, 12 de mayo de 2015

A un año de las elecciones que dieron el triunfo a Juan C. Varela, Balance y retos del movimiento popular.

Polo Ciudadano, como espacio político, abierto de discusión y formación ciudadana, hace un análisis crítico y reflexivo en torno a lo que se describe como el balance sobre el primer año de gobierno del Presidente Juan Carlos Varela, el cual ponemos a disposición de los ciudadan@s panameñ@s.

Al cumplirse un año de las elecciones, que sorpresivamente destronó del poder a Ricardo Martinelli y sus sequitos, y que dio paso al triunfo de Juan C. Varela con la alianza Panameñismo, Partido Popular;  que una vez en el gobierno, ha contado con el respaldo del Partido Revolucionario Democrático PRD (al margen de su crisis internas), y con el apoyo de significativos sectores de la llamada “sociedad civil” y de  algunos representantes de la dirigencia sindical; hoy acomodados en diversos cargos y posiciones dentro del engranaje recibiendo sus dádivas y beneficios por parte del gobierno.

A un año de “el pueblo primero” de Varela, surgen al paso algunas interrogantes como por ejemplo: ¿Ha cambiado el país en este periodo y cuánto? ¿Desde la perspectiva de la clase trabajadora y la ciudadanía en general han mejorado sus condiciones de vida? ¿Hay más democracia? y otras más, que ameritan responderse ya sea individual o colectivamente como ciudadan@s honestos de este país.

En ese sentido Polo Ciudadano, cree necesario repasar si este gobierno ha sido capaz de ir cumpliendo con las promesas hechas en su campaña electoral y de igual forma considerar otros aspectos que se entrelazan dentro de este balance.

La Lucha contra la corrupción o lucha de grupos de poder económico
Un aspecto aparentemente significativo que se ha apreciado en el campo del combate a la corrupción de este gobierno, ha sido en el sentido de que varios ex ministros y personeros de altos cargos del gobierno anterior han ido a parar a la cárcel por sus vínculos con casos de peculado. Incluso hay varios procesos judiciales abiertos contra varios de ellos y del propio ex presidente Ricardo Martinelli, quien huyó del país buscando asilo político por todo el mundo y que finalmente terminó escondiéndose en Miami, Estados Unidos, con el consentimiento del Imperio.

Sin embargo, ese dato aparentemente positivo, no soslaya dos hechos notables. El primero: las investigaciones contra Martinelli y sus funcionarios, obedecen en algo al descontento y la presión popular; pero también responden en gran medida a una pugna existente entre dos sectores dominantes de la burguesía empresarial panameña que se disputan el poder político y el control económico del país, en el que está prevaleciendo la oligarquía tradicional frente al sector emergente encabezado por Martinelli.  Y el segundo hecho, es que los que están presos son “meros actores de reparto” (como Guardia, Garúz y Pérez), y entre ellos no hay ninguno del llamado “círculo cero” del poder económico que apoyó y robó con Martinelli. Incluso varios de sus ex ministros pese a las denuncias ciudadanas contra ellos, gozan aún de impunidad y libertad.

En el caso del proceso contra el ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia Moncada Luna, quedó en evidencia los niveles de corrupción en ese órgano del Estado, en el que hay otros colegas de éste que han sido denunciados por delitos graves.  De igual forma quedó también en evidencia los niveles de corrupción actual en el órgano que compone los denominados “padres de la patria”, ya que el fiscal acusador tuvo que negociar la condena final a cinco años de ese personaje de la CSJ, debido a que del propio fiscal y algunas de las juezas del proceso, señalaron que se temían que Moncada saliera absuelto de culpa a nivel del pleno de la asamblea, debido a que se manejaba la información  de que había mucho dinero en juego para lograr a toda costa la inocencia del acusado.

Cabe también señalar los últimos escándalos sobre nepotismo que ha recaído sobre el actual Magistrado del Tribunal Electoral Erasmo Pinilla y del Magistrado de la CSJ, Víctor Benavides sobre quien recaen acusaciones muy delicadas, que atentan contra los valores y la moral.

 Se desinflan las principales promesas de Varela
Uno de los pilares con que Varela llegó al poder hace un año fue su propuesta del “control de una canasta de alimentos” que debía permitir un ahorro de hasta B/. 58.00 a las familias más pobres. Ese control de precios, no solo fue insuficiente y no contuvo la inflación (que creció un 2% en un año), sino que hasta al propio gobierno se ha olvidado del programa con el paso del tiempo, desvaneciéndose de esta forma la ilusión encantadora que mediáticamente le dio al pueblo. Ya que es cada vez más asfixiante el alto costo de los alimentos de primera necesidad de la canasta básica.

¿Y sobre el gran proyecto por la transformación de Colón? Este no sólo, No ha empezado a ejecutarse, sino que ya sectores sociales articulados en el Frente Amplio de Colón, han denunciado que el gobierno actúa de manera inconsulta para no involucrar a los colonenses y sus organizaciones. ¿Y sobre Barro Blanco? Después de varios shows propagandístico y de coquetear con parte de la dirigencia indígena, el gobierno ha dicho que no piensa detener el proyecto de la hidroeléctrica que fue impuesta a sangre y fuego en su momento por el gobierno de Ricardo Martinelli.

 La Educación, la salud pública y la seguridad: Siguen siendo un desastre
¿La educación ha mejorado? No. Claramente está peor. A casi medio año, día a día salen estudiantes, educadores y padres de familia de las escuelas de toda la República denunciando el pésimo estado de las mismas, muchas de las cuales ni siquiera cuentan con agua potable.  Y no solo hablamos de escuelas y colegios en pueblos del interior, sino también del centro de la ciudad de Panamá que eran modelos educativos hace unos años como (El América, Naudeau, Moscote, etc.).  En este tema educativo, lo único que ha avanzado es que han quedado al descubierto todas las mentiras, exabruptos y malversación de recursos del pueblo, por parte de la ex ministra de educación Lucy Molinar, la cual, no lo olvidemos, fue llevada al gobierno anterior por el propio Juan C. Varela siendo éste vicepresidente de la República.
¿Y sobre la salud? El caos actualmente de la atención a los asegurados y no asegurados, se resume en una palabra: ¡Desastre!. Desastre denunciado por el propio personal de salud, tanto de la Caja de Seguro Social como del propio Ministerio.  Por ejemplo; mientras la CSS se gastó más de 600 millones en una  denominada “ciudad hospitalaria”, a la que ahora se reconoce que está mal diseñada, no hay ni camilleros en urgencias del complejo.  Ni hablar del Santo Tomás, antes hospital insignia, y en el que ahora no hay insumos para operar, ni personal.  Para no mencionar los de los “Minsa-capsi” y las decenas de centro de salud a nivel primario cerrados en el interior por falta de personal y equipos.

En cuanto al tema de la seguridad, cada día son más altos los niveles e inseguridad y la ola de crímenes en la población a nivel nacional, producto de la ola delictiva escenificada por las pandillas y narcos, que se disputan el mercado de la droga y el control de las calles. Situación que hasta la fecha no ha sido contrarrestada por el actual gobierno con el denominado programa “barrios seguros”.

La privatización ha llevado a la crisis los servicios públicos
¿Y los servicios públicos? El país se ha convertido prácticamente en un basurero a cielo abierto gracias a la privatización en muchos municipios encargados del transporte para la recolección de la basura.  ¿El transporte público? Pese a los 200 millones que le regala en subsidios anuales el gobierno a la empresa colombiana “Metrobus” traída a Panamá por “Jimmy Papá Dimitri”, quien fue el asesor de campaña de Juan C. Varela,   segundo al mando en el gobierno de Martinelli.  Dicha empresa aún no ha sido capaz de brindar un servicio eficiente a los miles de usuarios que siguen viéndose afectados a diario.

¿Y el IDAAN? Este es el próximo objetivo de la política de privatizaciones, al que como ciudadan@s panameñ@s, debemos estar atentos.  Los servicios de agua potable y alcantarillado de hecho han entrado en una fase crítica a nivel nacional. Esto se refleja en el día a día en las comunidades sufren cortes del servicio por diversos motivos, donde el agua no llega y donde se ha convertido en algo común la ruptura de tuberías, y en el sistema aguas servidas que permanentemente están tapadas.

Gran parte del deterioro que sufre esta institución, además de la falta de inversión, tiene que ver con la manifiesta intención del gobierno actual junto a sus aliados, de retomar la privatización del IDAAN que no pudieron ejecutar Balladares, Mireya, Martin, ni Martinelli en el poder, debido a la oposición y lucha del pueblo en las calles.

Mientras se destruye la producción nacional, nos hacemos más pobres
¿Los productores nacionales están protegidos frente a la competencia desleal de los importadores? Dicen ellos mismos que No.  Por eso salen a las calles a exigir la ratificación de la ley que crea la AUPSA, mientras un tercio de las tierras cultivables son abandonadas por falta de apoyo para la agricultura, creciendo la dependencia de las importaciones de alimentos, incluso en rubros en los que hace 30 años éramos autosuficientes como el caso del arroz, entre otros.  Para rematar, la producción agrícola e industrial está amenazada por el Tratado de Promoción Comercial (TPC) con Estados Unidos, firmado en el gobierno de Martin Torrijos y que abrió el país, a las importaciones de ese país del norte libremente en 18 años.

En el ínterin hemos conocido que en este año, no sólo, No han bajado los altos índices de pobreza y pobreza extrema, sino que el país ha incumplido las modestas metas que se había fijado para alcanzar los “Objetivos del Milenio de Naciones Unidas” con el objeto de disminuir la desigualdad social. Ya que Panamá ni siquiera pudo mejorar la atención materno infantil.  Claro, esto no sólo es responsabilidad de Juan C. Varela y su gobierno, sino de una acumulación de 30 años de gobiernos lacayos del neoliberalismo impuesto desde Estados Unidos.

El capital transnacional saquea todo a su paso
La apertura a intereses extranjeros que empezó con el modelo económico neoliberal,  hace 30 años, ha convertido a toda la industria panameña en subsidiaria de empresas transnacionales, mientras que los capitalistas panameños han ido vendiendo para retirarse a la comodidad de la especulación inmobiliaria.  La penetración de esos capitales extranjeros, principalmente colombianos y venezolanos, ha venido aparejada de la precarización del empleo y la violación de conquistas laborales que suelen practicar dichas empresas en sus países. Toda la industria y gran parte importante de la banca, del sector inmobiliario e incluso los servicios públicos privatizado está en manos de capitalistas extranjeros que permanentemente promueven la fuga de capitales.

Lo que es peor, basados en las injustas reglas del comercio internacional y de los tratados de libre comercio firmados por Panamá y en alianza con empresarios panameños, empieza el saqueo descarado en nuestro país.  Ejemplo: 1. En Petaquilla, la empresa canadiense dueña de la mina, después de años de extraer oro sin control y generando contaminación, se declara en quiebra y se retira sin pagar las prestaciones y salarios a los trabajadores; 2. Como si fuera poco, empresarios españoles pretenden robarle 2000 millones a Panamá alegando que Martinelli les hizo trampa en el negocio de la mina; 3. En la ampliación del canal, el GUPC, el consorcio que construye, ha sobrefacturado más de 2000 millones de dólares y amenaza con paralizar nuevamente las obras si no se le pagan adelantos injustificados.  Y 4. Siguen vigente las concesiones y se dan nuevas para la continuidad del saqueo de nuestros recursos naturales (metálicos y no metálicos) a nuevas trasnacionales.

Las jubilaciones amenazadas
El gobierno de Juan C. Varela, respondiendo a los intereses de su clase, los capitalistas, y a los dictados de los organismos de crédito internacional, prepara un golpe más contra la clase trabajadora panameña: el aumento de la edad de jubilación y las cuotas.  La base para este golpe está en la continuidad de las medidas impopulares impuestas bajo el gobierno del PRD y Martín Torrijos en 2005, cuando reformó el sistema de pensiones, rompiendo el sistema solidario e imponiendo a las nuevas generaciones un sistema mixto, separado del que aportan las personas mayores de 35 años a esa fecha.  Con lo cual, están produciendo una crisis del fondo de jubilaciones y pensiones de quienes están laborando en estos momentos y que se jubilaran en pocos años.

Sobre la situación del movimiento popular
A un año, también se hace necesario apuntar a la referencia obligada del movimiento popular organizado de Panamá, que debe iniciar por los resultados electorales decepcionantes e inesperados de las dos formaciones partidarias de la denominada izquierda panameña: entiéndase en primer lugar el partido Frente Amplio por la Democracia (FAD) con estructura nacional y en segundo lugar el Movimiento Independiente de Refundación Nacional (MIREN), que incursionó con la libre postulación presidencial que llevó adelante con la figura del profesor Juan Jované.  Donde en ambos casos fue evidente la ausencia de una política de unidad y de un programa convincente, sumados a ello la parcialidad de los medios de comunicación por las otras candidaturas, un cambio tal vez en el trayecto del proceso de la línea táctica o estratégica, u otros acontecimientos, que impidiendo de esta forma, que la suma de ambas candidaturas a nivel presidencial no superaran los 25 mil votos (es decir menos del 2%) a nivel nacional.

Esta catástrofe electoral para ambas opciones, lamentablemente sentimos que no fue seguida de una reflexión autocrítica y colectiva que permitiera comprender los errores y tomar las medidas adecuadas para superarlos.  Ninguna de las dos alternativas en la práctica tuvo la capacidad de romper los esquemas del individualismo sectario para invitar a un balance amplio, democrático y autocrítico al conjunto del movimiento popular y ciudadano.  Es decir, No hubo reales evaluaciones con la mayoría de sus copartidarios o allegados a sus formaciones políticas, en gran parte talvés, por la desmoralización que los resultados promovieron en su membresía electoral y seguidores.

A pesar que la ciudadanía panameña y por ende el movimiento popular, han de tener aún observaciones que hacer a ambas opciones electorales por los errores cometidos, por la inexperiencia y la forma como manejaron todo lo referente a su campaña; cabe destacar como elemento positivo aunque tal vez algo tarde, que en este año de cierta forma hubo algunas rectificaciones no asumidas concientes y expresamente que por lo menos han permitido empezar a dar algunos indicios de madures política y accionar de cierta forma en UNIDAD como movimiento popular y sindical; al margen de las actitudes políticas y/o soberbia, divergencias, diferencias de opinión y de métodos.

En ese sentido nos atrevemos a mencionar dos ejemplos recientes a nuestro juicio importantes como los han sido: la experiencia de la realización como bloques de un programa conjunto para la organización y realización de la Cumbre de los Pueblos desarrollada en la Universidad de Panamá durante los días 9, 10 y 11 de abril y seguido de esta, la coordinación de la marcha del pasado 1 de mayo de 2015.  Ambos eventos organizados de forma unitaria y bajo un clima de respeto mutuo.

Retos del movimiento popular y ciudadano panameño
En primer lugar, es preciso señalar que aquellos sectores de la población que hace un año creyó honestamente que el gobierno de Juan C. Varela implicaría un giro de 180 grados en política a favor de las mayorías, que abandonen esas ilusiones y se den cuenta que estamos ante un gobierno que es en esencia igual a los anteriores, incluyendo al de Martinelli; pues es un gobierno que en la práctica ha venido demostrando que representa los intereses de la clase capitalista, contra la de los trabajadores. Por lo que, hay que zafar del abrazo de oso y de los galanteos que inteligentemente viene realizando desde el Ministerio de Trabajo para amarrar a los dirigentes sindicales con nombramientos en esa entidad y otras, o promoviendo una que otra oferta y/o acuerdo de “financiamiento a la causa” para mantenerlos en el silencio.

En segundo lugar, como ciudadan@s hay que continuar tejiendo los lazos de unidad y acciones conjuntas para la acción, sin que nadie renuncie a sus banderas de luchas y convicciones; pero con el sumo cuidado de que no afloren o se exageren las diferencias, ni recurrir a métodos sectarios. La conmemoración última de la movilización del 1 de Mayo, es el modelo de acción conjunta a seguir.

En tercer lugar, hay que dar los pasos concretos en la organización popular y ciudadana en todos los sectores y espacios, que a futuro permitan la conformación de la verdadera unidad de todas las fuerzas y frentes sociales, para iniciar en la construcción y concreción de un proyecto político alternativo real de país, propio de la clase trabajadora y de los históricamente oprimidos, excluidos y marginados. Y que dado el momento, y la oportunidad a futuro, tenga la capacidad de proponerse expresamente de llevar a sus representantes a los distintos órganos gobernabilidad del Estado.

Polo Ciudadano, considera que para logar esto hay que partir por convencerse con la sinceridad que identifica a los ciudadan@ de este país, que ninguna fuerza actual en el movimiento popular y social por sí sola, es capaz de vencer al sistema político y electoral corrupto que ha impuesto la oligarquía panameña por más de cien años.  Por ende, hay que madurar políticamente con seriedad, organizarse plenamente y estar dispuestos a abrir los espacios necesarios de discusión y comunicación para concretar la unidad en un proyecto político nacional, en el que cada quien dentro de esa unidad mantenga sus siglas y su autonomía, funcionando en la práctica sobre la base de que, es acuerdo, lo que surge del consenso.

Finalmente, creemos que dado el momento, habrá que elaborar de manera conjunta el programa de lucha y de gobierno de ese proyecto político: empezando por exigir la nacionalización de la banca, los servicios públicos y la industria; el apoyo a la agricultura nacional para alcanzar la soberanía alimentaria; la protección del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos, a los derechos de la mujer y de la clase trabajadora en busca del trabajo digno; el rescate de la educación y la salud públicas como prioridades; la protección y respeto a los pueblos originarios, la restauración del sistema solidario de seguridad social y pensiones; la cárcel para los corruptos y ladrones del erario público; la refundación de la República y sus instituciones mediante el impulso de una Asamblea Constituyente Originaria. Todo ello, requiere un gobierno de ciudadan@s consientes, de la clase trabajadora que tiene como prerrequisito la constitución de un proyecto verdaderamente político popular.
Panamá, 11 de mayo de 2015.

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