viernes, 6 de diciembre de 2013

Gobierno le declara la guerra a jóvenes artistas

"Volveremos más fuertes”, dice El Kolectivo La historia es un campo de lucha. Siempre lo ha sido. Quién ‘domina’ el pasado es dueño del presente y hará valer su superioridad en el futuro. La educación en cualquier país moderno es cada vez más importante. 
 
Quién controla los textos que se reparten en las escuelas y que leen los estudiantes definirá como serán los futuros ciudadanos. Igualmente, quien controla los contenidos de los programas radiales y televisivos puede darle forma a la famosa y difusa ‘opinión pública’. Es decir, puede darle forma a la mente de todos los consumidores de un país. (Cuando se habla de un país moderno se refiere a su capacidad de convertir el salario de todos los trabajadores en consumo. Los consumidores son los que también se llama ‘clase media’). La educación y los medios de comunicación son, por extensión, campos de lucha. El enfrentamiento es cotidiano. 
 
Se traduce en lo que leemos, en lo que escuchamos o en lo que vemos por lo medios masivos de comunicación. En el transcurso de la mañana de hoy se realizará una conferencia de prensa convocada por El Kolectivo, un grupo de jóvenes pintores que quiere rendirle homenaje a los mártires de la gesta del 9 de enero de 1964, principio del fin de la colonia norteamericana que se llamaba Zona del Canal de Panamá. 
 
Los jóvenes artistas comenzaron el 23 de noviembre a pintar las paredes de la avenida de los Mártires, arteria urbana importante aún en el presente, que fue testigo de los enfrentamientos desiguales entre tropas norteamericanas y jóvenes panameños en aquellas jornadas de enero de 1964. En aquel año un total de 23 vidas panameñas fueron sesgadas por las balas norteamericanas y otras causas. El gobierno fue más que expedito. 
 
El 25 de noviembre movilizó una escuadrilla del Ministerio de Obras Públicas que procedió a pintar de gris la mayoría de las obras de los jóvenes. Para hacer aún peor el agravio cometido contra la memoria de los combatientes del 9 de enero y los mártires, el presidente de la República, Ricardo Martinelli, confesó que había sido su persona que dio la orden de intentar borrar la memoria colectiva del pueblo panameño. 
 
El mandatario panameño declaró desde el Palacio, que “lo que ustedes pinten se lo vamos a volver a pintar”. Los jóvenes de El Kolectivo anunciaron que volverán a pintar el mural “Homenaje a los héroes y mártires panameños” que fue eliminado por las autoridades de las murallas de la avenida cuyo nombre les recuerda. 
 
Nuevamente, en la madrugada del 27 de noviembre, Martinelli dio la orden de borrar por segunda vez los murales. Martinelli debe estar arrepentido de su decisión apresurada. Pero en estos momentos no se sabe cual podrá ser su próxima movida. Otro representante de los sectores sociales de Martinelli, que han ocupado la Presidencia en el pasado, habría salido con camión y ayudantes a llevarles latas de pintura, brochas y andamios a los jóvenes artistas que rescataban la historia patria. 
 
Eso fue lo que hizo el presidente Chiari en enero de 1964 cuando decidió romper relaciones diplomáticas con EEUU acatando las demandas estudiantiles que luchaban en lo que es hoy la avenida de los Mártires contra el Ejército del país más poderoso del mundo. 
 
Un medio señaló que “la medida contra los jóvenes es caprichosamente absurda, pues en el pasado manifestaciones similares han adornado la ciudad, incluso en el barrio desde donde gobierna el propio mandatario. Entonces, ¿qué tiene de malo hacernos recordar quiénes somos? Honrar nuestra historia también es hacer patria”. Los gobernantes suelen tenerle miedo a la historia que no repite lo que más le interesa. 
 
¿Qué jóvenes o adultos panameños conocen a Pedro Prestán, a Bayano, a los dirigentes del Movimiento Inquilinario o a los trabajadores de las bananeras asesinados? ¿Permitirían un mural de Victoriano Lorenzo o Floyd Britton, hombres de espíritu revolucionario? Las autoridades le tienen miedo al significado de la gesta del 9 de enero y el rol de los jóvenes estudiantes de la época y tratan de borrarla sistemáticamente de nuestra memoria. Según Carlos Fong “los graffitis son acciones poéticas donde se le da color a una ciudad gris. Son la lectura que hacen los jóvenes de la identidad y de la nacionalidad. No está bien lo que han hecho con los trabajos de El Kolectivo y hay que denunciarlo”. 
 
El poeta nacional, Orestes Nieto, dijo que “el gobierno no tiene la menor idea de que todas las formas de arte público acompañan a la humanidad desde siempre, con sus formas diversas de expresarse y compartir desde el trazo artístico. Parece que viven en otro mundo y no han visto urbe… donde miles de obras de excelencia permanentes embellecen ciudades, pueblos, caminos, calles y avenidas...” 
 
El Kolectivo denunció la acción del gobierno contra sus pinturas. Según el grupo de artistas, son obras en el “camino al cincuentenario de la gesta (de enero de 1964), con mucho esfuerzo y sacrificio voluntario... Indignación, rabia, tristeza nos envuelve al ver pisoteado nuestro esfuerzo por salvar nuestra memoria histórica pero volveremos más fuertes y entusiasmados para defenderla”. La historia es un campo de lucha. La batalla la ganan quienes tienen el proyecto más lúcido y el pueblo que lo respalde. 5 de diciembre de 2013.

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