miércoles, 12 de agosto de 2015

Se separa el Partido Comunista de México del Foro de Sao Paulo.

Del 29 de Julio al 2 de Agosto sesionó el XXII Encuentro del Foro de Sao Paulo en la Ciudad de México. El Partido Comunista de México que perteneció a él desde el 2001 decidió separarse por considerar que es ya un espacio hegemonizado por la socialdemocracia.
 
Hace unos meses el PCM se dirigió al Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo para expresar una fuerte crítica por una Resolución que fue elaborada en solidaridad con Ayotzinapa, por una razón fundamental, estaba redactada por el PRD, partido que es corresponsable de la represión y la desaparición de los estudiantes. Ahora se incurrió en lo mismo. Nuevamente el PRD propuso la solidaridad con los estudiantes normalistas, es decir el cinismo del asesino que ahora clama por su víctima.
 
Más allá están las razones esenciales. El Foro de Sao Paulo es hoy un instrumento de la socialdemocracia y un muro de contención para la lucha de clases, incompatible con la política y actividad de los comunistas, con la estrategia y los objetivos político-ideológicos de cualquier partido comunista.

Cumplimos pues con un deber de principios, al tiempo que trabajaremos para reforzar los vínculos con base en el internacionalismo proletario con los partidos comunistas y obreros en el Mundo.
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Al Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo,
A los partidos y organizaciones del Foro de Sao Paulo:


En diciembre del año 2001, en el X Encuentro efectuado en La Habana, Cuba, se concretó nuestro ingreso al Foro de Sao Paulo, por propuesta del Partido Comunista de Cuba, y con el aval de todos los partidos que a él pertenecen por México.


Pensábamos entonces que el Foro de Sao Paulo era un espacio de encuentro, coordinación y lucha de fuerzas antiimperialistas y anticapitalistas, sin embargo, a lo largo de estos años, uno a uno se han ido presentado hechos que nos demuestran que no es así, y hoy podemos afirmar que este espacio tiene una naturaleza de clase socialdemócrata antagónica a las banderas del movimiento obrero y popular, y que nuestra presencia es ya incompatible.


En el XI Encuentro, realizado en Antigua, Guatemala, se presentó una condena en el Grupo de Trabajo a la diversidad de las formas de lucha que se ejercen por parte de los pueblos, y que además son de validez universal. Con virulencia verbal enmarcada en el discurso antiterrorista que pregonaba Bush en su cruzada ideológica para invadir Iraq, el Grupo de Trabajo del FSP en la práctica excluyó a las FARC-EP, importante organización de la izquierda colombiana –cuando más solidaridad requería ésta en su lucha contra el Plan Colombia y el Plan Patriota y el gobierno del genocida Álvaro Uribe– condenando así la lucha revolucionaria de los pueblos.


Los partidos que hegemonizan al FSP han impreso un contenido muy definido al concepto izquierda, el del progresismo, que no busca transformar el mundo, sino gestionar el capitalismo; y los gobiernos que han ejercido, en importantes países, o grandes ciudades, demuestran, en ya en más de una década, su carácter antiobrero y antipopular, que no se oculta con las medidas populistas, asistencialistas, para lucrar electoralmente con la pobreza y la indigencia masiva que nos asola continentalmente.


Los programas asistencialistas aplicados por los gobiernos progresistas del FSP no han irradiado justicia, ni una vida mejor para la clase obrera, los sectores populares, las capas medias; en medio de escándalos de corrupción, se han mostrado sobre todo como puntales de una política de contención de la lucha de clases y de control social, de rienda para institucionalizar las luchas, someterlas, subordinarlas, doblegarlas, liquidarlas. Han continuado las privatizaciones, reformas laborales para desvalorizar el trabajo y aumentar las ganancias del capital; estos gobiernos progresistas, sin excepción han favorecido la rentabilidad de los monopolios, el despojo salvaje de tierras para beneficiar a los monopolios de la minería, la agroindustria, la construcción, la industria armamentista; se viene favoreciendo la exportación de capitales, intensificando la explotación de los trabajadores y la expoliación de los pueblos.  El PT de Brasil, el PRD de México, etc., son hoy instrumentales a importantes monopolios y ello se extiende a la socialdemocracia que hegemoniza el FSP.


En 2005, durante el XII Encuentro, presenciamos la vergonzosa argumentación para justificar la intervención militar en Haití por parte de tropas brasileñas, y a pesar de que varios partidos miembros del FSP condenamos tal acción, simplemente se guardó total silenció sobre la cuestión en la línea general que hegemoniza a éste espacio. Con esto prácticamente se ha instalado una línea que justifica las intervenciones así llamadas humanitarias, el antiimperialismo selectivo y la solidaridad selectiva para con los pueblos que sufren la ocupación militar, según sea esto en beneficio o no de los monopolios que concurren en sostenimiento de los algunos gobiernos de partidos emanados del FSP.


Otro dato que nos lleva a adoptar la determinación de salir del FSP es el de su hermanamiento con el Partido de la Izquierda Europea, promotor del anticomunismo, al equiparar la construcción socialista en la URSS con el fascismo, argumento que hoy sirve para ilegalizar a partidos comunistas y obreros. El Partido de la Izquierda Europea avala a la Unión Europea, moderna cárcel de los pueblos, donde la dictadura del capital se aplica a rajatabla. El FSP y el PIE han venido promoviendo acuerdos comerciales entre la UE y América Latina, contrarios todos ellos al interés popular. De igual forma el FSP se ha posicionado en Grecia de lado de Siryza miembro del PIE, partido que en fechas recientes ha demostrado ser actor de políticas anti populares que en muy poco se diferencian a las propuestas por la Troika. Así pues revela que para el FSP el camino a seguir no es el de la ruptura con el capitalismo sino la reforma que lo prolongue, lo perpetúe.


El FSP es conducido por partidos de naturaleza compatible con la del PRD en México, que en complicidad con Enrique Peña Nieto, formando el Pacto por México, llevaron adelante reformas legislativas profundamente antiobreras y antipopulares, como la reforma laboral, la educativa, la energética y la fiscal, que hoy pauperizan a millones de trabajadores mexicanos, y que son el marco jurídico para la represión a la clase obrera de éste país.


El PRD impulsa gobiernos de carácter represivo y antipopular como el de Mancera en la Ciudad de México; el de Graco Ramírez en Morelos, que es el responsable de la tortura y asesinato por degollamiento de luchadores sociales; el de Gabino Cué en Oaxaca, que ha traicionado al magisterio de su entidad y cooperado plenamente con la militarización de la misma; el del genocida Ángel Aguirre, responsable del asesinato de cinco militantes del Partido Comunista de México, etc. Por si no bastara, es el gobierno perredista de Ángel Aguirre es corresponsable del genocidio de Iguala, donde 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa aún permanecen desaparecidos.


Es evidente que el FSP concibe las uniones interestatales como un objetivo prioritario, se dice y se insiste abiertamente en presentar la unión interestatal latinoamericana como la panacea a nuestros problemas. Nosotros igualmente deseamos la paz y la cooperación entre los pueblos para la prosperidad de los trabajadores y el desarrollo de todas sus capacidades latentes, el problema es que bajo las condiciones actuales tal unión se hará sobre una base que es incompatible con la paz, que no arroja como resultado otra cosa al final que el empobrecimiento de los trabajadores, es decir hablamos de una unión interestatal que toma por base el mercado, el capitalismo en la época de los monopolios, y una acuerdo de cooperación entre Estados que defienden en general los intereses de tales entes económicos hegemónicos. Véase el triste caso donde el Estado Peruano decreta el toque de queda, el asesinato de activistas y el aplastamiento de la huelga general, en defensa de los proyectos del monopolio de Grupo Industrial Minera México, ¿Acaso tenemos duda de que significaría para los mineros en paro y para las comunidades en resistencia de existir la hipotética cooperación económica, política y militar mejorada entre México y Perú dentro de una unión interestatal? La suma de países con economías capitalistas, en estos momentos algunos de ellos con gobiernos “progresistas” no da por resultado un polo revolucionario de oposición al imperialismo, sino un proyecto de concentración y centralización de capital con claros rasgos imperialistas.


Nuestros principios nos llevan a tomar distancia de tal proyecto, y  debemos advertir a los partidos aquí concurrentes, que tales fantasías sobre la unión interestatal de países capitalistas como un avance, ya habían sido escuchadas con anterioridad en el caso de la Unión Europea. Se presentó a la UE como la posibilidad de lograr una Europa de los pueblos, como un instrumento que garantizaría la paz, que defendería los derechos humanos en sus países integrantes, etc. Nadie puede hacerse hoy de la vista gorda en cuanto a que la UE es hoy una trituradora de las condiciones de vida de los trabajadores, un centro imperialista que interviene agresivamente en África y Medio Oriente, y una pesadilla reaccionaria de la cual los pueblos intentan escapar, aunque hoy todavía hay fuerzas que hablan de transformar la naturaleza de la UE, aunque acepten más del 90% de las condiciones que la troika imponga.


El Foro de Sao Paulo, en nuestra opinión, es ya un espacio político de definida naturaleza socialdemócrata, que se corresponde con los intereses de determinados monopolios para efectuar la gestión del capitalismo y la explotación. Un muro que impide la lucha revolucionaria, y es antagónico a la naturaleza de los partidos comunistas como partidos de la clase obrera.


Es un obstáculo que decidimos superar en un momento en que el antagonismo capital/trabajo se agudiza y es una necesidad histórica la confrontación con quienes buscan la perpetuidad del capitalismo, como es el caso de los partidos y espacios internacionales de la socialdemocracia.


Hoy, las tareas de los partidos comunistas adquieren mayor relevancia, pues éstos son las fuerzas insustituibles para el cambio revolucionario, que en la profundización de la lucha de clases dirigirá la clase obrera, con una política de alianzas con las capas medias y sectores populares en una perspectiva anticapitalista y antimonopolista, por la revolución y por el socialismo-comunismo.


La orientación socialdemócrata frena la intervención política-ideológica de los comunistas, se convierte en una camisa de fuerza para la organización de la lucha y para levantar las banderas programáticas de la transformación radical necesaria ante la bancarrota histórica del capitalismo.


Contrario a lo que se podría pensar debemos aclarar que no buscamos el aislamiento, nos distanciamos ante la incompatibilidad y los costos políticos que nos acarrea el coexistir en un espacio con un partido que ha sido responsable de represión en contra nuestra, es un periodo de quiebre y bancarrota política del sistema político en México y no pensamos ayudar en lo más mínimo a su rescate, al contrario forjamos alianzas con capas, sectores y organizaciones que buscan su destrucción y superación. Continuaremos teniendo relaciones con los partidos y organizaciones que dentro del FSP tengan identidad de objetivos con nosotros, compatibilidad con las luchas clasistas de América Latina, y en primer lugar las relaciones con los Partidos Comunistas. Las relaciones entre Partidos no tienen como único punto de referencia el FSP, por el contrario, consideramos de gran importancia y buscaremos activamente la interacción con los partidos comunistas, partidos obreros y organizaciones revolucionarias y antiimperialistas de toda América. Después de participar durante años en un campo dominado por el progresismo tenemos muy claro el pantano que significa ser furgón de cola de la socialdemocracia que representa el FSP.


México DF, a Primero de Agosto del año 2015.


¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Comité Central del Partido Comunista de México

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