lunes, 5 de octubre de 2015

Dirigentes: Vicios y virtudes.

Amado Cantoral.

Pensar en dirigentes presupone, de inmediato, la existencia de una organización (estructura) que persigue algún fin. El dirigente está obligado a movilizar a la organización hacia el logro de sus fines, ademas de conservar, acrecentar, capacitar y mantener la membresía de la agrupación.

La conducta personal al ejercer la dirección importa tanto o mas que la aptitud y actitud del diregente en la efectividad de la organización para el logro de sus objetivos. Es decir que los vicios de dirección pueden retardar los logros, así como las virtudes pueden acelerar la materialización de los mismos.

Con mucha mas razón la dirigencia de una organización popular revolucionari debería evitar los vicios de dirección para no frustrar las esperanzas de la membresía en avanzar en la vía del cambio del capitalismo al socialimo. De aquí que importa conocer estos vicios y virtudes del trabajo de la dirigencia revolucionaria en el pueblo por lo que señalaremos algunos de los mas perniciosos.

Hablamos de: el subjetivismo, el liberalismo, el caudillismo, el burocratismo y el sectarismo.

Se cae en subjetivismo cuando el dirigente (y algunos militantes) ven una realidad social deformada por el propio deseo de ver la revolución social realizada y suponen inquietudes e intereses en el pueblo que este no se plantea. El subjetivismo adopta la forma de dogmatismo cuando el dirigente es incapaz de señalar el camino a partir de la realidad concreta y aplica formulas y recetas sin un previo análisis de coyuntura política y de correlación de fuerzas. Del lado opuesto está el subjetivismo empírico que practivan dirigentes con limitado conocimiento de la teoría cientifica de la sociedad y por lo tanto ven superficialmente los fenómenos sociales sin entrar en su esencia.

El liberalismo que toma forma en dirigentes y también en miembros de base se caracteriza por una conducta indisciplinada, un poco desligada de la organización y por decisiones de carácter personal por encima de las decisiones tomadas colectivamente.

El caudillismo se manifiesta en dirigentes paternalistas que no permiten a la organización desarrollarse tomando decisiones colectivas sino que deliberadamente se hacen mas necesarios para que los militantes los sigan ciegamente haciéndolos dependientes de su conducción personal.

Se es un dirigente burocrático cuando se usan métodos de trabajos rutinarios, repetidos mecanicamente, sin que se logre adaptarlo a la cambiante realidad. El burocratismos en los métodos de trabajo se produce cuando el dirigente se limita a dar o recibir ordenes, “desde arriba” sin preocuparse si sus compañeros tiene la capacidad real de cumplirlas. Se es burocrático, también, cuando el trabajo se apega a normas de funcionamiento habituales demostrando poca capacidad para adaptarlas a la realidad concreta o ponerlo al servicio de las personas.

Se es sectario cuando se desdeña, menosprecia, minimiza, subvalora el aporte de los miembros de la organización que no pertenecen a grupo o “secta” dentro de la organización o se ignoran los créditos de otras organizaciones revolucionarias.

Contrario a estos vicios existen virtudes que potencian los resultados del trabajo de la dirigencia en la membrsía y en el pueblo.


Se dirige correctamente cuando al hacer un llamado a realizar un trabajo se une lo general a una planificación concreta del trabajo; cuando se divide el trabajo para que un militante haga una tarea específica; cuando se informa a todo los militantes de las tareas que deben cumplir; cuando se plantea un solo trabajo específico en un espacio de tiempo determinado; cuando se evalúa el trabajo realizado; cuando se puede afrontar oportunamente situaciones nuevas con eficacia; y sobre todo se dirige correctamente cuando se está ligado fuertemente a la membresía y al pueblo de tal forma que se destierren todo signo de subjetivismo y burocratismo.

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