Por Rubén Sousa D.
Panamá
hoy en día ha estado muy presente en las paginas noticiosas de muchos periódicos
y otros vehículos de la comunicación social.
Esto ha estado ocurriendo así a raíz de los acontecimientos relacionados
con la lucha de minorías étnicas por preservar su derecho a los recursos
naturales que se encuentran en sus territorios y cuya propiedad está protegida
y reconocida tanto por leyes nacionales como internacionales.
Sin
embargo Panamá, no solo ha estado siendo noticias por estos acontecimientos,
también se ha estado distinguiendo por ocupar los primeros lugares, entre los
países latinoamericanos, por su nivel de crecimiento económico, que en promedio
en los últimos años ha sido del orden de un 8 % aproximadamente. Hemos
mencionado estos dos hechos por ser contradictorios entre si ,pues mientras uno
de ellos nos muestra la negación de los derechos a los pueblos originales , el
otro nos habla de la bonanza que reina en un país con un gran crecimiento y
cuyos resultados deberían alcanzar para todos, por la relativamente pequeña
población de esta nación centroamericana.
Si
esta contradicción la ampliáramos a lo que en general ha venido sucediendo en
el país desde la invasión norteamericana, se establecería una especie de
paradoja de un Estado que activamente promueve las condiciones de crecimiento
económico , mientras que resulta completamente incapaz de resolver los más
elementales problemas sociales y de seguridad social. Se trata posiblemente, de
un Estado que cada vez mas toma la forma de lo que se conoce como un Estado
fallido.
Así
las cosas, muchos se preguntan, ¿ Qué es lo que sucede en este país hermano ?,
sobre todo si se toma en cuenta que no hace mucho tiempo atrás, Panamá logró
hacerse dueña de su más importante activo económico, el Canal de Panamá, fuente
de inmensas riquezas que se originan por el desarrollo de la economía canalera,
la cual le permite a nuestro país una relación directa con el resto del mundo.
Breve
antecedente a la invasión norteamericana de diciembre del 89
La
lucha generacional que se libró en nuestro país por recuperar su soberanía
total sobre todo su territorio, contó con el apoyo de la inmensa mayoría del
pueblo, sobre todo entre las filas de la juventud, que soñaba con que el fruto
de esa lucha sería utilizado para garantizar un mejor porvenir a las presentes
y futuras generaciones, a través del mayor uso colectivo posible del mismo. Sin
embargo ,después de la muerte del General Torrijos, la conducción el proceso
revolucionario por él encabezado ,entró en una situación de franco retroceso y
desmantelamiento de sus logros, En estas circunstancias, el apoyo del
movimiento popular a la lucha de liberación nacional se fue deteriorando al
mismo tiempo que se fortalecían las posiciones de las fuerzas reaccionarias pro
imperialistas, las cuales , aprovechándose de esta última situación y aunado a
la corrupción rampante entre los militares y sus adeptos allanaron el camino
para la invasión del 89.
Unido
a lo anterior, la dualidad mostrada por el general Noriega con respecto a los
Estados Unidos , desobediente en algunas cosas, como lo de su negativa a
cooperar con una posible intervención a Nicaragua, y sumiso en otras, como lo
del trafico de drogas para la compra de armas a la Contra nicaragüense, creó
una desconfianza y división a lo interno de las instancias de poder
norteamericano, lo que finalmente promovió la decisión de invadir Panamá con el
propósito de desmantelar de una vez por todas la posibilidad de que una fuerza
militar, como la Fuerza de Defensa de Panamá, con una acumulación y formación
patriótica, sobre todo, entre la oficialidad joven , pudiera constituirse en un
ente capaz de desarrollar nuevamente posiciones antimperialistas en defensa del
interés nacional.
La
invasión y sus consecuencias
A
raíz de la invasión, los norteamericanos instalaron en Panamá un modelo de
dominio y manejo del país que les permitiera la mayor estabilidad posible con
el fin de prolongar el papel de nuestra nación en la geo- política establecida
para el área latino americana.
Este
modelo de conducción política, conocido como bipartidismo, permitió que hasta
el año del 2009 se alternaran en el poder los dos partidos más importantes,
entre ellos el Partido Democrático Revolucionario PRD, el cual a través de este
proceso , ha venido transitando desde una posición de centro izquierda inicial
a la de centro derecha actual, en el marco de una visión neo liberal y de
abandono de la perspectiva de liberación nacional.
Así
las cosas, Panamá, después de la salida de los norteamericanos ,pasó de ser un
país de dominio colonial estadounidense a otro de dominio neo colonial por la misma
potencia, con las respectivas consecuencias de este hecho.
En
el proceso de su desarrollo, el bipartidismo, sustentado en la visión económica
neo liberal, con el correr del tiempo, ha ido creando ,de manera natural, sus
propias contradicciones que hoy lo mantienen en una profunda crisis.
Esta
visión neo liberal en Panamá, guiada por las propuestas e imposiciones de los
organismos financieros internacionales, se comenzó a articular a mediados de la
década de los años 80 tomando una forma concreta de modelo de acumulación por
desposesión.
Todas
las fuerzas que han detentado el poder del estado en los últimos 23 años,
dentro del modelo del bipartidismo derivado de la invasión, han utilizado el
poder político del estado para asegurarle al capital, nuevos y rentables
espacio de acumulación. Las políticas desarrolladas a través de este modelo,
comenzando con las privatizaciones de los años 90, se han ido fortaleciendo con
el tráfico de influencia y corrupción y se han profundizado con nuevos despojos
del patrimonio nacional a través de la venta de sus activos, la entrega de la
riquezas minerales e hídricas a los consorcios internacionales que hoy tratan
de salvar sus capitales de la debacle causada por la crisis mundial del
capitalismo. Esta tendencia destructiva creciente, ha llevado a los que
detentan el poder a deteriorar aun más a la ya alicaída institucionalidad
democrática con el fin de imponer nuevas leyes y disposiciones para quitar del
paso o debilitar a todo lo que se opone a sus designios, incluyendo la Ley
máxima del estado panameño, la Constitución Nacional.
Obviamente
que el desarrollo del modelo de acumulación por desposesión prohijado por el
bipartidismo , no habría sido posible si no se agregan otras consecuencias de
la invasión como el debilitamiento de la capacidad de negociación de los
trabajadores a través del desmantelamiento de los más poderosos sindicatos como
el de la electricidad y telefonía junto a la persistencia de una importante
franja de subempleo e informalidad, las sucesivas reformas al código de
trabajo, la práctica de cooptación de una buena parte de la dirigencia y
burocracia sindical, y la aplicación sesgada de la legislación laboral en
contra de los trabajadores y así evitar la formación de nuevos sindicatos entre
otros. Como muestra de la veracidad de esta última aseveración, en Panamá
existe una negación del derecho de los trabajadores del sector público a la
sindicalización.
Así
las cosas, con la política neo liberal y su modelo de acumulación por
desposesión , operada por el bipartidismo entre el Partido Panameñista y el
Revolucionario Democrático( PRD), el Estado panameño se ha venido desmontando
en su capacidad de hacerle frente a los problemas sociales como , el alto costo
de la vida, la inseguridad, la falta de empleos dignos , atención deficiente de
los problemas sanitarios y de salud , educación pertinente al desarrollo
nacional liberador, lo que en suma ha contribuido al aumento de la pobreza e
inequidad.
La
situación actual
El
bipartidismo panameño basado en una práctica neo liberal a través del modelo de
acumulación por desposesión como basamento económico, ha alcanzado su máximo
nivel de deterioro con el ascenso al poder de un nuevo actor político que antes
no estaba claramente presente en el juego de la alternabilidad.
Efectivamente,
a partir de las últimas elecciones presidenciales del 2009, la alternabilidad
establecida como fruto de la invasión se rompe debido al descredito y
debilitamiento de los partidos que hasta ahora habían participado.
El
nuevo actor que irrumpe en el juego del bipartidismo , el Partido Cambio
Democrático que hoy nos gobierna , a través de la figura de Ricardo Martinelli
, ha significado un giro a la política panameña , pues introduce la presencia
directa , sin intermediarios, del empresariado en la cúspide del poder
político. Esta burguesía que hoy nos gobierna y que representa el interés del
capital financiero, ha exacerbado los vínculos con el capital internacionales
de tal manera que la sostenibilidad del modelo de crecimiento y acumulación
solo es posible en la presencia de una creciente disponibilidad de crédito y
financiamiento externo. En este sentido el componente externo de la deuda país
se elevó en un 60% entre los años 2003 y 2010. Por los datos que aparecen en la
publicación mensual de la Universidad de Panamá, intitulada” Seguridad y
Soberanía Alimentaria, a cargo del prestigiosos economista nacional, Doctor
Juan Jované, entre los años 2004 y 2010, el Estado panameño en términos netos
ha pagado al exterior un total de 7,804.1 millones de dólares lo que representa
cerca del 5.9 % del PIB de ese periodo. Una buena parte de dichas salidas de excedentes
se utilizaron para el pago de intereses y comisiones de la deuda externa
pública.
En
una buena medida, este gobierno ha reafirmado con creces la política de
convertir al estado en un instrumento de redistribución de los ingresos y la
riqueza a favor del capital transnacional y de su propio grupo oligárquico
financiero.
La
profundización de la política de despojo practicada por este nuevo gobierno
surgido en el 2009, se ha materializado en algunos casos y visualizado en
otros, a través de las siguientes acciones:
1-Un
aumento de concesiones mineras y las destinadas para la construcción de
hidroeléctricas ofrecidas sobre todo al capital europeo , norteamericano y
canadiense, los cuales han venido a despojar a diversas comunidades de pueblos
originarios y campesinas de sus derechos ancestrales sobre la tierra y el uso
de los recursos naturales, entre los que se encuentran el agua, los recursos
minerales y los bosques.
2-
El interés mostrado de introducir ,a través de la conocida Ley 349 el llamado
esquema de Asociación Público Privada ( APP), como mecanismo de privatizar la
generación de servicios públicos, incluyendo salud, educación así como el de
provisión y explotación de infraestructura públicas por parte del capital
privado. Si bien es cierto que el gobierno no pudo concretizar su intento de
privatizar los servicios públicos en salud y educación, debido a la gran movilización
del movimiento popular, si lo ha estado realizando en la construcción de
infraestructuras como el Metro de Panamá, la Ciudad Gubernamental, el Centro de
Convenciones e infraestructuras viales.
3-El
interés mostrado por reformar el llamado Fondo Fiduciario (el cual contiene los
dineros obtenidos por la venta de propiedades en la ex zona del canal, fondos
que se consideran propiedad de todo el pueblo) y la creación en su lugar, de un
nuevo Fondo Soberano, en el que se depositarían las supuestas ganancias del
Canal de Panamá.
De
acuerdo al gobierno esto se quiere realizar para poder utilizar los recursos de
ambos Fondos en la financiación de un conjunto de empresas privadas , el pago
de parte de la deuda pública y la realización de obras de infraestructura que
faciliten la especulación con tierras
4-
El incremento, como nunca antes visto, de las llamadas contrataciones directas
de bienes y servicios, a través de los cuales se producen escandalosos
sobreprecios en las adquisiciones públicas.
5-El
establecimiento de un conjunto de reformas fiscales, guiadas a reducir la carga
impositiva de los sectores de mayores ingresos, recargando el peso de los
impuestos sobre los sectores medios y los de menores ingresos relativos.
La
política de desmantelamiento del estado panameño practicada de manera más aguda
por este gobierno, si lo comparamos con los anteriores, ha mermado de manera
significativa su capacidad en solucionar o, por lo menos, revertir el creciente
deterioro de los servicios sociales fundamentales, tales como la salud,
educación y la provisión de agua potable. Esta situación ha provocado en los
últimos tiempos el surgimiento de los mas variados frentes de confrontación,
que de alguna manera crean el escenario para ir juntando fuerzas , ahora
dispersas, con el fin de establecer en la sociedad panameña un nuevo pacto
social, que permita la participación del pueblo y sus organizaciones en las
decisiones que debemos tomar para el perfeccionamiento de nuestra liberación,
social, política y económica.
En
este escenario de confrontación actual ,la irrupción de los aborígenes de este
país, reclamando su auto determinación y el respeto por sus derechos
ancestrales y jurídicos de decidir sobre los bienes en común de su nación, ha
devenido en una especie de refrescamiento de la lucha social, que ha impulsado
una nueva determinación y visión del camino que debe seguir la población no
indígena, EXIGIR SU DERECHO A DECIDIR SOBRE EL DESTINO DE. LOS BIENES COMUNES
DE TODO EL PUEBLO: El doble Carácter del movimiento indígena en su papel de
defensa de los recursos por un lado y el otro papel, que debemos potenciar, que
es el de articulador del resto de los movimientos populares que han pasado por
una etapa de difícil acercamiento y coordinación., crean las posibilidades de
seguir avanzando por el camino de la construcción de los frentes únicos de
lucha hacia la constitución de un Estado de Democracia Nacional, no excluyente
y participativo, donde los trabajadores tengan un peso específico importante
para la toma de decisiones En este aspecto surge para el Partido del pueblo, el
partido de los comunistas panameños ,una dirección adicional en su trabajo
orgánico. La articulación con otras fuerzas a través de la apelación a la
ampliación de la democracia refundando el estado y protegiendo su patrimonio
nacional es el camino correcto para culminar nuestro proceso de liberación
nacional.
Los
Estados Unidos, por ser Panamá un país muy especial en el desarrollo de su geo
política hemisférica que garantice su dominio sobre el resto del continente
necesita que la misma goze de estabilidad , por lo que la confrontación interna
que transcurre en nuestro país y que crea inestabilidad ,no está aislada del
carácter antiimperialista de la lucha del pueblo panameño y sus organizaciones.
Lo que ocurre es que en las nuevas condiciones de nuestro país ,después de la
firma de los Tratados Torrijos-Carter, la presencia imperialista ha tomado
nuevas formas que se traducen en influir sobre las políticas de los diferentes
gobiernos que se han sucedido desde la invasión, con el fin de que el
movimiento popular no se pueda desarrollar ni fortalecer para que cuando sea
necesaria una presencia directa y sin subterfugios, el coloso del norte pueda
hacer su aparición nuevamente ,sobre todo para apuntalar la defensa de sus
intereses en la región, que como es sabido de todos ,ha estado marchando en los
últimos tiempos hacia la construcción de regímenes cada vez más progresistas,
con propuestas y realizaciones ,que de alguna manera , nos encaminan en lo
estratégico hacia el socialismo.
Siempre
hemos creído que la hazaña de nuestro pueblo de expulsar al colonialismo
norteamericano de nuestro suelo, la cual para muchos era imposible, por
tratarse de una de las potencias más fuerte de finales del siglo pasado, no ha
sido del todo valorada por nuestros amigos de lucha, sobre todo en el
sub-continente latinoamericano.
Sin
tratar de alargar esta ponencia solo me atrevería a decir que sin ese
acontecimiento no habrían sido posible muchos de los avances del movimiento
revolucionario continental. Sin embargo, para terminar,, es importante también
señalar, que en la actualidad, el imperialismo norteamericano ante la crisis
mundial de su sistema y las posibilidades reales de una confrontación de
consecuencias impredecibles en el Medio Oriente, está reestructurando su
geopolítica y retomando posiciones, que incluyen una mayor atención de sus
intereses en nuestro continente, que ponen a Panamá nuevamente en la posición
de ser requerida para garantizar una presencia física directa de tropas o
personal militar norteamericano. En este sentido llamamos la atención a la
solidaridad con la lucha de nuestro pueblo, por seguir perfeccionando su
independencia, ya que por ese camino, todos los demás pueblos de Latinoamérica
serán más libres, como ocurrió en el año 2000 con el cumplimiento del Tratado
Torrijos- Carter.
Área
de Relaciones Internacionales
Partido del Pueblo de Panamá
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