lunes, 30 de septiembre de 2013

La teoría de la sumisión a la conquista.

Por: Federico Meléndez Valdelamar

La historia descriptiva, esa que privilegia la mayoría de los historiadores, glorifica a Vasco Núñez de Balboa (1475-1519) atribuyéndole el rango de descubridor del mar del Sur, descripción  que despierta algunos asomos de inquietud y malestar en aquellos panameños que se resisten a ponderar un hecho donde prevaleció la codicia y los apetitos insaciables por el despojo del oro y otros minerales preciosos a nuestros pueblos originarios.

Sobre Balboa, un perfecto desconocido en la península ibérica, reposan pocos referentes de su infancia y procedencia familiar. No obstante, pese a sus limitaciones cognitivas, Balboa, motivado por las faenas exitosas de Cristóbal Colón, acumuló mucha experiencia a partir de su primer viaje con Rodrigo de Bastidas en 1501.

Luego de vencer a Cémaco y tras lograr un valioso botín, en septiembre de 1510, conforme al voto efectuado, los españoles fundan la población de Santa María de La Antigua del Darién. El éxito de la batalla contra el cacique, dio a Balboa prestigio  creciente sobre sus compañeros, lo que iba en detrimento de la autoridad del Bachiller Enciso, quien se desempeñaba como Alcalde Mayor de Nueva Andalucía.

En tierra firme, Balboa se vio envuelto en varias escaramuzas por el poder y dominio de las tierras descubiertas lo que devino en su decapitación en enero de 1519 “acusado de traidor y usurpador de los territorios de la corona”.

Aún cuando a Balboa se le procura ubicar como un personaje menos agresivo,  su agenda no dista  de los apetitos voraces de los demás conquistadores, mismos que seguían a pie juntillas las disposiciones de la corona española la cual era el dominio, pillaje y  saqueo a costa de lo que fuera de los nuevos territorios avistados.

“En los primeros 150 años de conquista, 17 mil toneladas de Plata y unas 200 toneladas de Oro arribaron a España y potenciaron el incipiente desarrollo comercial y manufacturero, que abrió las puertas a la Revolución Industrial y al desarrollo capitalista de Europa”, sostiene Bernardo Veksler, investigador argentino.

En menos de una década, los españoles exploraron casi todas las islas del Caribe, especialmente Cuba, Jamaica; Puerto Rico y La Española. En 1513 Balboa avistó el Pacífico. De 1520-30 se inició la conquista de México y Centroamérica. Y en la siguiente, le tocó a Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. (Vitali,  1998).

“Un siglo después de la llegada de Cristóbal Colón al mar Caribe, de los más de 70 millones de indígenas, sólo quedaban tres millones y medio”.

A sabiendas de esta radiografía, que marcó un antes y un después en la historia de la América mestiza, en Panamá los “teóricos de la sumisión al invasor” destacan al conquistador Balboa en Avenidas, estatuas y monedas, ignorando las luchas legitimas de Cémaco, Bayano y Kibian que en su instinto natural ubicaron con pertinencia los objetivos de dominación que animaba a los conquistadores europeos. Seria honorable ponderar y  reconocer en la fecha de celebración de los 500 años de este encontronazo de dos culturas el coraje de nuestros pueblos originarios por la defensa de  su dignidad.

Cordiales Saludos Torrijistas
Movimiento de Bases Torrijistas [MOBAT]

Coordinación Nacional

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