lunes, 3 de febrero de 2014

Oligarquía, racismo e incultura

Arysteides DURBANA Igwaigliginya
 
Durante muchísimo tiempo, los representantes de las burguesías nacionales de Hispanoamérica estuvieron predicando que “el indio es una carga para el Estado”. Con esta patraña pusieron toda su proa contra las naciones nativas a fin de alienarlas. Nuestro país no fue la excepción, ya que siempre estuvo gobernado por oligarcas, por una oligarquía inculta y antinacionalista..........
 
La persona que mejor pintó a la burguesía panameña fue una estadounidense llamada Linda Watts, quien  brindó sus servicios diplomáticos aquí, en nuestro lar patrio. Un día ofreció una conferencia en Casa Esperanza. Brindo fragmentos de su discurso: “deseo compartir algunas de mis preocupaciones en cuanto a la pobreza en este país. Un alto porcentaje de panameños viven en abrumadoras condiciones de pobreza. …. Debajo de la apariencia de riqueza y de éxito comercial se desarrolla una historia de un gran número de panameños que luchan por comer, vestir a sus hijos y educarlos, y para encontrar algo de seguridad y felicidad en esta tierra….La condición de pobreza en Panamá es seria…Veamos algunas estadísticas. Cuando hablo de la pobreza, me refiero a los 1.2 millones de panameños que viven con menos de dos dólares diarios. Eso es más del 40% de la población. De esos 1.2 millones que viven en la pobreza, la mitad viven en extrema pobreza, lo que significa que subsisten con menos de un dólar diario. En términos más sencillos; uno de cada cinco panameños vive con $30 al mes - lo que nosotros gastamos en una salida familiar al cine, incluyendo el pop corn y la soda….Este en un país con ingresos anuales per cápita de casi $4,000. ¿Dónde está este dinero? Panamá ocupa el segundo lugar en el hemisferio en cuanto a desigualdad en la distribución de ingresos. El 20% de la población adinerada devenga el 60 % del ingreso anual del país, mientras que el quinto más pobre percibe solamente el 2%. Un estudio de la Universidad de Panamá ha mostrado que un grupo de aproximadamente 80 personas, muchas ligadas por lazos empresariales y familiares, controlan cerca de la mitad del producto anual bruto de Panamá…para que el sector privado tenga éxito, el gobierno necesita evitar el amiguismo y el tipo de burocratización excesiva que ahora observamos. ..Ligado a la seguridad jurídica está el concepto de la transparencia y la anticorrupción. Tal como lo mencioné en septiembre pasado, la corrupción corroe y obstaculiza la fluidez de la labor del gobierno y de la empresa. Por consiguiente, la corrupción es censurable desde el punto de vista moral; pero igualmente es censurable desde el punto de vista económico. La corrupción es la transferencia neta de la riqueza de sectores productivos hacia los sectores no productivos. Es un impuesto para los pobres, una carga para el ciudadano común y produce decisiones gubernamentales que son contrarias a la eficiencia económica. Hay que controlar la corrupción si se quiere reducir la pobreza…En su exposición siguió diciendo la diplomática estadounidense: lo que más llamó la atención de mi hija de 20 años: En Curundú, la cantidad de afiches políticos y el número de niños que llevaban camisetas de los candidatos. Para ella, era como un simbolismo de desesperación y de promesas incumplidas…Igualmente notaron (sic) la gran brecha que existe entre los que tienen mucho y los que no poseen nada. Imagínense la impresión de ir al vertedero, donde vieron niños jugando en la suciedad - y luego ir a la casa de un amigo mío panameño para cenar entre el lujo de su piscina”.

En un blog podemos leer frases como estas: “..En Panamá, los pobres y negros (sinónimos) ponen los muertos, como Ascanio Arosemena, muerto en 1964, luchando por la salida de los gringos del Canal, mientras que los blancos y ricos ahora se adueñan y reparten los bienes dejados por los gringos, como Alberto Alemán Zubieta, blanco y archimillonario, administrador del Canal. Y los ricos se siguen repartiendo las tierras de las áreas revertidas…te quiero decir es que en nuestro país existe un grupo oligárquico, que tal y como dejó en claro la embajadora estadounidense Linda Watt, se dedica a vivir de sus rentas, controlando la mitad del Producto Interno Bruto de Panamá, unos seis mil millones de dólares anuales. Esta clase social está enquistada en el poder, manipula a todos los gobiernos, y explota al resto del país, hipotecando nuestro futuro, porque vive de los préstamos que les proporcionan los organismos internacionales…

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