sábado, 22 de marzo de 2014

¿POR QUÉ ATACAN A VENEZUELA?

Javier Del Valle Monagas Maita
 
      Lo que ocurre en Venezuela. Si lo vemos con ojos de razón y derecho. En realidad no debería ser nada extraordinario.  Es simplemente algo que debería ser rutina si la conducta de los hombres y mujeres que han gobernado esta nación fuese cónsona con el cumplimiento del deber, el respeto y honestidad en la ejecución de las leyes y presupuestos,  tal como está concebido en las constituciones de 1961 y  de 1999.

      El problema empieza cuando quienes en el pasado, fueron electos para servir. De pronto invirtieron el orden de la ecuación y se creyeron que eran ellos los que debían ser servidos.  De tal manera el país se fue hundiendo en una danza de corrupción y despojo de todo lo que tuviese valor en la cosa pública.  Es decir, ser presidente, ministro u otra categoría de funcionario público daba potestad para disponer de los fondos y hasta bienes nacionales como si fueran  coto particular de cada uno de esos que deberían velar por el buen funcionamiento y administración del bien común nacional. Claro está toda esa corruptela fue impulsada y cooptada desde los sectores empresariales privados y gobiernos de potencias como USA, que habían colonizado las mentes y conciencias de los maulas políticos en funciones de gobierno.

      La alarma se enciende en el espacio de la avaricia y el egoísmo ocupado por las malignas elites burguesas serviles y postradas a los intereses foráneos que les repartían migajas del botín saqueado permanentemente a la nación venezolana. Cuando aquel señor del “por ahora” de 1992, asume la primera magistratura nacional y empieza de una buena vez a ejecutar el proyecto político – económico con el que se comprometió con el pueblo y al que las masas populares aceptaron. Ese proyecto en realidad es lo que normalmente se puede ofrecer para ganar el favor de las mayorías votantes en una elección. La diferencia estribó en que por fin alguien esta dispuesto a cumplir su palabra.  Como es lógico pensar esas ofertas, de cumplirse, chocarían con los intereses de aquellos que hasta ese momento vivían del Estado, parasitando, robando y degradando las oportunidades de atención social, económicas y naturales del pueblo. 

     Ya de por si, cuando se empezó a hacer la oferta electoral antes del proceso electoral, una guerra mediática muy agresiva se inició contra el fenómeno político nacido a la sombra del dolor y genocidio cometido en contra del pueblo desde aquel 1989, como catalizador. Así, el acoso contra el líder y contra su pueblo fue una costumbre permanente. Las mentiras fueron el arma mas usada. La demonización era constante. La calumnia una rutina y el desprecio una cotidianeidad. El enemigo hizo rebrotar los demonios del antiguo “comunismo come bebes y expropiador de todo”.

     Con todo eso y mucho mas, no pudieron hacer que el líder y su pueblo se salieran de los lineamientos básicos del proyecto prometido. No bastaron los infiltrados, las quintas columnas, que cometieron desmanes intencionamente, para desprestigiar al proceso, su líder y sus bases populares. Al promulgarse las leyes que daban marco jurídico al proyecto político, arreciaron los ataques. Ya no era la mentira, la retorica y la traición. El arma de ataque nada mas. Los sectores más putrefactos de la sociedad (beneficiarios de la corrupción del pasado) se activaron en concordancia con planes elaborados desde la Casa blanca, bajo la rectoría  de ejecución de los servicios de inteligencia y el departamento de estado yanqui.  Organizaron una masacre alimentada desde los medios de comunicación privados internos y externos aquel 11 de Abril del 2002 que logró por 48 horas derrocar al gobierno legítimo, derogar la constitución refrendada por la mayoría popular por primera vez en la historia. Alcaldes y policías municipales, asumieron facultades de seguridad nacional, de jueces y de  administradores de la seguridad pública. Jueces de control, asumieron la potestad de librar órdenes de detención en blanco sin juicio ni respeto al debido proceso. Embajadas de países amigos eran allanadas violentamente en busca de refugiados del gobierno, en franca violación del derecho internacional. La industria petrolera nacional fue tan brutalmente saboteada que lograron detener la producción a casi cero barriles. Los alimentos básicos del pueblo fueron secuestrados y elevados sus precios a niveles grotescos. La educación fue suspendida en todos los niveles, la salud caotizada y los demás servicios públicos demolidos.

      Esa agresión jamás ha cesado. Solo fue amortiguada por la acción efectiva del Estado y el respaldo popular a su gobierno legitimo. 

        Hoy nos vuelven a atacar, esta vez con paramilitares y mercenarios pagados con fondos proporcionados desde Estados Unidos. Nos aplican el mismo esquema de guerra asimétrica aplicado en Libia, Ucrania, Siria y desarrollado por Gene Sharp, denominado golpe suave 
 
Asesinan  gente del pueblo, policías, soldados, guardias nacionales, vuelven a secuestrar los alimentos, encierran a los vecinos en sus zonas de viviendas, aplicándoles el terror e incendiando oficinas publicas, escuelas de niños, universidades públicas. Destrozan todos los servicios masivos de transporte,  obstaculizan autopistas, carreteras y roban a los vecinos. Pese a todo ese terror la gran prensa privada los defienden y acusan al gobierno de las barbaridades que ellos cometen contra el pueblo. Proyectan al extranjero millones de mentiras;  haciendo ver sus crímenes como si fueran obras del pueblo revolucionario pacifico chavista o del gobierno. Demonizan a los colectivos de campesinos que siembran la tierra. De obreros que producen en las fábricas. De músicos que alegran el espíritu y el alma, mientras educan para la paz y el amor al prójimo.  A las madres cuidadoras que velan por los bebes, mientras sus madres trabajan. A los comunicadores comunitarios que informan y concientizan al pueblo sobre su importancia y valor colectivo. A los cooperativistas que sirven a todos, incluso a las elites terroristas. A los estudiantes bolivarianos que se esfuerzan en estudiar en escuelas, liceos y universidades, después de cumplir un jornal de trabajo digno.

        Atacan a nuestra querida Venezuela, por que ahora sus riquezas van al pueblo. Ya no van a los caudales de empresarios parásitos importadores de basuras, por que el petróleo y demás riquezas naturales las controla el Estado venezolano y no las transnacionales maulas expoliadoras sionistas. Por esos recursos que antes se robaban los politiqueros. Ahora son para viviendas dignas para el pueblo, para salud gratuita, alimentación  abundante, educación gratuita y de calidad, para la producción de bienes y servicios. Muchos de ellos prestados por el pueblo organizado y no por empresas ladronas. Por eso atacan a los colectivos hoy, como lo hicieron con los círculos bolivarianos de educación y conciencia del pasado. Ellos en verdad desprecian y odia a un pueblo empoderado de su destino  y al que ya no pueden ni engañar ni manipularPOR ESO ATACAN A VENEZUELA

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