Por Olmedo Beluche
La década de 1940 se caracterizó por una gran inestabilidad política y una
lucha a muerte entre las diversas fracciones de la burguesía por el control del
aparato del Estado panameño. Esa crisis política es una continuación de un
proceso conflictivo iniciado desde la segunda mitad de los años 20, con el
fraccionamiento del Partido Liberal (chiaristas y porristas), el Golpe de
Acción Comunal y las disputas electorales de 1932, 1936 y 1940.
El telón de fondo de la inestabilidad política, era la transformación profunda
de las estructuras económicas de la sociedad panameña. La burguesía comercial –
importadora, que había controlado al país desde 1903, y su forma de acumulación
rentista, concentrada en extraer plusvalía del alquiler habitacional para los
obreros del canal se agotó (Huelga Inquilinaria de 1925). La decadencia de este
sector se reforzó con la crisis mundial de 1929, que se extendió hasta los años
30. Esa crisis va a dar origen a un nuevo sector, basado en la producción
industrial para el mercado interno impulsado por los Tratados Arias – Roosevelt
(1936), que abrieron el mercado de la Zona del Canal a la producción nacional
de carne de res y cerveza.
Las disputas sangrientas entre liberales y “arnulfistas” (panameñistas),
durante la década del 40, son una disputa entre dos fracciones de la clase
dominante y dos modelos de país, pero no se expresaban como proyectos diáfanos,
sino que a menudo se entrecruzaban intereses personales y económicos que hacen
confuso el panorama.
En el liberalismo, y sus diversas fracciones, se encontraban tanto los viejos
sectores comerciales-importadores (oligarquía), como la naciente burguesía
industrial, que fue adquiriendo cada vez más peso. Este último sector, estaba
representado por el Partido Liberal Nacional de Chiari, que se impondría
finalmente; mientras que los sectores decadentes se expresaban a través del
Liberal Renovador (Pancho Arias), el Liberal Doctrinario (Domingo Díaz), el
liberal Demócrata (Enrique A. Jiménez).
Entorno a Arnulfo Arias, se agrupaban sectores conservadores del interior, con
el apoyo de capas medias y populares, que expresaban un imaginario político
antinorteamericano (nacionalista) pero defendiendo un país más bien agrario que
moderno. En esas disputas, la izquierda panameña, constituida por socialistas
(Demetrio Porras), comunistas (Hugo Víctor) y el Frente Patriótico de la
Juventud (Jorge Illueca y otros) actuarían en las coyunturas claves como
aliados de los liberales contra Arnulfo Arias, en quien veían a un fascista en
ciernes.
La lucha entre liberales y arnulfistas se desenvolvió a lo largo de la década
en dos momentos: el primer lustro, caracterizado por un auge económico gracias
a la guerra y a la proliferación de bases norteamericanas; y un segundo lustro
de crisis económica y fiscal.
La primera fase empieza con el Golpe de estado de 1941 contra Arnulfo Arias, en
el que coaligaron la oligarquía tradicional (liberal), los norteamericanos y la
cúpula de la Policía Nacional (José A. Remón Cantera), la cual empezaba a
actuar como árbitro en los conflictos. Pero el golpe no saldó la situación,
pues el gobierno de Ricardo Adolfo De la Guardia, se movía entre dos aguas,
sufriendo conspiraciones tanto arnulfista como liberales, unos deseando el
retorno del Líder y otros exigiendo barrer a los ministros que quedaban de su
gobierno.
En una jugada para evitar que la Asamblea Legislativa lo sacara del poder, De
la Guardia pactó una Junta de Gobierno compartida con Francisco Arias Paredes y
Domingo Díaz, y convocó la Asamblea Constituyente en 1945. Pero la fracción
arnulfista de la Asamblea designó a Jeptha B. Duncan como Presidente encargado.
La Policía Nacional saldó la situación apoyando a De la Guardia, teniendo que
exilarse en la Zona del Canal el Sr. Duncan.
La elección de la Constituyente tampoco canceló la crisis pues la alianza
liberal se escindió a la hora de nombrar al Presidente Provisional, entre los
que apoyaban a Eduardo Chiari (Liberal Nacional, Conservador y Nacional
Revolucionario) y la fracción que se impuso en torno a Enrique Jiménez (Liberal
Demócrata y Doctrinario de Domingo Díaz).
Promulgada la Constitución en 1946, la siguiente crisis se produce porque
Jiménez se niega a dejar la Presidencia Provisional y convocar elecciones. Hubo
un intento de la Asamblea Legislativa de sacarlo, pero nuevamente la Policía
Nacional decide a favor de éste, que gobernó hasta las elecciones de 1948.
Las elecciones de 1948 son una continuación de la crisis, quedando marcadas por
la violencia y el fraude. Arnulfo Arias vuelve a ser candidato confrontado por
una alianza liberal encabezada por Domingo Díaz, Daniel Chanis y Roberto
Chiari. Como pasaban semanas y no se proclamaban los resultados electorales se
abrió una crisis teñida de movilizaciones callejeras y enfrentamientos
sangrientos. En esas circunstancias, la Asamblea Nacional intenta destituir a
Enrique Jiménez y suplantarlo por Herique de Obarrio, el 12 de julio. Pero
nuevamente, Remón inclina la balanza hacia la fracción gobernante que proclama
a Domingo Díaz ganador.
Díaz gobierna un año, hasta que muere en agosto del 49, cuando es reemplazado
por el primer vicepresidente Daniel Chanis, quien gobierna en medio de una gran
crisis económica. En este momento se rompe la alianza gobernante en medio de la
disputa por el control del matadero, que vendía carne a la Zona del Canal,. Se
acusa a Remón Cantera y al Partido Liberal Doctrinario de controlar diversos
negocios, como el matadero, en desmedro de otros productores.
El 19 de noviembre de 1949, en medio de una gran conmoción nacional, Chanis le
exige la renuncia a Remón, pero éste se encierra en el Cuartel Central y, a su
vez, exige la renuncia de Chanis bajo a menaza de sacarlo a la fuerza. Pero la
Asamblea no aceptó la renuncia de Chanis. Por lo cual, de manera inusitada,
Remón pacta con Arnulfo Arias y el 25 de noviembre, la Junta Electoral hace un
“recuento de actas” reconociéndolo como Presidente.
Arnulfo Arias gobernó desde noviembre del 49 hasta mayo del 51, aduciendo que
cargaba en su bolsillo la renuncia de los comandantes de la Policía, pero nunca
la hizo efectiva. El final de su gobierno llegaría acicateado por una gran
crisis fiscal, en la que se rumoraba respecto a la crisis de los bancos
estatales. Como intento de saldar la situación emitió el 7 de mayo de 1951 un
decreto por el cual suspendía la Constitución de 1946 y restituía la del 41,
declaraba la suspensión de las garantías individuales, y arrestaba a numerosos
opositores.
Las protestas estallaron, hubo violencia en las calles, y una marcha popular
terminó en el Cuartel Central pidiéndole a Remón que depusiera a Arias. Pese a
que el 9 de mayo el presidente derogó el decreto, no se evitó el sangriento
Golpe de Estado del 10 de mayo. Alcibíades Arosemena asumió la presidencia,
creándose así las condiciones para que José A. Remón Cantera pasara de árbitro
de conflictos por una década a actor central del gobierno panameño, presentando
la Coalición Patriótica en las elecciones de 1952.
Aunque el gobierno, autoritario y macartista, de Remón impuso por la fuerza
cierta paz social durante tres años, su asesinato y las conmociones políticas
posteriores, indican que las diputas no desaparecieron sino que quedaron
adormecidas por breve lapso. En este proceso, adquirió un peso cada vez mayor
del sector que impulsaba la industrialización sustitutiva, el más modernizante
de la burguesía, pues se apoyaba en el modelo de capitalismo impulsado desde
Estados Unidos a mediados del siglo. Este sector se expresaba principalmente a
través del Partido Liberal Nacional.
Sin embargo, las disputas interburguesasa por el control del Estado panameño
persistieron a lo largo de los años sesenta, saliendo a flote en las coyunturas
críticas: fraude electoral de 1964 y en la crisis de 1967-68.
Esta última marcó una nueva ruptura de la fracción gobernante, expresada en el
rechazo del conjunto de la oligarquía a la reforma tributaria del candidato
presidencial David Samudio (del PLN). Razón por la cual, fracasado el intento
de deponer a Marcos Robles, padrino electoral de Samudio, la oligarquía optó por
pactar con su enemigo histórico, Arnulfo Arias, siguiendo un esquema parecido
al de Remón Cantera en 1949. Las disputas interburguesas no se resolverían
hasta el Golpe de Estado de octubre de 1968.
No hay comentarios:
Publicar un comentario