miércoles, 6 de junio de 2012

LA CRISIS POLÍTICA PANAMEÑA DE LA DÉCADA DE 1940

Por Olmedo Beluche

La década de 1940 se caracterizó por una gran inestabilidad política y una lucha a muerte entre las diversas fracciones de la burguesía por el control del aparato del Estado panameño. Esa crisis política es una continuación de un proceso conflictivo iniciado desde la segunda mitad de los años 20, con el fraccionamiento del Partido Liberal (chiaristas y porristas), el Golpe de Acción Comunal y las disputas electorales de 1932, 1936 y 1940.


El telón de fondo de la inestabilidad política, era la transformación profunda de las estructuras económicas de la sociedad panameña. La burguesía comercial – importadora, que había controlado al país desde 1903, y su forma de acumulación rentista, concentrada en extraer plusvalía del alquiler habitacional para los obreros del canal se agotó (Huelga Inquilinaria de 1925). La decadencia de este sector se reforzó con la crisis mundial de 1929, que se extendió hasta los años 30. Esa crisis va a dar origen a un nuevo sector, basado en la producción industrial para el mercado interno impulsado por los Tratados Arias – Roosevelt (1936), que abrieron el mercado de la Zona del Canal a la producción nacional de carne de res y cerveza.


Las disputas sangrientas entre liberales y “arnulfistas” (panameñistas), durante la década del 40, son una disputa entre dos fracciones de la clase dominante y dos modelos de país, pero no se expresaban como proyectos diáfanos, sino que a menudo se entrecruzaban intereses personales y económicos que hacen confuso el panorama. 


En el liberalismo, y sus diversas fracciones, se encontraban tanto los viejos sectores comerciales-importadores (oligarquía), como la naciente burguesía industrial, que fue adquiriendo cada vez más peso. Este último sector, estaba representado por el Partido Liberal Nacional de Chiari, que se impondría finalmente; mientras que los sectores decadentes se expresaban a través del Liberal Renovador (Pancho Arias), el Liberal Doctrinario (Domingo Díaz), el liberal Demócrata (Enrique A. Jiménez). 


Entorno a Arnulfo Arias, se agrupaban sectores conservadores del interior, con el apoyo de capas medias y populares, que expresaban un imaginario político antinorteamericano (nacionalista) pero defendiendo un país más bien agrario que moderno. En esas disputas, la izquierda panameña, constituida por socialistas (Demetrio Porras), comunistas (Hugo Víctor) y el Frente Patriótico de la Juventud (Jorge Illueca y otros) actuarían en las coyunturas claves como aliados de los liberales contra Arnulfo Arias, en quien veían a un fascista en ciernes.


La lucha entre liberales y arnulfistas se desenvolvió a lo largo de la década en dos momentos: el primer lustro, caracterizado por un auge económico gracias a la guerra y a la proliferación de bases norteamericanas; y un segundo lustro de crisis económica y fiscal.

La primera fase empieza con el Golpe de estado de 1941 contra Arnulfo Arias, en el que coaligaron la oligarquía tradicional (liberal), los norteamericanos y la cúpula de la Policía Nacional (José A. Remón Cantera), la cual empezaba a actuar como árbitro en los conflictos. Pero el golpe no saldó la situación, pues el gobierno de Ricardo Adolfo De la Guardia, se movía entre dos aguas, sufriendo conspiraciones tanto arnulfista como liberales, unos deseando el retorno del Líder y otros exigiendo barrer a los ministros que quedaban de su gobierno.


En una jugada para evitar que la Asamblea Legislativa lo sacara del poder, De la Guardia pactó una Junta de Gobierno compartida con Francisco Arias Paredes y Domingo Díaz, y convocó la Asamblea Constituyente en 1945. Pero la fracción arnulfista de la Asamblea designó a Jeptha B. Duncan como Presidente encargado. La Policía Nacional saldó la situación apoyando a De la Guardia, teniendo que exilarse en la Zona del Canal el Sr. Duncan.


La elección de la Constituyente tampoco canceló la crisis pues la alianza liberal se escindió a la hora de nombrar al Presidente Provisional, entre los que apoyaban a Eduardo Chiari (Liberal Nacional, Conservador y Nacional Revolucionario) y la fracción que se impuso en torno a Enrique Jiménez (Liberal Demócrata y Doctrinario de Domingo Díaz).


Promulgada la Constitución en 1946, la siguiente crisis se produce porque Jiménez se niega a dejar la Presidencia Provisional y convocar elecciones. Hubo un intento de la Asamblea Legislativa de sacarlo, pero nuevamente la Policía Nacional decide a favor de éste, que gobernó hasta las elecciones de 1948.


Las elecciones de 1948 son una continuación de la crisis, quedando marcadas por la violencia y el fraude. Arnulfo Arias vuelve a ser candidato confrontado por una alianza liberal encabezada por Domingo Díaz, Daniel Chanis y Roberto Chiari. Como pasaban semanas y no se proclamaban los resultados electorales se abrió una crisis teñida de movilizaciones callejeras y enfrentamientos sangrientos. En esas circunstancias, la Asamblea Nacional intenta destituir a Enrique Jiménez y suplantarlo por Herique de Obarrio, el 12 de julio. Pero nuevamente, Remón inclina la balanza hacia la fracción gobernante que proclama a Domingo Díaz ganador.

Díaz gobierna un año, hasta que muere en agosto del 49, cuando es reemplazado por el primer vicepresidente Daniel Chanis, quien gobierna en medio de una gran crisis económica. En este momento se rompe la alianza gobernante en medio de la disputa por el control del matadero, que vendía carne a la Zona del Canal,. Se acusa a Remón Cantera y al Partido Liberal Doctrinario de controlar diversos negocios, como el matadero, en desmedro de otros productores.


El 19 de noviembre de 1949, en medio de una gran conmoción nacional, Chanis le exige la renuncia a Remón, pero éste se encierra en el Cuartel Central y, a su vez, exige la renuncia de Chanis bajo a menaza de sacarlo a la fuerza. Pero la Asamblea no aceptó la renuncia de Chanis. Por lo cual, de manera inusitada, Remón pacta con Arnulfo Arias y el 25 de noviembre, la Junta Electoral hace un “recuento de actas” reconociéndolo como Presidente.


Arnulfo Arias gobernó desde noviembre del 49 hasta mayo del 51, aduciendo que cargaba en su bolsillo la renuncia de los comandantes de la Policía, pero nunca la hizo efectiva. El final de su gobierno llegaría acicateado por una gran crisis fiscal, en la que se rumoraba respecto a la crisis de los bancos estatales. Como intento de saldar la situación emitió el 7 de mayo de 1951 un decreto por el cual suspendía la Constitución de 1946 y restituía la del 41, declaraba la suspensión de las garantías individuales, y arrestaba a numerosos opositores.


Las protestas estallaron, hubo violencia en las calles, y una marcha popular terminó en el Cuartel Central pidiéndole a Remón que depusiera a Arias. Pese a que el 9 de mayo el presidente derogó el decreto, no se evitó el sangriento Golpe de Estado del 10 de mayo. Alcibíades Arosemena asumió la presidencia, creándose así las condiciones para que José A. Remón Cantera pasara de árbitro de conflictos por una década a actor central del gobierno panameño, presentando la Coalición Patriótica en las elecciones de 1952.

Aunque el gobierno, autoritario y macartista, de Remón impuso por la fuerza cierta paz social durante tres años, su asesinato y las conmociones políticas posteriores, indican que las diputas no desaparecieron sino que quedaron adormecidas por breve lapso. En este proceso, adquirió un peso cada vez mayor del sector que impulsaba la industrialización sustitutiva, el más modernizante de la burguesía, pues se apoyaba en el modelo de capitalismo impulsado desde Estados Unidos a mediados del siglo. Este sector se expresaba principalmente a través del Partido Liberal Nacional.


Sin embargo, las disputas interburguesasa por el control del Estado panameño persistieron a lo largo de los años sesenta, saliendo a flote en las coyunturas críticas: fraude electoral de 1964 y en la crisis de 1967-68. 


Esta última marcó una nueva ruptura de la fracción gobernante, expresada en el rechazo del conjunto de la oligarquía a la reforma tributaria del candidato presidencial David Samudio (del PLN). Razón por la cual, fracasado el intento de deponer a Marcos Robles, padrino electoral de Samudio, la oligarquía optó por pactar con su enemigo histórico, Arnulfo Arias, siguiendo un esquema parecido al de Remón Cantera en 1949. Las disputas interburguesas no se resolverían hasta el Golpe de Estado de octubre de 1968.

No hay comentarios:

Publicar un comentario