Por Mercedes Chacín Díaz
Le escuchamos decir a un periodista nada desprevenido sobre el hecho de
que los seguidores de Chávez y de Capriles se daban ganadores por igual:
o están locos ellos o estamos locos nosotros. Tal fue la campaña
desplegada en los medios opositores, la operación “envolvente” a la que
fuimos sometidos los días previos al 7 de octubre. Llamadas a todas
horas a miles de votantes, el supuesto empate técnico difundido a troche
y moche, el ocultamiento de la realidad (las siete avenidas full
ignoradas en los medios), la exageración de los problemas, la
fabricación de encuestas chimbas y la descalificación de otras, todo
esto conectado con una amenaza nada oculta de desconocimiento de los
resultados, creó un clima de incertidumbre pre electoral cuidadosamente
planificado.
Fue
así como el día 7 los “exispul” de la derecha empezaron a dar ganador a
Capriles desde el mediodía. Estos “sondeos a boca de urna” que en
nuestro caso serían a “boca de caja de resguardo”, fueron la guinda de
la operación “envolvente” puesta en marcha para ganarle a Chávez. Le
echaron piernas. Las limitaciones del candidato de la derecha se
diluyeron en una gran estrategia publicitaria en la que Capriles sólo
fue la punta del iceberg.
Mientras
Capriles le huía a Chávez recorriendo pueblos (era imposible ganarle a
la campaña de Chávez midiendo fuerza en las concentraciones en las
ciudades) la operación envolvente "hipnotizó" al pueblo opositor (de
cualquier “clase” social) convenciéndolo con promesas de “bienestar”
imposibles de cumplir por un gobierno derechista. Y miren que esta
operación dio resultados. La cancelación de la gigantesca deuda social
de la democracia representativa y de cientos de años de coloniaje no fue
suficiente, fue ahogada en apagones chiquitos y grandes, en calles con
troneras y troneritas y por supuesto en el agobiante problema de la
inseguridad personal.
El
esfuerzo de 14 años de la revolución fue “diluido” en gorras
tricolores, en autobuses con paradas más relampagueantes que el
Catatumbo, en “exispul” manipuladas, en llamadas y mensajes de texto
dirigidos a alimentar el antichavismo irracional impulsado por los
medios de comunicación. La guerra de cuarta generación vino con todo.
Con
todo eso en contra, Chávez ganó por doce puntos. La mayoría del pueblo
le dio la victoria. No pudieron con Venezuela. Fue una gran batalla y
una gran victoria. La oposición no pateó la mesa porque el fraude es
imposible con el sistema electoral actual. Y ellos lo saben. Pero de
nuevo los lunares que exhibe la gestión gubernamental fueron
aprovechados por el adversario. El votante de la derecha creció, aun
cuando, y de ello no tenemos dudas, el de Chávez es el gobierno que más
ha hecho justicia al pueblo venezolano en décadas, por no decir
centurias. Otra vez el poder de los medios de comunicación haciendo
mella.
¿Las razones para el avance de la derecha? Muchas. ¿Los espacios para discutirlas y avanzar? Muchos. Celebremos. Y sigamos...
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